Esencia de mujer. G.K. Chesterton. Introducción y selección de textos por José Ramón Ayllon. HOMO LEGENS, 108 págs. 2020.
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) fue un brillante escritor, periodista y polemista británico, definido habitualmente como un católico conservador que fue, más rigurosamente, un pensador implacable fascinado con el mundo moderno y sus contradicciones. Creció en un ámbito más cercano al agnosticismo, pasó del anglicanismo al catolicismo luego de un profundo proceso de cuestionamiento teológico. Chesterton asumía la sensatez como una virtud; hay un mundo real, contradictorio pero esencialmente bueno y hermoso.
En una más que oportuna recopilación de textos habitualmente dispersos, el profesor Ayllon nos conduce con maestría por uno de los temas fascinantes en G.K. Chesterton: la mujer y los cambios acontecidos en el quiebre del siglo XX.
Su posición es categórica: si el primer feminismo conquistó para la mujer el sufragio y la igualdad, el segundo la traicionó al rechazar la maternidad, el matrimonio y la familia. Su papel en el desarrollo de la familia es tan importante para Chesterton que su forma de hablar sobre ella puede malinterpretarse si nos limitamos meramente a la literalidad de las palabras. Esto es así porque nuestro tiempo da demasiado valor al individualismo y más todavía a una forma de entender lo público como superior a lo privado. Pero la vida pasa a tener trascendencia en el espacio de los amigos, de la familia, es allí que se viven las experiencias realmente gratificantes.
“¿Cómo puede ser una gran carrera enseñar la regla de tres a los hijos de los demás y una pequeña carrera enseñar todo el universo a los propios hijos?”. “Ser la Reina Isabel decidiendo ventas, trabajos y vacaciones…proveyendo juguetes, sábanas, pasteles y libros, ser Aristóteles…enseñando moral, buenos modales, teología e higiene; entiendo bien cómo esto podría dejar a una persona la mente exhausta, pero no puedo imaginar cómo podría hacerla más estrecha y limitada”.
Medio siglo más tarde Elise Claeson retoma la revalorización de la maternidad, y acusa al feminismo, socialismo y liberalismo de querer crear “un ser humano más leal al Estado que a la familia y a los hijos. Luego de construir durante años un esquema socieconómico en el que se necesitan dos sueldos para vivir, no existe la libertad para vivir de un sueldo…”.
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