La Armada Nacional y Bomberos trabajaron durante varios días para lograr extinguir el incendio en el “Sur Este 709”, barco que empezó a arder en la mañana del martes 23 en el muelle n° 6 del puerto de Montevideo. Prefectura investiga las causas que originaron el fuego en la embarcación.
El barco pesquero de bandera surcoreana tomó fuego en la cubierta de parque de pesca y todos sus tripulantes abandonaron el barco sin presentar lesiones. Rápidamente llegaron funcionarios de la Armada y de bomberos que trabajaron para apagar el incendio y evitar que las llamas lleguen a los tanques de amoníaco.
Prefectura del puerto de Montevideo, en conjunto con bomberos y el Práctico de Seguridad, remolcaron el barco hasta el antepuerto para prevenir la expansión del fuego hacia otros buques y evitar que el pesquero se hunda por la cantidad de agua que ingresó. A su vez, la Armada colocó una barrera de contención alrededor del barco para prevenir derrames de combustible o de aceite en caso de una posible fuga. Las tareas de enfriamiento se extendieron por varias jornadas.
Mientras tanto, tras la autorización de Sanidad Marítima y de Migraciones, los 39 tripulantes -ciudadanos surcoreanos e indonesios- fueron evacuados y trasladados en un ómnibus, con los protocolos correspondientes, para luego ser alojados en un hotel del centro de la capital.
Episodios similares en el puerto de Montevideo
El último hecho de estas características ocurrido en la principal terminal fluvial del país fue el 9 de julio de 2018, cuando el buque pesquero noruego “Juvel” se prendió fuego en el muelle n° 11 y un tripulante del barco resultó intoxicado.
Por su parte, decenas de barcos surcoreanos se incendiaron en los últimos años. El 18 de febrero de 2009, los buques “Dae Woong 55” y “Hong Jin 101” se incendiaron casi al mismo tiempo en las primeras horas de la madrugada. En noviembre de ese año otra vez dos pesqueros de Corea del Sur se prendieron fuego en puerto de Montevideo. El “Excellent 8” ardió en la madrugada del 19, mientras que el buque “Esperanza” se incineró el 28, después de la medianoche. En diciembre de 2009, dos barcos surcoreanos también se incendiaron en dársenas del Puerto de Montevideo y resultó intoxicado un operario de Vietnam.
A mediados de noviembre de 2010, de nuevo, dos barcos dedicados a la pesca de calamar en el Atlántico Sur se incendiaron en las instalaciones portuarias. Un trabajador de origen vietnamita que trabajaba en el “Seogin XI” perdió la vida. Tras el trágico episodio, Alberto Díaz, presidente de la Administración de Puerto (ANP) en ese entonces, opinó que “la negligencia es un factor muy importante” en los frecuentes incendios de barcos surcoreanos y señaló un patrón en común entre los mismos: “los siniestros suceden entre las cero y las tres de la mañana”.
En la madrugada del 9 de setiembre de 2011 se escucharon tres explosiones provenientes del puerto a raíz del incendio ocasionado en el buque de bandera de Corea del Sur “Aurola 9”, en el que resultaron lesionados cuatro tripulantes.
Fuentes portuarias dijeron a La Mañana que en la mayoría de los casos la poca información brindada por las empresas y la barrera idiomática que impide tomar indagatoria a los pescadores asiáticos, dificultan determinar si estos incendios comienzan debido a descuidos de los trabajadores mientras están cocinando o si, en cambio, existe algún grado de intencionalidad en las causas de estos siniestros, ya que las zafras a veces no son muy buenas y se les hace muy costoso retornar.
Distinto fue el caso del barco hundido en aguas uruguayas del océano Atlántico. Si bien aún no concluyeron las investigaciones, una falla técnica sería la causante del hundimiento del gigante buque surcoreano “Stellar Daisy” a más de dos mil kilómetros de las nuestras costas, el 31 de marzo de 2017, con 24 operarios a bordo -16 filipinos y 8 surcoreanos-. Los únicos sobrevivientes, dos filipinos, mencionaron que el buque salió escorado desde Río de Janeiro hacia China; posteriormente se escuchó una explosión y luego el buque empezó a hundirse. En febrero del año pasado, la empresa Ocean Infinity (la misma que encontró el submarino argentino ARA San Juan) halló la embarcación en las profundidades del Atlántico y rescató la caja negra que fue enviada a Inglaterra para su pericia.
Cementerio de barcos de ANP ya tiene solución
En la zona conocida como antepuerto, a unos 300 metros de tierra firme, se encuentran decenas de barcos oxidados y semihundidos, que han sido abandonados e incendiados en la bahía montevideana en las últimas décadas.
Más allá de lo poco estética que resulta la primera imagen que reciben los turistas en los cruceros que visitan asiduamente nuestra capital, las miles de toneladas de hierro corroído de estas embarcaciones generan peligrosas dificultades de navegación, además de un enorme foco de daño medioambiental. Al mismo tiempo, representa una oportunidad de negocio para algunas empresas.
Con el objetivo de solucionar este problema y otros inconvenientes que podrían dificultar el desarrollo de algunos de los proyectos que se están llevando a cabo en la zona portuaria, la ANP firmó un contrato, el pasado 17 de diciembre, con las empresas Movilex Recycling Uruguay, Movilex Recycling Latam y Movilex Recycling España, que resultaron adjudicatarias de la Licitación Pública n° 21.775, para el retiro y desguace de 25 embarcaciones y restos amontonados en la bahía. (Aunque quedarían otros tantos, incluido el buque incendiado la última semana).
Tendrán 540 días de plazo para extraer los 25 barcos que pasaron a manos del Estado y forman parte del contrato entre ANP y la empresa adjudicataria; un proceso largo y engorroso según aseguró el vicepresidente de la administración portuaria, Juan José Domínguez, en diálogo con TVCiudad a mediados de febrero.
El consorcio ganador ofertó USD 3.350.750,40, aproximadamente 150 mil dólares por cada barco que extraerá de las inmediaciones del dique cintura y trasladará a un terreno de Punta de Sayago, cedido por ANP, donde la empresa recicladora realizará el desguace y llenará los contenedores de chatarra que luego exportará.
El plan de desguace fue aprobado por la Prefectura Nacional Naval y la intendencia capitalina; y el tratamiento de vertidos fue autorizado por parte de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, garante de los cuidados ambientales. Algunos están a flote, pero otros hay que reflotarlos o alivianarlos para sacarlos. Una vez liberada esa zona del antepuerto se utilizará para fondear barcos activos.
Las grandes obras portuarias que están en marcha
ANP y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas pretenden que estos trabajos se ejecuten en tiempo y forma para que no interrumpa los grandes emprendimientos de infraestructura que se están llevando a cabo en la zona portuaria y accesos, varios de ellos impulsados para la segunda planta de UPM: la construcción de una terminal especializada para celulosa, muelles para transportar el producto entre el depósito y los buques; la ampliación del muelle C; un acceso para el tren de carga y el nuevo viaducto en la rambla portuaria.
El viaducto será de 1.800 metros, con tres carriles en cada sentido, dos rampas de acceso y un puente arco de 160 metros de largo. Mientras que el acceso del ferrocarril proveniente de UPM2, ingresará a Montevideo por San Fructuoso.
Para 2022 también se pretende que esté finalizada la nueva terminal pesquera de Capurro, la terminal para camiones en la intersección de las rutas 1 y 5, y las nuevas obras en el Puerto Libre del Polo Logístico ubicado en Puntas de Sayago.