Cantante/ bailarina/ actriz
20 años
¿Tu pasión?
Desde que tengo uso de razón, es el arte. Algunas personas dicen que nacemos con una misión, de alguna manera siento que la mía es crear, expresar y entretener.
¿Tu primer trabajo?
Desde muy chica participé en algunos programas de televisión, pilotos y publicidades. Pero a los 16 años trabajé en mi primera obra musical que combinaba las tres disciplinas: canto, danza y actuación. El nombre del musical era “El príncipe sapo” dirigido por Sebastián Bandera y producido por Groove, el cual obtuvo un premio Florencio a “mejor elenco en un musical” en 2017. Estoy sumamente agradecida por esa oportunidad y la gente que conocí.
Un consejo a alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que vos
Antes que nada, que hay que acostumbrarse al “rechazo”; ni siquiera me gusta llamarlo así, me refiero al hecho de no obtener un rol o un papel. Hay que aceptarlo y sobretodo entender que no significa que no tengamos suficiente talento, o que sea una excusa válida para abandonar lo que te apasiona.
Una vez, luego de una larga audición en Nueva York un director se me acerco para decirme que le encantaría trabajar conmigo pero que precisaban una persona que fuera más alta ya que el rol lo requería. Hay muchos factores externos que como artistas y perfeccionistas muchas veces no vemos y nos terminamos culpando por cosas que van más allá de nosotros. Audicionar es parte del trabajo del artista en mi opinión.
¿Cómo surge tu inspiración?
Empecé a ir a clases de ballet a los 3 años y la profesora siempre decía que aparte de bailar a mí me gustaba “interpretar” la música. A través de la danza me di cuenta lo que la música provocaba en mí, lo cual hizo que más tarde cantara y compusiera. Y de ahí también surgió la actuación. Creo que a través tanto de cantar, bailar o actuar, estamos contando una historia y eso me atrae mucho, el cómo se cuenta la historia. Y a lo largo de los años me di cuenta que la comedia musical se volvió mi propia historia, contada a mi manera.
¿Contra qué defecto luchas?
Con cuestionar mis propios impulsos. De niña todo era un juego y nada necesitaba justificación, el arte era un hermoso “vale todo”. Pero al crecer, y sobre todo al vivir a una ciudad con tanto talento como Nueva York y estudiar en una reconocida universidad de artes dramáticas donde constantemente aprendía técnicas específicas y nuevas, confieso que cada tanto perdía el factor de “juego” que le suma tanta magia al arte. Viendo tanto nivel, talento y personas que desde los 3 o 4 años al igual que yo seguían el mismo sueño, llevó a hacerme cuestionar más mis movimientos. Pero también me abrió la cabeza de una forma inexplicable. A su vez entendí que nadie es competencia de nadie, todos tenemos lo nuestro, y lo que está por encima es el amor y la pasión que todos compartimos por lo que hacemos.
¿Tu lugar en el mundo?
Si bien siempre dije que Nueva York es “mi ciudad” y el lugar donde considero que más crecí como artista, sin duda mi lugar en el mundo se basa más en lo que estoy haciendo. Me creo capaz de ser feliz en cualquier lugar donde pueda subirme a un escenario y cantar, conocer músicos y poder compartir y componer. No necesito mucho más.
¿Un referente en tu vida?
Alguien que sin duda me inspiró mucho fue mi abuela materna. Ella no cantaba ni bailaba profesionalmente, pero estoy segura que todos los que la conocimos coincidiríamos que era toda una artista. Ella me inspiró a dejarme llevar y encontrarle un efecto meditativo al arte. “Meme” (como la apodamos mi hermana y yo) veía el mundo desde otra perspectiva. La recuerdo buscando formas en las piedras y pintándolas, también en las nubes durante horas y de sus cuentos improvisados e infinitos. Algo que aprendí de ella y se refleja mucho en mi arte es el poder de los sueños. Hasta el día de hoy tengo un cuaderno donde anoto todos mis sueños, que luego se suelen transformar en poemas, canciones, escenas, etc. Me gusta creer que heredé algo de la magia de mi abuela; la extraño mucho y la tengo muy presente en mi día a día.
¿Una asignatura pendiente?
Escribir y producir mis propios musicales, la música y letra, y poder darle vida a mi visión. Tengo muchas ideas en mente, escribo mucho, escenas y canciones, sobretodo últimamente.
¿Un valor fundamental?
El profesionalismo, no solo en el proceso creativo sino también en el set de filmación, en un estudio y sobre todo en un teatro donde el público está presente. El artista requiere mucha disciplina y orden para poder aprender, mejorar y vivir del arte.
¿Qué es la felicidad para vos?
La felicidad para mí se basa en estar presente, disfrutar el segundo a segundo, lo cual a mí se me hace difícil en la vida en general pero en el momento que estoy actuando, cantando, bailando, escribiendo y compartiendo me sale naturalmente. Creo que por ahí viene mi amor incondicional a lo que hago. Es algo que puede más que yo, y aunque a veces la música y al arte me trae frustraciones, también me trae un estado de felicidad inexplicable. Mi definición favorita de actuar dice que actuar es “vivir honestamente bajo circunstancias imaginarias”.
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