El coronavirus genera un marcado aumento del desempleo en varios sectores, lo cual puede tener consecuencias políticas para el actual gobierno según las últimas encuestas.
Con más de 60.000 casos y 2218 muertos por el COVID-19 a nivel nacional y con 8 infectados en el gabinete, Bolivia enfrenta nuevos brotes y genera dudas sobre el gobierno actual cuando faltan menos de dos meses para las elecciones.
La presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, junto a los ministros de Desarrollo Productivo, Relaciones Exteriores, Presidencia, Economía y Finanzas Públicas, Hidrocarburos, Desarrollo Productivo y Economía Plural, Minería y Metalurgia, Justicia y Transparencia institucional han dado positivo por coronavirus, algunos ya recuperados mientras que otros cursando la enfermedad. Lo que los ha desplazado físicamente de sus oficinas justo en un pésimo año económico para el país.
Según el Banco Mundial la caída del PBI del país decreció un 5,6% entrando técnicamente en recesión, producto de la pandemia. Para poder combatir el desempleo el gobierno ha presentado distintos planes, por ejemplo, el “Crédito 1, 2, 3”, el cual tiene como objetivo promover el consumo a nivel interno y estimular la economía nacional. El mismo tendrá un interés de 3% anual. “El Crédito 1, 2,3 generará empleo en la micro, pequeña y mediana empresa; pero también reactivará el consumo de productos y servicios bolivianos. Es dinero de libre disponibilidad que le dará fortaleza a cada boliviano y nos ayudará a vencer la crisis.
“El camino es trabajar juntos”, escribió Añez en su cuenta de Twitter. Cada persona podrá acceder a un máximo de 64.000 bolivianos (aproximadamente 9.248 dólares) mientras quien tenga una empresa accederá hasta un total de 350.000 bolivianos (50.578 dólares). Otro plan que se ha anunciado fue el de subvención a empresas, el ministro de Trabajo, Oscar Mercado afirmó que habrá 19 millones de dólares para pago de salarios de más de 10.000 trabajadores hasta fin de año. Todo esto tiene por contexto anterior el acercamiento del gobierno con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien en abril de este año aprobó la solicitud de asistencia financiera realizada por el país sudamericano y se le asistió con 327 millones de dólares en el marco del “Instrumento de Financiamiento Rápido” para combatir la pandemia de coronavirus.
Esta crisis también ha forzado a acercarse al Bando Mundial y a la agencia norteamericana Usaid, lo que demuestra el cambio de política exterior del país, ya que con Morales como presidente, las relaciones con Estados Unidos eran distantes. A pesar de una mayor cercanía actual, según el diario boliviano “La Razón” existe molestias con el gobierno estadounidense ya que han pasado más de dos meses y los 250 respiradores prometidos por Estados Unidos aún no tienen fecha siquiera de llegada al país.
La lucha entre oficialismo y oposición tuvo otro capítulo esta semana cuando la coalición JUNTOS, que apoya a Áñez presentó una demanda al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para inhabilitar al MAS para las elecciones de septiembre debido a que Arce difundió una encuesta, acorde a los denunciantes. Esto viola un artículo de la Ley Electoral que prohíbe la difusión de encuestas por parte de los candidatos. Acorde al MAS, Arce solo respondió una pregunta de un periodista cuando el candidato estaba siendo parte de un programa de televisión. Ahora quien decidirá será el TSE, el cual está compuesto por personas elegidas mediante acuerdo nacional por parte de todos los partidos políticos en enero de este año.
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