Aleksandr Solzhenitsyn fue un literato e historiador ruso, nacido el 11 de diciembre de 1918, en Kislovodsk, Rusia, cerca de la frontera con Georgia, y fallecido el 3 de agosto en de 2008 en Moscú, a los 89 años.
Fue notoria su postura crítica no sólo sobre el socialismo soviético, sino también más adelante, sobre la descomposición de lo que se da en llamar Occidente. Contribuyó a dar a conocer el sistema de campos de trabajos forzados de la Unión Soviética, denominados popularmente Gulag, donde él mismo estuvo como prisionero entre 1945 y 1956.
Muchas de sus obras fueron censuradas por el régimen soviético, pero su trabajo alcanzó un volumen destacado, sobre todo Archipiélago Gulag, Un día en la vida de Iván Denísovich, Agosto de 1914 y Pabellón del cáncer. Solzhenitsyn fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1970 “por la fuerza ética con la que ha continuado las tradiciones indispensables de la literatura rusa”, según declara la Institución. Su creación literaria se fue entrocando directamente con lo más profundo de pesamiento ruso decimonónico. No en vano el mensaje enviado en ausencia a la Academia invoca varias veces a Dostoievsky: “…el que lanzó la enigmática observación: La belleza salvará al mundo…”. Y más adelante reafirmando la posicion de su maestro: “… ¿No habra sido un frase tirada al descuido sino una profecía? Después de todo, a él le fue dado ver mucho, siendo como fue, un hombre de una fantástica iluminación…”. Y remata: “Nuestro siglo XX ha demostrado ser mas cruel que los siglos precedentes…”.
Fue expulsado de la Unión Soviética en 1974, pero regresó a Rusia en 1994, tras la disolución de la URSS.
El 10 de diciembre de 1970 tuvo lugar en Estocolmo la entrega anual de los Premio Nobel, día en el cual La Mañana daba cuenta de la inusual situación generada por la ausencia de uno de los galardonados, Aleksandr Solzhenitsyn. “El recuerdo de muchos de los asistentes al tradicional acto en el salón de conciertos de Estocolmo, se dirigirá al laureado ausente de los festejos, el novelista ruso Alexei Solzhenitsyn. Como su compatriota Boris Pasternak, que lo precedió en la distinción en 1958, el autor de El séptimo círculo prefirió no viajar a Suecia por el temor de no poder regresar a su patria”.
Reacción ante el Premio Nobel
La Mañana hacía mención a que la reacción de Rusia contra la premiación al escritor no fue tan violenta como en el caso de Pasternak, que tuvo que renunciar al Nobel, “de manera que Solzhenitsyn recibirá la distinción en una ceremonia que se cumplirá en fecha próxima en la embajada sueca ante el Kremlin”.
El 11 de diciembre, al día siguiente de la premiación, La Mañana titulaba: “Fueron entregados los Premio Nobel con la sola ausencia de Solzhenitsyn”, congratulando a los siete laureados presentes en la ceremonia, entre ellos el argentino Luis Leloir, Premio Nobel de Química.
Solzhenitsyn: “Cuando la vida se teje con estambres legalistas surge una atmósfera de mediocridad moral que paraliza los más nobles impulsos humanos”
“La ausencia del ‘literato’ de turno quitó relieve popular a la distribución de premios por ser mucho más sensible la opinión a la literatura que a las proezas y avances científicos a menudo incomprensibles para el público en sus aspectos técnicos. Sin embargo, el ceremonial tuvo la misma solemnidad de siempre desde que en 1901 se atribuyó por primera vez el Premio Nobel”.
El día en que se haría acreedor al Premio Nobel de Literatura por sus novelas sobre la vida en la Rusia Sovietica, el novelista -que para ese entonces tenía 52 años-, pasó la hora cumbre de su carrera literaria aislado en la residencia de campo del violonchelista Mstislav Rostropovich.
El premio durante el exilio
Cuatro años después, el 10 de diciembre de 1974, Solzhenitsyn recibió con atraso el Premio Nobel de las propias manos del Rey Carl Gustaf de Suecia. La Mañana destacaba: “Eminentes científicos de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Bélgica, recibieron hoy el galardón más preciado en sus respectivas especialidades, pero fueron eclipsados por un escritor ruso exiliado que llegó cuatro años más tarde a recoger su Premio de Literatura”.
Solzhenitsyn fue desterrado de la Unión Soviética en febrero de ese mismo año, y recibido con excepcionales muestras de reconocimiento en la tradicional ceremonia de entrega de premios Nobel en Estocolmo. Los embajadores de la Unión Soviética y cinco de sus satélites de Europa Oriental boicotearon la ceremonia ausentándose. Tal fue el revuelo causado por el premio al novelista ruso, que ese “día Nobel” los prisioneros soviéticos se declararon en huelga de hambre.
“No lejos de los mullidos asientos rojos del salón de conciertos, Amnistía Internacional exhibía documentos sobre los campamentos de trabajo forzado y las prisiones políticas que hay en la Unión Soviética”, concluía La Mañana.
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