Los desarrollos nacionales dependen de las relaciones de poder existentes entre los diferentes grupos sociales y el Estado, las posibilidades económicas y el proyecto de los grupos dominantes.
La potencialidad de los distintos núcleos, sus acuerdos y contradicciones, su mayor o menor plasticidad para adaptarse a las exigencias del proyecto o a las circunstancias que lo rodean, determinará el tipo de desarrollo y su grado de dinamismo. Ambos dependerán también de la evolución proporcionada y congruente de las distintas estructuras integrantes: un desarrollo social muy acelerado puede fracturar el desarrollo económico y entorpecer seriamente el político; un desarrollo económico desacompasado puede generar exclusiones y marginaciones sociales que deriven en gobiernos inestables o autoritarios; un desfasado desarrollo político puede distorsionar el potencial desenvolvimiento de los otros dos.
En la región, estos desequilibrios relativos entre los distintos desarrollos -de difícil obtención en condiciones de razonable normalidad doméstica- se han vuelto más inalcanzables como consecuencia de la creciente dependencia externa y las nuevas distorsiones originadas por ciertas transformaciones políticas recientes que pretenden subordinar los desarrollos sociales a los económicos…Teóricamente, en un régimen capitalista puro, el empresario privado acumularía, invertiría e impulsaría al crecimiento económico; consecuentemente mejorarían la situación del empleo, las retribuciones, el consumo y el nivel de vida de la población.
En la realidad, su darwinismo social conduciría a concentraciones, oligopolios y transnacionalizaciones que excluirían a amplios grupos sociales de los frutos del crecimiento, restringirían o postergarían el acceso a mejores niveles de vida, trasladarían a las mayorías el peso de las cargas fiscales y de los financiamientos inflacionarios y apartarían los regímenes políticos de sus formas más democráticas.
Cr. Luis Faroppa, en trabajo titulado “El desarrollo social en época de incertidumbre económica”, presentado durante el Simposio internacional sobre políticas de desarrollo social en América Latina y el Caribe. Organizado por la CEPAL, el evento se llevó a cabo en Santiago de Chile en abril de 1982. Faroppa fue creador del Instituto de Economía de la FCEA, artífice junto al Cr. Enrique Iglesias de la CIDE y el primer director de la OPP, creada durante la presidencia del general Oscar D. Gestido.
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