Los puertos son nodos logísticos claves en las cadenas de valor de los diferentes productos cuyo origen o destino está en el área de influencia de su hinterland y las autoridades que lo gestionan, deberían procurar, orientar, dirigir y regular la organización de la Terminal, a través de políticas adecuadas de utilización de la infraestructura y equipos, a los efectos de proveer servicios eficientes y competitivos a nivel nacional y regional.
El comercio marítimo mundial en el actual mundo globalizado está generando crecientes flujos de mercancías por dichos nodos, que han dado lugar a una “Comunidad Marítima” formada por agentes públicos y privados, que requieren altos niveles de capacitación, a fin de responder a los retos de la competitividad.
Dicha comunidad está integrada por autoridades marítimas y portuarias nacionales, agentes de aduanas y comercio (exportadores e importadores), armadores, agencias marítimas, consignatarios, prácticos, capitanes de puerto, empresas de servicios portuarios, especialistas en derecho y seguros marítimos, surveyors, operadores logísticos y portuarios, peritos, expertos navales, etc.
Todos se rigen por diferentes y cada vez más complejas normativas nacionales e internacionales en cada área, que requieren un cabal conocimiento de las mismas, para estar en condiciones de aplicarlas debidamente y en tiempos razonables, a fin de no perder en eficiencia y para que cada terminal pueda comercializar el buen funcionamiento de su “Comunidad Portuaria”.
Esto exige capacitación profesional continua y una cada vez mayor especialización en todos los niveles de la organización, siendo uno de los grandes desafíos para nuestro futuro portuario, integrar los diferentes colectivos de la comunidad en un “Consejo de Calidad”, como tienen los puertos más desarrollados del mundo. La finalidad del mismo sería obtener un sistema de certificación de calidad, que asegure la “Marca de Garantía” de cada uno de los principales puertos de nuestro país. Evidentemente es un cambio cultural profundo.
Para lograr comprender como se puede ser eficientes y competitivos, dadas las características de los parámetros dinámicos del mercado, se requiere que las autoridades tengan una visión con políticas públicas sustentadas en la innovación competitiva. Esta debería acompañarse de un nuevo enfoque estratégico, que entre otros factores destaque la vital importancia de ofrecer posibilidades de capacitación y formación continua a los diferentes integrantes de la “Comunidad Marítima”, en sus diversos niveles de responsabilidad. Así, se permitiría completar la formación de grado de ejecutivos, profesionales y técnicos del sector marítimo y portuario, entre muchos otros.
Actualmente, las posibilidades de formación en ramas afines al ambiente marítimo comercial y portuario son muy escasas y casi inexistentes a nivel universitario. La oferta educacional disponible se encuentra diversificada en instituciones cuya preocupación está centrada en niveles terciarios básicos. No existen maestrías en gestión portuaria, logística en terminales marítimas, planificación y desarrollo de puertos, derecho marítimo, seguridad del medio ambiente costero y portuario, infraestructura e instalaciones de puertos, seguros marítimos, biotecnología azul, minería en aguas profundas, gestión de ecosistemas marítimos, explotación sostenible de recursos naturales marinos, entre otros.
Ante esta situación las empresas y agencias contratan personal especializado en el exterior o los menos, se forman a título personal en otros países con apoyo empresarial privado a costos elevadísimos. Pero la mayoría son autodidactas y complementan la formación con alguna materia específica de posgrado de otras carreras y luego complementan la misma con la práctica en la gestión portuaria marítima en el trabajo que se desempeñan.
Ha llegado a tal punto el problema de requerimientos de formación en el sector que, entidades privadas nacidas con otro fin, representando los intereses del sector marítimo y sus asociados, en los últimos años y ante la carencia de propuestas de capacitación al respecto, han desarrollado cursos técnicos e incluso alguno a nivel terciario con reconocimiento del Ministerio de Educación y Cultura.
No obstante, la franja a nivel universitario no está contemplada integralmente por ninguna universidad a nivel nacional, que ofrezca carreras de grado, post grados, maestrías, doctorados u otros cursos técnicos complementarios o diplomaturas.
Lamentablemente, este vacío educativo lo está tratando de cubrir para el cono sur la Universidad Politécnica de Valencia, a través del dictado de una “Maestría de Gestión Portuaria”, con profesores españoles. La misma se viene llevando a cabo desde el 2018 en instalaciones del puerto de Buenos aires, para profesionales universitarios del sector marítimo portuario público y privado, con tres semanas de clase a distancia (on line) y una presencial en forma mensual durante un año y luego una etapa final de diez días en la mencionada universidad.
A dicha maestría de alta gestión portuaria, además de argentinos asistieron en su primera edición profesionales de varios países de la región, entre ellos chilenos, peruanos y uruguayos, a pesar de su costo y la dificultad por los traslados mensuales.
Por otra parte, considerando las características determinantes de nuestra geografía, que otorga claras ventajas comparativas, se hace imprescindible mantener también las ventajas competitivas, que brinda solo la buena gestión en todas las áreas del sector marítimo portuario, para lo cual es imprescindible una sólida formación y una continua capacitación de los recursos humanos.
A lo expuesto hay que sumarle la reciente extensión de nuestros derechos sobre el lecho y subsuelo marítimo, más allá de las 200 millas marinas de la zona económica exclusiva (ZEE) y casi hasta las 350 millas en la plataforma continental. Esto es muy significativo para la explotación futura de las riquezas que podrían allí existir y la aplicación del derecho marítimo a las diferentes situaciones, sin dejar de prepararse para el nuevo régimen de la Alta Mar, que se está tratando actualmente en la ONU y cuyo nuevo sistema jurídico va a requerir de especialistas también en el tema.
Tampoco deberíamos olvidar la Antártida y la carrera que en el futuro próximo se puede abrir con la revisión del tratado del cual somos miembro consultivo. Tenemos que estar preparados ante la transición hacia nuevos escenarios jurídico- políticos, que entre otros factores no excluye la probable necesidad de explotar los recursos antárticos intensamente.
En suma, ante estas realidades, el país no puede dejar de reunir todas las disciplinas relacionadas con lo portuario, marítimo, comercial, jurídico internacional, técnico profesional, alta gestión en empresas marítimas, etc. en un centro universitario, que permita capacitar a nivel superior a quienes se dediquen a las mismas, sin tener que acudir a buscar otros horizontes.
Uruguay dispone de una oportunidad única para iniciar una “Universidad Marítima”, aprovechando las nuevas técnicas de enseñanza virtual, acompañadas de enfoques educativos tan aplicables a las actividades marítimo comerciales, como son el desarrollo del aprendizaje por competencias profesionales. Esto permitirá capacitar en conocimientos, destrezas y actitudes necesarias, para ejercer su propia actividad laboral, resolviendo los problemas de forma autónoma, creativa y además estar preparado para colaborar con su entorno laboral.
Estimamos que esta podría ser una importante política pública de carácter educativo, para un área que requiere una atención profesional, a través de una visión estratégica de mediano y largo plazo. Es un objetivo necesario para el desarrollo de un “Uruguay Marítimo y Portuario”, de cara a los grandes desafíos del presente siglo, donde el mar juega un papel esencial en el equilibrio social, económico y ambiental de nuestro país y de toda la humanidad.