En 1950 Juscelino Kubitschek decidió que era hora de retornar al gobierno –había sido parte del Estado Novo de Getulio Vargas- y se presentó a las elecciones como gobernador de Minas Gerais. Comprometiéndose a invertir en energía y transporte, dos áreas subdesarrolladas en su estado, JK resultó vencedor, asumiendo el cargo a principios de 1951. Su administración estuvo marcada por un gran salto en el desarrollo, supervisando la creación de la Compañía de Energía de Minas Gerais (CEMIG) y la construcción de cinco centrales hidroeléctricas, además de innumerables carreteras, puentes, centros de salud y escuelas. Pocos años mas tarde, el suicidio de Getulio Vargas dejó un enorme vacío de poder, y JK decidió postulase a las elecciones presidenciales de 1955, con una plataforma de desarrollo similar a las de sus campañas anteriores. Vencedor nuevamente, su presidencia sería fundamental en la historia de Brasil.
Kubistchek fue presidente de Brasil de enero de 1956 a enero de 1961, y sus cuatro años en el cargo estuvieron marcados por el optimismo y la sensación de que Brasil estaba finalmente en el camino de alcanzar su verdadero potencial. La agenda de Kubistschek se basaba en el desarrollo, ejemplificada en su lema “cincuenta años en cinco”. Esperaba alcanzar esta ambiciosa promesa con dos iniciativas clave, el Plan de Metas y la transferencia de la capital al interior mediante la construcción de Brasilia. El Plan de Metas se centraba en el desarrollo de cinco áreas clave -energía, alimentación, industria, educación y transporte- con el objetivo de modernizar y diversificar la economía brasileña. Esto se lograría en parte abriendo Brasil al capital extranjero, en particular a la industria automotriz. Kubitschek se aseguró de aplicar una nueva política de incentivos fiscales para atraer la inversión extranjera y dio la bienvenida al mercado brasileño a empresas como Volkswagen y Simca. Todo este capital entrante vio un aumento en la calidad de vida de algunos brasileños, ya que los electrodomésticos, como los televisores, se hicieron fácilmente disponibles.
El legado de la presidencia de Kubitschek sigue siendo una gran fuente de discusión. Kubitschek produjo un 80% de crecimiento en la producción industrial, contribuyendo a la modernización de la nación. Sin embargo, el gasto masivo que hizo todo esto posible también creó problemas para Brasil, como un aumento en la deuda nacional y la inflación. Sin embargo, Kubitschek dejó la presidencia triunfalmente en 1961, habiendo cumplido muchas de sus ambiciosas promesas. Fue sucedido por Janio Quadros.
“Brasil, cinco siglos de cambio”, Brown University
TE PUEDE INTERESAR