Hace unos días, en Artigas, un ladrón intentó entrar en la casa de un matrimonio por la chimenea. Pero tuvo la mala fortuna de quedar atrapado, con los pantalones bajos, debiendo ser rescatado por los bomberos mientras los televidentes veían sus piernas desnudas colgando como adorno.
Mientras tanto desde Montevideo, el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, se asfixiaba en su propia nube de humo. Es que esta vez la producción de hollín fue tal que hasta la caterva de líderes “progresistas” quedó mareada con la fumaza.
El libreto estaba bien escrito. A prima facie no parecía más que una variante del repertorio utilizado el año pasado, que tenía la clara intención de frenar la candidatura del Gral. Guido Manini Ríos con una causa judicial.
Un procesamiento en el momento oportuno, una foto para la posteridad y todo resuelto, habrán pensado los maestros de la ilusión. Pero como la vida es más compleja que un teatro, existían serios daños colaterales.
En primer lugar, ensuciaron el nombre del entonces ministro de Defensa, Jorge Menéndez, que no se encontraba en condiciones de defenderse. Menéndez era un hombre para nada afín a las FFAA, pero era un hombre de bien y derecho. La maniobra lo alcanzó, pero este señor con mayúscula documentó con precisión lo ocurrido en la carta renuncia que elevó al presidente de la República.
Para el momento que empezó a disiparse el humo –y la ciudadanía se dio cuenta que la maniobra provenía de la choza del gran hechicero- raudamente el fiscal Morosoli dio marcha atrás y el escenario montado quedó para luego de las elecciones. Mientras tanto Manini y Cabildo Abierto fueron convalidados por 270.000 votos de la ciudadanía.
Esta vez el montaje era más complejo, con el gran hechicero limitado a dar conferencias vía zoom desde su casa.
Fue necesario reflotar un Tribunal de Honor de 2006, del cual no se había informado. Si bien el actor principal es el mismo del caso Gavazzo, esta vez la trama contaba con la participación especial de Gilberto Vázquez. El blanco en este caso es el Gral. Carlos Díaz, sobre quien se intenta cargar todas las culpas de la maniobra urdida por los brujos de la intriga.
Todo estaba sincronizado para que se destapara la “primicia” semanas antes de la decisión sobre el desafuero, y a un mes de las elecciones municipales. Es por eso que hasta el colorido Intendente de Montevideo vio posiblemente en la situación una oportunidad para beneficiar a los vecinos de la capital con sus ocurrencias políticas. Tampoco desperdició la ocasión el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, quien calificó de “mercenarios” a los representantes de uno de los partidos fundacionales, partido que combatió a cara descubierta, poniéndole el pecho a las balas siempre en defensa de las libertades públicas. Y de frente! Probablemente Miranda utilice la palabra mercenario dada su tendencia habitual a proyectar, cosa que le ocurre cuando se pone nervioso demás.
Y hablando de complicidad, lo que queda absolutamente claro de todo esto es que existe una línea directa entre las decisiones del presidente Vázquez y el ocultamiento del Tribunal de Honor de Gilberto Vázquez. ¿Existirá alguna complicidad entre el presidente Vázquez y las declaraciones del otro Vázquez?
“Eligieron complicidad” es el mensaje con que el Frente Amplio sube la apuesta en su intención de exacerbar los ánimos de sus seguidores violentos. Afortunadamente una ínfima minoría.
Pero no hay que olvidar que fueron minorías antidemocráticas que comenzaron la escalada de violencia, que siguiendo las directivas vaya uno a saber cómo se denominó a ese “plan”, llegamos a la reacción represiva que tan amargos frutos le dio a la sociedad uruguaya y cuanto beneficio a los habilidosos aprovechadores de la desgracia ajena…!
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