Una caída anunciada. El Obispo Torre y los jesuitas del Río de la Plata (1757-1773) Fernando Aguerre Core. LINARDI Y RISSO, 398 págs. 2007.
Bienvenidos a una brillante investigación sobre un personaje clave en la crisis terminal de las Misiones Jesuíticas.
Pero una mínima introducción previa: en algo velado y tergiversado por la leyenda negra de la colonización española, hubo una clara voluntad evangelizadora frente a la población indígena a la cual se la veía con derechos inalienables. Frente a la política de exterminio más o menos explícita de los anglosajones o las prácticas esclavistas de los portugueses, España honró su compromiso con la Iglesia, más allá de algunas acciones absolutamente repudiables de parte de sus autoridades y colonos.
Es en ese espíritu que en 1603 el gobernador Hernandarias apuntó a suprimir el sistema de la mita y de las encomiendas (que se había prestado para diversos abusos) y por ende solicitó a jesuitas y franciscanos el desarrollo de las Misiones. Así se sentaron las bases a un proyecto que abarcó prácticamente dos siglos, en los cuales la población principalmente guaraní fue organizada en reducciones o misiones que lograron un desarrollo social, material y espiritual insólito a nivel mundial.
Pero también del punto de vista político y militar fueron excepcionales, logrando por fin detener las correrías de los bandeirantes, portugueses que se organizaban para esclavizar poblaciones indígenas. El éxito de los jesuitas comenzó a generar resquemores frente a la sospecha por parte de los soberanos europeos de un Estado autónomo. El fin del conflicto entre España y Portugal se laudó de un modo harto polémico; a cambio de Colonia del Sacramento, España entregó gran parte de las Misiones con el obvio conflicto político y religioso. Carlos III termina expulsando a los jesuitas (blanco habitual de todas las diatribas liberales iluministas) de su territorio, al igual que los otros monarcas europeos.
Manuel Antonio de la Torre fue el obispo que ocupó las sedes episcopales de Paraguay y el Río de la Plata. Asimismo, fue el que trajo las órdenes directas del Rey de implementar la expulsión de los jesuitas. Es por eso que su minuciosa descripción de la vida y costumbres del área adquieren relevancia: el contraste entre las Misiones y el resto del Virreinato hace superfluo cualquier comentario posterior.
TE PUEDE INTERESAR