Después de 20 años de negociaciones y cuando se habían realizado varios anuncios de que faltaba poco, pero en los hechos parecía no llegar nunca fue que el viernes 28 de junio recibimos casi como una sorpresa la noticia de que se había cerrado el acuerdo MERCOSUR – UE. Se trata del acuerdo comercial más grande existente, pero que, a su vez, se da en una etapa muy crítica de las relaciones internacionales tanto en el plano comercial como político, estando plenamente instalada la Guerra Comercial entre EE.UU. y China, en un clima de profundo cuestionamiento de los sistemas multilaterales y con una Europa con indefiniciones en relación al Brexit. En ese contexto europeo, a su vez, están nuevamente aflorando los nacionalismos mientras que en la región mercosuriana se dan importantes crisis económicas.
Para Uruguay el acuerdo ha sido valorado como sumamente positivo, los bienes que constituyen la oferta exportable de Uruguay hacia la Unión Europea recibirán un trato preferencial para acceder a ese mercado. Según un informe elaborado en forma conjunta por el Ministerio de Economía y Finanzas y el Instituto Uruguay XXI en el año 2016, las exportaciones uruguayas pagan anualmente 270 millones de dólares por concepto de aranceles, de los cuales el 40 % (106 millones) corresponde a aranceles pagos por exportaciones a la UE. La eliminación de esa barrera arancelaria al final del período de desgravación será una de las principales ganancias para el Uruguay en el Acuerdo de Asociación MERCOSUR – UE. Se beneficia en forma importante a la oferta exportable de nuestro país vía este tipo de acuerdos que son vistos como estratégicos y generadores de importantes oportunidades.
El acuerdo es sumamente amplio y abarca a una cantidad enorme de productos. Es común que se caiga en el facilismo de afirmar que se trata de un acuerdo que favorece a las exportaciones desde el MERCOSUR de bienes primarios y a las exportaciones desde el bloque europeo de productos industrializados. Pero en lo que se ha concretado el acuerdo es mucho más profundo y va mucho más allá.
No podemos negar que el acuerdo favorece a las exportaciones de bienes primarios de la región hacia Europa, pero si miramos las dificultades que muchos de nuestros productos de exportación tienen en mercado de destino, siendo de gran relevancia el mercado europeo podemos afirmar que el acuerdo es una necesidad del MERCOSUR exportador y que se trata de un modelo a seguir. Esta misma afirmación es válida para Uruguay y hasta se profundiza porque no podemos dejar de olvidar lo pequeño de nuestro mercado interno y la relevancia que tiene la región en tanto destino de exportaciones como competidora, así como el mercado europeo.
Pero a su vez, el acuerdo va mucho más allá de los productos como la carne, arroz, y otros y existen casos en que se generan algunas dudas respecto a que efectos puede tener tanto en el destino europeo, como en la competencia con los productos europeos como en el comercio regional. Pero es una realidad que el acuerdo marca condiciones para los productos y atiende la diversidad de realidad, al punto ocurre esto que podemos afirmar que es mejor tener un acuerdo que determine las reglas y plazos para todos a que no tengamos nada y quedemos librados a la oferta y demanda frente a países de mucho mayor tamaño.
Vinculado a esto cabe destacar un gran logro que es fundamental a capitalizar por nuestra región, esto fue las concesiones del Acuerdo que reflejan las asimetrías de tamaño de las economías de ambos bloques. En ese sentido, la Unión Europea otorga concesiones al MERCOSUR que serán efectivizadas en un período de tiempo más breve que las que el MERCOSUR concede a la Unión Europea.
Los resultados a nivel del arroz
Uruguay exporta más del 95% de su producción y la Unión Europea es uno de los mercados más destacados donde existe una importante valoración por nuestro arroz, pero los aranceles son elevados y representan barreras muy importantes a la exportación. Hasta el año pasado se pagaba 30 euros por tonelada de arroz cargo lo que significaba en el volumen de exportaciones unos usd 3.146.000 por año por concepto de aranceles. Desde el primero de marzo meses ese monto se elevó a 65 euros por tonelada, por lo que el costo total es mucho más alto. Si bien este valor podría ser revisado en el mes de setiembre no es seguro que existan cambios. Por otra parte, el arroz blanco paga 175 euros por tonelada, lo que hace casi imposible las exportaciones a este destino.
El acuerdo establece diferentes situaciones, en el caso concreto del arroz se dispondrá de una cuota para los cuatro países de 60.000 toneladas para todo tipo de arroz sin arancel intra cuota que se implementaría en cinco años lo que es parte del gradualismo de la puesta en práctica del acuerdo.
De esta forma para el arroz uruguayo esto representa una ganancia ya que todo lo que pueda bajar en los aranceles es una ganancia.
No podemos dejar de tener en cuenta que las 60.000 ton son para los cuatro países y que ahora además de las etapas que le siguen al acuerdo (revisión legal, firma, pase a los parlamentos, entrada en vigor) es necesario hacer la repartición de la cuota entre los cuatro países lo que implica un nuevo proceso de negociación con participación de las Cancillerías y losa actores privados.
Desde el sector arrocero el acuerdo es muy bien valorado ya que implica un aporte en el marco de mercados internacionales complicados pudiendo ser un ejemplo para replicar en otras realidades.
Otros aspectos del acuerdo
Si bien cuando miramos este acuerdo desde la perspectiva de un sector plenamente exportador no es lo mismo a cuando analizamos la realidad de otros productos. Por eso más allá del interés sectorial es importante tener una visión global. El tratado tiene otros importantes beneficios que merece la pena poner en consideración. En primer lugar, cabe destacar que reconoce los distintos niveles de desarrollo e integración ya que por ejemplo mantiene mecanismos como la admisión temporaria y el drawback para que los productores del MERCOSUR puedan abastecerse de bienes extra zona más baratos sin pagar aranceles. En segundo lugar, no implica una apertura inmediata por ejemplo el 60 % de la oferta del MERCOSUR se desgravará en un plazo de 10 años o más, un porcentaje muy relevante si se considera que otros países con acuerdos con la UE lograron plazos más breves para la mayoría de los productos. A su vez, no significa apertura sin contención, el acuerdo prevé mecanismos para evitar el fraude en materia de origen y aduanero; establece mecanismos de salvaguardias bilaterales que permiten suspender temporalmente las preferencias arancelarias o reducirlas en caso de amenaza o daño grave a un sector industrial; a su vez implementa un mecanismo de solución de controversias. Por otra parte no cambia las reglas de juego en materia de propiedad intelectual. Y finalmente, protege el medioambiente y los derechos laborales que deben cumplir ambas partes.
En términos globales y más allá del sector valoramos como positivo el acuerdo y un avance. algunas razones especificaremos a continuación.
Se dice que del acuerdo se sabe poco pero más allá de las reservas que implican este tipo de procesos de negociación hoy tenemos en vista todos los contenidos y es hora de conocer qué análisis se han hecho de sus impactos, y cómo cada uno de los sectores y actores hacemos nuestras propias estimaciones.
El acuerdo establece diferentes situaciones, en el caso concreto del arroz se dispondrá de una cuota para los cuatro países de 60.000 toneladas para todo tipo de arroz sin arancel intra cuota que se implementaría en cinco años lo que es parte del gradualismo de la puesta en práctica del acuerdo.
Vinculado al punto anterior es común que cuando hablamos de tratados de libre comercio o como es habitual llamarlos ahora de nueva generación, siempre existan ganadores y perdedores, es parte de los resultados de cualquier política pública y más cuando se trata a nivel internacional. Pero es una realidad que el acuerdo tiene que ver cómo mejorar la complementariedad, parte de las estructuras económicas y mayores posibilidades de cada país y son vistas como un proceso. En este sentido, no solamente se acuerda el acceso a mercados que además tiene diferentes formas sino que prevé otros temas que hacen al resguardo o a los propios procesos. En términos generales el acuerdo es visto como una oportunidad no solo para los productos de origen agrícola sino para otros, ya que cuando miramos los detalles si bien existen sectores con más riesgos y con mayores posibilidades de competencia, hay algunas cláusulas que buscan minimizar estos impactos.
El acuerdo refuerza los lazos ya existentes avanzando en el libre comercio sobre un sistema de cuotas, generando sectores altamente favorecidos y otros con mayores riesgos pero se consideran medidas que los mitigan, aunque a veces requieran de algunos esfuerzos sectoriales que en definitiva van a existir con o sin acuerdo. También se dan nuevas formas de relacionamiento en términos de propiedad intelectual, compras gubernamentales y cooperación, quizás el espacio donde el MERCOSUR, por fuera de lo comercial, tenga más para ganar.
Dada la característica de la negociación -bloque a bloque- existen heterogeneidades en las internas y realidades económicas y políticas que afectan de manera diferente. Es por esto que hay dos negociaciones a la vez, una que es entre los bloques y otras en las internas. La negociación a la interna del MERCOSUR se hizo en parte en paralelo con la principal, pero aún queda un camino por recorrer.
El MERCOSUR, que en los últimos años se ha visto devaluado por las dificultades en la interna, cobra nuevamente fuerza con este acuerdo y nos obliga como región a volver a negociar el comercio entre nosotros, más por la importancia que tiene para todos los intercambios intrarregionales, tanto como destinos y orígenes de bienes y servicios, así como la competencia.
Para el sector arrocero uruguayo es una oportunidad, ya que la UE es un importante mercado. Por esa razón todo lo que se logre es ganancia y Uruguay tiene una importante posición frente a sus vecinos.
Acuerdo de Asociación entre el MERCOSUR y la UE es el primer acuerdo comercial de gran impacto que alcanza MERCOSUR con terceros. En un contexto global crecientemente proteccionista, la UE (segunda economía mundial) y el MERCOSUR (quinta economía mundial) construyen una zona de libre comercio y apuestan a la cooperación para el fomento del crecimiento económico, el empleo y las inversiones. Puede constituirse como el camino a recorrer para QUE EL MERCOSUR COMIENCE UNA ETAPA DE SUPERACIÓN.
Economista
Posgrado de Especialización en Marketing
Gerente General Asociación Cultivadores de Arroz
Asesor Representación Social Empresarial Banco de Previsión Social