En el norte no ha llovido en volúmenes suficientes y los embalses no han podido recuperarse. Así como la lluvia sería “un golazo”, la falta de ella nos pone en el “peor escenario”, en un año que el mercado tiene “buenas expectativas”, dijo Mario de Garrou.
El
mercado de arroz tiene muy buenas perspectivas, pero se presenta una seria dificultad
en la producción generada por la falta de precipitaciones. “Si no llueve no se
siembra y ese es el peor escenario” porque es un año que en el negocio “tiene expectativas
buenas” y se espera que el resultado sea positivo, dijo Mario de Garrou, directivo
de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA).
El gremialista analizó las perspectivas del sector arrocero en la zona norte que incluye los departamentos de Artigas y Salto. Recordó que la “la zafra pasada fue productivamente muy buena”. Al comienzo “parecía que iba a ser complicada, pero el arroz tiene eso, si el clima ayuda un poquito, es muy estable en productividad con picos muy buenos cuando la radiación solar es buena”.
“La zafra pasada comenzó con dificultades. Se sembró un poco en setiembre y después vino mucha agua y ahí se pudo retomar en la mitad de octubre para adelante”, y a las siembras de la primera parte de setiembre “hubo que hacerles mucho manejo de nutrientes, básicamente urea, para que expresaran su potencial”. Se lograron “muy buenas chacras”, recordó.
“Hoy los embalses tienen una situación mucho más compleja porque no ha llovido en volúmenes suficientes como para recuperar el agua ni completar los embalses. Este año tenemos mucho menos agua y tenemos un porcentaje grande de área del norte sembrada, mucha más área de la que teníamos el año pesado a esta altura”.
“Uno planta calculando 14.000 metros cúbicos por hectárea”, dijo, y explicó que el año pasado el agua de la que se disponía era suficiente para una mayor cantidad de hectáreas que las que rendiría el agua que se posee actualmente.
“La lluvia es la única manera de juntar agua en los embalses. Si no llueve no se siembra y ese es el peor escenario porque es un año de expectativas buenas para el negocio, es un año que creemos que el resultado va ser positivo”, subrayó
Buenas señales del mercado internacional
El productor arrocero no planta conociendo el precio que tendrá su producción, pero hay indicadores y señales que son importantes.
“Tenemos la variable de Brasil que está con muy buen precio”, además “el mercado internacional está más tonificado” con un precio FOB por encima de los 500 dólares, “son precios que están más altos que cuando sembramos la zafra pasada, y a su vez el tipo de cambio ha aumentado y eso influye bastante en el costo, y la ecuación daría un mejor año”.
Recordó que en la zafra pasada, a causa de la pandemia, hubo países que demoraron sus exportaciones, tal fue el caso de India o Vietnam, países que producen mucho arroz pero con una dinámica diferente a Uruguay.
Nuestro país “tiene un saldo exportable del 90%, el 5% se usa para semilla, y el 5% restante para consumo interno”. Pero “la realidad uruguaya” de tener tanto arroz para exportar solo se ve en Paraguay y Argentina, aunque “también puede decirse que Estados Unidos y Australia”. El resto de los países del mundo que producen arroz y en volúmenes mayores que Uruguay, dedican el 80% al consumo interno porque los normal es que los países arroceros sean grandes consumidores de arroz, entonces es un producto básico para la alimentación de la población y por eso ante cualquier temor lo primero que hacen es no dar licencia para exportar atendiendo así, de forma prioritaria, el mercado interno, comentó.
“El mundo produce mucho arroz, pero de ese total se comercializa un porcentaje bajo”, resumió.
Preguntado si la pérdida de temor o la menor incertidumbre sobre la pandemia podría cambiar la actitud de los demás países arroceros que podrían producir más arroz y salir a vender, De Garrou dijo que “no hay nada que indique que habrá un aumento de la productividad. Asía, particularmente India “esta con problemas grandes de COVID-19. La pandemia no terminó y no tenemos ni idea hasta qué punto puede trancar o no un país porque la forma mecanizada que nosotros tenemos para hacer arroz no es lo común en Asia que tienen un sistema más manual, entonces si la gente no puede ir a trabajar no sé qué puede pasar, pero esto son solo especulaciones”, aclaró.
“Lo que sí está claro es que el precio del arroz en Brasil se disparó. Brasil siempre tenía estimado un stock interno que en realidad tenía mucho menos porque por una relación cambiaria exportaron y se quedaron sin arroz. Se dio un golpe de precio, esa burbuja de ese precio nosotros no lo capitalizamos aún porque nos agarró con mucho arroz ya vendido y además no se pueden desatender otros mercados”, además de que la cuenta “tampoco es lineal, nosotros no vamos a alcanzar el precio de 18 o 20 dólares la bolsa que puede llegar a valer hoy en Pelotas (Río Grande do Sul)”, explicó.
En Asia, ya sea Tailandia o India, “la tonelada de arroz está más alta que el año pasado. Si bien al principio hubo miedo y se suspendieron las licencias, también es cierto que las referencias internacionales subieron”, destacó.
El dólar es un salvataje momentáneo
Sin contar lo que pase con la lluvia o el mercado internacional, en Uruguay “tenemos que seguir trabajando las líneas internas”, reflexionó el gremialista de ACA. “Cuando nosotros pedimos que el tipo de cambio sea amigable con el sector arrocero es porque licúa todas las grandes deficiencias que tiene Uruguay”, explicó.
Añadió que si Uruguay tuviera bitrenes, una logística más barata y si una persona pudiera hacer varios trabajos dentro de la industria, “eso nos permitiría costos industriales más baratos y no tendríamos que recurrir al dólar. El dólar es un salvataje momentáneo, lo ideal es tener una competitividad en tarifas públicas, básicamente energía eléctrica, y combustible”.
Al corregir el tipo de cambio todas las variables se corrigen, pero luego las tarifas empiezan a subir, además de que el tipo de cambio alto no sirve al mercado interno, comentó.
Uruguay “debería trabajar mucho más el tema competitividad y la eficiencia del Estado. Tenemos la eficiencia productiva, pero cuando empezamos a abastecernos de los servicios que nos brinda el Estado, éstos son caros, el combustible es caro y el Estado es el único que nos lo puede dar” y lo hace por encima de su valor.
La lluvia sería un golazo
Para De Garrou “sería un golazo que lloviera 100 milímetros en dos o tres días”. Eso permitiría “completar las reservas de agua, y después días lindos para poder sembrar”.
Estimó que en caso de no llover, las chacras que tienen fuente de agua, que están contra los ríos o la laguna Merín, o con alguna represa cargada, “esas van a poder sembrar”, pero las otras “solo sembrarán un porcentaje del área” y el resto la dejarían para el año que viene.
Avance de siembra de arroz por región
Zafra 2020/2021 al 1° de octubre
Artigas: 29%
Rocha: 21%
Treinta y Tres: 20%
Tacuarembó: 15%
Cerro Largo: 8%
Avance de siembra promedio país al 1/10: 17%
Intensión de siembra 2020: 141.271 hás.
Fuente: Asociación Cultivadores de Arroz
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