Dentro de las líneas de acción del INDA se está avanzando hacia una concepción de “sistema alimentario” donde el componente de sostenibilidad es un eje de trabajo en este quinquenio. En medio de la pandemia por covid-19 y en el marco del Día Mundial de la Alimentación, el instituto refuerza su compromiso con la buena alimentación y apuesta a la mejora del estado actual de las personas vulnerables.
El Instituto Nacional de
Alimentación (INDA) está cubriendo las necesidades alimenticias de la población
más vulnerable apoyándose en varias patas como canastas, comedores y partidas
de dinero electrónico, todo bajo la dirección del Ministerio de Desarrollo
Social (Mides). Desde la llegada del coronavirus a esta parte los beneficiarios
se triplicaron, pasando de 7.800 a más de 24.000, en tanto el personal del
organismo se redujo al 50 %, ya que la mitad de ellos debió trabajar desde sus
hogares.
En esta realidad innegable se encuentra trabajando el presidente del INDA, Ignacio Elgue, quien dialogó con La Mañana respecto a la situación, las proyecciones que se tienen a nivel presupuestal y, además, del Día Mundial de la Alimentación que se celebra el próximo viernes 16 de octubre. En ese sentido, el INDA está comprometido con una concepción de sustentabilidad alimenticia, la que regirá el camino del organismo en este quinquenio.
Se apuesta a un Sistema Alimentario Sostenible, es decir, aquel que garantiza la seguridad alimentaria y la nutrición de las personas de tal forma que no se pongan en riesgo las bases económicas, sociales y ambientales de la seguridad alimentaria de futuras generaciones. Desde las líneas de acción del INDA se aborda la malnutrición en todas sus formas (obesidad y desnutrición). Teniendo en cuenta que las personas que asocian sobrepeso u obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares tienen mayor riesgo de enfermar gravemente o perder la vida por covid-19.
Elgue sostuvo que la principal línea de trabajo en este momento es la agricultura y pesca familiar artesanal que se trabaja junto al Programa Ruralidad del Mides, se hacen compras de verduras, frutas, pescado, miel, todo en el marco de la Ley 19.292. “Hemos incorporado nuevos productos en estos meses, particularmente el pescado. Prevemos trabajar para llegar a todas las regiones del país, porque ahora estamos muy enfocados en el norte del río Negro y en Canelones”, detalló.
El presidente del organismo dijo que es importante resaltar el tema de las donaciones que han recibido. “Nos llegaron $ 71.331.000 en donaciones de diferentes organizaciones y productores de arroz, azúcar, carne, harina, leche en polvo, fruta, miel, pulpa de tomate, entre otros, es decir, un monto valuado en US$ 1.600.000. Para INDA fue un alivio y a través de las intendencias le dimos trazabilidad al camino de estas donaciones”, detalló.
Por una buena alimentación
En el marco del día de la alimentación y a lo largo de octubre se celebra el mes de la Alimentación Adecuada y Sostenible, para ello el instituto desarrollará una serie de actividades que tienen como centro impulsar una buena alimentación desde una perspectiva sistémica.
El viernes 16, el INDA hará una conferencia web de 10:00 a 13:00 horas, en donde se abordarán temas centrados en la alimentación sostenible, presentándose el Plan Nacional de Agroecología, a cargo de Eduardo Blasina. El estado del arte de las compras públicas a la producción familiar, donde se presentarán experiencias locales, cambios en el consumo de alimentos a partir del covid-19, a cargo de Udelar e INDA, estudios para la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos, y experiencia del rescate de alimentos, por Redalco.
En los departamentos que no tenían comedores como Salto y la capital de Colonia, se hizo un convenio con las intendencias y el Ejército Nacional, en el que el INDA daba los alimentos, el Ejército cocinaba y las intendencias distribuían la comida
En base a los objetivos del INDA se propone realizar convenio con la Escuela de Nutrición de la Universidad de la República para facilitar prácticas de formación de grado de estudiantes en todo el territorio. Este convenio, a su vez, facilitará el acompañamiento, orientación y promoción de buenas prácticas de alimentación y nutrición en servicios apoyados por el instituto, así como contribuir a la detección y derivación rápida de situaciones de inseguridad alimentaria grave, ocasionada por insuficiente acceso a los alimentos por motivos económicos.
Por otra parte, se impulsan medidas para reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos, se concurre al Parlamento para brindar opinión sobre el proyecto de ley que se encuentra en discusión en la Comisión de Salud del senado de la República. También, está en estudio un mecanismo de compra a organizaciones sociales que rescatan alimentos frescos y la incorporación de cláusulas para reducción de desperdicio en proveedores de bandejas de comida elaborada.
Contexto de vicisitudes
Antes de la pandemia, el Sistema Nacional de Comedores atendía a 7.800 personas en el país, en este momento está por encima de los 24.000 beneficiarios. Según Elgue, INDA no estaba preparado ni logística ni económicamente para afrontar eso, se tuvo que hacer paso a paso y se recibió colaboración del Fondo Coronavirus para poder sostenerlo. Además, de las donaciones de productores como INAC, productores de arroz, Conaprole, entre otros.
El Sistema Nacional de Comedores tiene dos patas, una en el interior, que es el trabajo con las intendencias, y después la de Montevideo que maneja directo el INDA y es a través de viandas. El Mides triplicó la cantidad de beneficiarios, y se incrementó el doble la cantidad de personas en refugios. Para todas las personas que estaban en situación de calle que eran población de riesgo se abrieron refugios de 24 horas. A esas personas se les comenzó a cubrir las cuatro comidas y a los de los refugios nocturnos dos comidas. “Eso provocó que tuviéramos que triplicar la compra de viandas en el Sistema Nacional de Comedores en Montevideo. Pasamos de 30.000 por mes a 85.000 en el departamento”, relató el presidente del instituto.
Por otra parte, los departamentos que no tenían comedores eran Salto y la capital de Colonia, en esos casos se hizo un convenio con las intendencias y el Ejército Nacional, en el que el INDA daba los alimentos, el Ejército cocinaba y las intendencias distribuían la comida. “Igualmente ya estamos en diálogo con las nuevas autoridades departamentales para, el año que viene, tratar que los municipios y el INDA sean los que actúen directamente, ya que es el gobierno departamental que tiene que poner el local y los funcionarios que trabajen en los comedores”, contó Elgue.
El personal es otro asunto de suma importancia para el organismo y con el que se tuvo mucha incertidumbre al llegar el coronavirus al país, porque, al ser un servicio esencial, no podían enfermarse todos. Afirmó Elgue que inicialmente se hicieron dos equipos: uno presencial y otro de teletrabajo. “Se tuvo un apoyo importante de todos con compromiso en todos los sentidos y eso nos permitió cumplir con los desafíos que nos provocó la pandemia, al principio fue muy difícil porque se nos triplicó la demanda y trabajamos casi con el 50 % del personal presencial”.
A la espera del sí
El entrevistado indicó que el presupuesto se armó en base de lo que fue este año con el covid-19, “porque todavía no sabemos cuánto puede durar. Se previó que para el año que viene la situación pudiera mejorar, pero no sustantivamente, entonces la baja de usuarios la fuimos haciendo escalonada año a año, no para llegar en el año 2021 o 2022 al número que teníamos antes de la pandemia”. “Eso fue recogido por el equipo de economía y recibimos básicamente lo que pedimos. Igualmente falta la votación”, destacó Elgue.
TE PUEDE INTERESAR