En una campaña marcada por los problemas causados por el coronavirus, el escepticismo de los votantes frente a las encuestas, las elecciones en Estados Unidos llegan a su fin. Pasada la medianoche Trump aventajaba a Biden en estados claves.
A las 00:30 de este miércoles, los resultados de boca urna no daban aún un claro ganador y mantenían al mundo en vilo, teniendo al candidato demócrata Joe Biden a la delantera con 131 votos electorales mientras que el candidato republicano y actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump con 98 votos. Sin embargo, la tendencia favorable a Trump en estados claves como Texas y Florida, entre otros, podrían darle la victoria al final del escrutinio.
Para ser electo presidente es necesario obtener como mínimo 270 de los votos electorales, los cuales son 538 miembros del Colegio Electoral repartidos entre todos los Estados del país acorde a criterios de población. Aún saber el resultado de Estados bisagra como Texas y Florida, quienes hasta el momento son liderados por los republicanos, mientras que otros seis Estados, entre ellos California, aún no han iniciado el recuento de los sufragios.
Pero cabe destacar que hubo una histórica cantidad de votantes, siendo solamente más de 100 millones de votos anticipados, generando que las elecciones de Estados Unidos se dieran en una incertidumbre que fue la única constante en una jornada electoral que tuvo fin luego de más de un mes en que los ciudadanos podían ejercer su voto gracias a la votación anticipada. Herramienta ya usada en elecciones anteriores, pero ahora obtuvo mayor importancia debido a la pandemia de coronavirus, que lleva casi 9 millones y medio de casos positivos y más de 232.000 fallecimientos. Las encuestas de opinión fueron otras que aún no se recuperan luego del grave error de predicción realizado en 2016, en que dieron un gran margen de victoria para la entonces candidata demócrata Hillary Clinton, quien luego terminó perdiendo ante el actual presidente, Donald Trump. Estas encuestas incluso llegaron a afirmar que Clinton sería la ganadora por un 99 % de probabilidad acorde al Princeton Election Consortium, mientras que el medio de noticias Hufftington Post daba 98 % y el del diario New York Times daba 85%.
A pesar de estas particularidades, esta campaña no paró ni un solo día e incluso el lunes pasado, último día previo a la votación, ambos candidatos siguieron los actos políticos, teniendo a Trump en Michigan y Biden visitó Ohio y Pennsylvania, enfocado en ganar los votos que los demócratas habían perdido en las elecciones del 2016. Para ello se centró más en la lucha contra el coronavirus y en afirmar que su rival se “había rendido ante el coronavirus”. Biden, ex vicepresidente de Obama, pasó de menos a más, en cuanto a su despliegue de campaña y mantuvo pequeños mítines por temas de salud pero terminó encabezando actos al aire libre junto a su compañera de fórmula, la abogada y senadora Kamala Harris. Por su parte Trump, quien buscaba la reelección, empezó con mítines masivos que solo tuvieron que ser pospuestos cuando contrajo coronavirus, lo cual lo mantuvo alejado de la campaña por varios días.
Durante su gobierno, además de la guerra comercial con China, Trump tuvo que enfrentarse a un juicio político impulsado por la Cámara Baja del Congreso, debido a la cuestión ucraniana en torno al hijo de Joe Biden, Hunter Biden. A nivel de desempleo e ingresos, Trump celebró y siempre hizo énfasis respecto a la histórica cifra baja del desempleo que había logrado durante este año como así el año pasado durante su discurso en la 47 Asamblea General de las Naciones Unidas. “Seis millones de estadounidenses han conseguido trabajo en los últimos tres años”, afirmó el mandatario y sostuvo que la tasa de desempleo “más bajo en 50 años”. Lo mismo mencionó para distintos grupos étnicos como los afroamericanos, hispanos y asiáticos. Pero estas estadísticas han chocado con la pandemia de Covid-19, la cual ha hecho estragos a la economía a nivel mundial, generando pérdidas de enorme magnitud. Acorde a un estudio realizado por el Pew Research Center, la economía es la mayor preocupación de los estadounidenses con (79%), seguido por la salud (68%), los nombramientos de la Suprema Corte (64%), la pandemia de coronavirus (62%) y la violencia criminal (57%).
Luego de meses de campaña, pudimos ver el primer debate entre ambos candidatos, que fue marcado por ataques constantes, interrupciones y falta de coherencia que generó más dudas que certezas en los espectadores. Por su parte el segundo, fue más civilizado y separado en secciones, además de tener reglas más estrictas que incluían apagar el micrófono de cualquiera de los dos candidatos en el caso de que no respetaran los tiempos establecidos. Aquí lo que aún se mantuvo como tema principal fue el coronavirus junto al tema de los planes de seguro médico, por ejemplo Biden propuso su “Bidencare”, un plan que permitiría acceder a medicamentos a precios bajos y facilitar tener seguros médicos, ya sean privados o de otro tipo. Mientras que, a su vez, Trump se centró en atacar a Biden por su hijo, quien se le acusa de realizar negocios con empresas extranjeras y de un supuesto enriquecimiento, el cual no ha sido probado.
A nivel electoral, el voto en Florida fue muy reñido y se utilizó una retórica similar por ambas partes: Comparar al oponente con mandatarios como Fidel Castro, Nicolás Maduro respecto a “discursos de odio” para lograr el mayor respaldo de las comunidades latinas ahí presentes, como lo son la venezolana o cubana, quien esta última tiene un largo apoyo a los republicanos desde la época Eisenhower como presidente, producto de la crisis en Cuba y la llegada de grupos de inmigrantes cubanos.
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