El 17 de octubre de 1920 nacía Miguel Delibes, uno de los principales escritores españoles de la posguerra. El centenario es celebrado con múltiples homenajes, en particular con una muy completa exposición sobre su vida y obra en la Biblioteca Nacional de España.
Miguel Delibes Setién era de origen francés por rama paterna. Su abuelo, sobrino del compositor Léo Delibes, se había establecido en España por razones de trabajo, y su madre era hija de un conocido abogado que militó en el carlismo.
El joven Miguel terminó sus estudios secundarios en el año 1936. El casi inmediato estallido de la guerra civil lo motivó a enrolarse al año siguiente como voluntario en la Marina del ejército sublevado, por lo que estuvo embarcado en el Crucero Canarias que operaba en la zona de Baleares. No cabe duda de que este detalle biográfico podía haberle significado el menosprecio y la condena eterna de la intelectualidad “progre”; sin embargo, su obra se impuso por sus méritos.
Su obra se impuso por sus méritos
Delibes fue ante todo un novelista y la adaptación de muchas de sus novelas al cine y algunas al teatro, contribuyó a su amplia difusión. La mayoría de las películas, tales como El camino (1963), Los santos inocentes (1984), El disputado voto del señor Cayo (1986), La sombra del ciprés es alargada (1990), El tesoro (1990), Las ratas (1997), mantienen el nombre de la novela original.
Cinco horas con Mario, por muchos considerada su obra cumbre, fue llevada al teatro con varias reposiciones en España y también en París. Se trata del monólogo interior de una mujer que deja fluir sus recuerdos junto al féretro de su marido. A través de su discurso se va revelando el racconto de su vida en común y el retrato de ambos: ella, una señora burguesa, conservadora; él, tímido, irresoluto, más cerca de ser un idealista; ambos en una España de los años sesenta en donde, aunque persisten ciertos atavismos, se está viviendo una incipiente modernización y prosperidad.
Claro está que, en la sociedad actual hipersensibilizada ante ciertos temas, Delibes ha sido acusado por grupos minoritarios feministas de haber hecho un retrato que no hace justicia a la mujer española. Críticas que por cierto sólo ponen en manifiesto la escasa comprensión de quien las hace, ya que ninguna obra de arte universal podría acaso resistir esos análisis que poco tienen que ver con lo artístico.
Las guerras de nuestros antepasados (1975), fue una de las obras de Delibes llevada al teatro por José Sacristán. Muy recientemente el mismo actor puso en escena Señora de rojo sobre fondo gris (1991), en la que el novelista canaliza todo su dolor por la temprana muerte de su esposa, Ángeles de Castro, madre de sus siete hijos, persona fundamental en su vida, al punto que fue a partir de su matrimonio que empezó de lleno su carrera literaria.
Premios y los homenajes por el centenario
Muchos fueron los reconocimientos que recibió en su vida Miguel Delibes, entre otros el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, el Premio Nacional de Literatura y la Medalla de Oro otorgada por la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Varias universidades, tanto españolas como del extranjero, le nombraron Doctor Honoris Causa. Su última obra importante, El hereje (1998), un verdadero tributo a Valladolid, obtuvo en Premio Nacional de Narrativa. Pero ninguna de estas distinciones, ni las destacadas visitas que recibía en su retiro vallisoletano, entre otras las de los Reyes de España, alteró el modo de vida de ese hombre sencillo, amante de la naturaleza, que disfrutaba al máximo la tranquilidad de su querida Valladolid, en donde murió a la edad de 89 años.
Además de la muy completa exposición sobre su obra montada en la Biblioteca Nacional de España, se incorporará uno de sus manuscritos a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, cámara blindada que perteneciera al Banco Central español, en donde hoy se preserva material original generado por destacados escritores, músicos, y científicos.
Se trata del manuscrito del discurso que Delibes pronunció en ocasión de su ingreso a la Real Academia Española. En el mismo hace una reflexión sobre el sentido del progreso y exhorta a contener el delirio consumista, la tecnocracia invasora de la privacidad y la agresión a la naturaleza, no sólo referida al medio ambiente sino a lo que debería ser natural en el hombre, incluida su espiritualidad y conciencia moral.
El sentido del progreso desde mi obra
Miguel Delibes fue elegido miembro de la Real Academia Española el 1° de febrero de 1973, sin embargo, no fue hasta el 25 de mayo de 1975 que pronunció su discurso de ingreso.
Tal y como explica la Fundación Miguel Delibes, el autor denuncia “una concepción de progreso a juicio del autor, deshumanizada, precisamen
A 45 años de su lúcido, visionario y profético discurso, Delibes trae a colación tres ámbitos de preocupación: la defensa del medio ambiente con una óptica conservacionista, pero no militante ni política; el humanismo a través de la denuncia de las desigualdades desde una perspectiva de justicia social y la defensa del medio rural entendido en su concepción más amplia, desde su dignificación hasta la recuperación de un conocimiento, un habla o unos oficios que se estaban perdiendo en un entorno caído en el abandono, el envejecimiento y la emigración.
* Columnista especial para La Mañana desde Madrid
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