La actividad no se detuvo a causa de la pandemia, aunque ha tenido que adaptarse a las demandas del mercado, La Mañana dialogó con productores hortícolas de Rivera y Tacuarembó, mientras crece el estado de alerta por el clima.
Con la llegada del verano se aproxima la zafra de la sandía, Mario
Rodríguez, productor local de la zona de Tranqueras, comentó a La Mañana que “en este momento estamos
arrancando, se está preparando la sandía, está echando fruta, porque como yo
siempre digo el productor vive mirando para arriba, que llueva, no llueva, que
no venga helada”.
“La seca es un problema para la sandía, ahora hay mucha sandía plantada, si hay seca va a salir menos producción, este año tenemos miedo porque como no va a haber tanto turismo, si hay mucha no se va a poder vender”, agregó Rodríguez.
Según lo que se ve en la zona, de donde proviene la gran mayoría de la sandía del país, más gente ha apostado a la plantación de fruta. “Para mi hay más hectáreas plantadas, hay gente que nunca plantó que está plantando, allí cerca de mi chacra hay un muchacho que nunca plantó y está plantando como 18 o 20 hectáreas. En mi caso estoy plantando lo normal, más o menos lo que supongo que vendo”.
Mario estimó que ese inusual incremento de siembra se dio a causa de que “como hay tan poca cosa para hacer acá en Rivera, está tan fea la cosa, la gente se largó un poco más. También hubo una mano de la Dirección General de Granja del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, que dio un préstamo por hectárea, a dos años sin interés. Fue una política del nuevo gobierno” agregó.
“Lo que nos afectó mucho fue los fríos que hubieron fuera de época, algunas heladas que hacía años que no había. A los productores el que nos manda es el tiempo, ahora nomás se está previendo una falta de agua. Venimos un poco atrasados, el año pasado sacamos para el 2 de diciembre, este año perfila para la segunda semana, y la sandía a veces de un día para el otro cambia mucho el precio, y demorarse unos días puede llevar a bajar el precio significativamente. Y ahí es donde entra el carrero, productores que venden al grito, que ayudan a vender algo más”.
Aseguró que afortunadamente la pandemia en la producción no los afectó para nada, lo que podría verse afectada es la venta. “Para mí el turismo es de las principales fuentes de ingreso en la temporada, en ese sentido tengo un poco de miedo, pero veremos qué pasa. De repente tenemos suerte que la gente como no sale a viajar consuman más sandía” reflexionó.
“Yo también planto zapallo, que empezó a bajar considerablemente, así que no es una opción muy buena, aunque se vendió bien en invierno. También tratamos de plantar melón, pero las distancias con Montevideo lo hacen inviable porque se pone feo muy rápido”, reflexionó respecto a la incertidumbre de qué pasará en el verano con el mercado a raíz de la situación sanitaria.
La mudanza del Mercado Modelo
“También tenemos la incertidumbre del Mercado nuevo, no sabemos qué va a pasar, y uno tiene que prepararse antes, nos cobraron, nos hicieron un precio por pago por adelantado, y yo pagué. El otro día llame y todavía no saben”, comentó Rodríguez, que considera una buena opción la entrada del MGAP en la gobernanza de la nueva Unidad Agroalimentaria, “me parece que el Mercado nuevo, que lo quería agarrar el Ministerio para administrar, para mí y algunos productores, iba a ser mejor”.
“Para nosotros movernos ya es algo nuevo, tenemos medio que volver a empezar. Actualmente tenemos el problema del tránsito en el viejo Mercado, que los días de Mercado no podes pasar por camiones, elevadores, cajones, mucho movimiento a la vuelta. Yo estoy fuera del Mercado en una calle que es ancha pero a veces en el galpón donde estoy te paran los camiones a las 2 de la mañana en cualquier lado, es muy incomodo, y allá supuestamente con cerca de 90 hectáreas va a ser más cómodo, mucho más ordenado”, ponderó.
Una de las preocupaciones de los productores es el alojamiento, puesto que muchos productores alquilan una casa o apartamento en las proximidades del Mercado Modelo, y con la mudanza tendrán que conseguir un nuevo lugar en una zona completamente diferente. Sobre el volumen de ventas, Rodríguez no considera que vayan a haber grandes cambios. “Pienso que se va a vender lo mismo. Al ser todo nuevo, los clientes tienen que ubicarte dentro de la plaza de la sandía”.
“Si digo algo contra la Intendencia sería mal agradecido, nunca tuve problemas, siempre estuvo todo bien con el presidente del Mercado, pero a su vez creo que este gobierno nos está dando una mano como no habíamos tenido antes, nos han prometido y vienen cumpliendo. Los préstamos sin intereses para pequeños productores rurales nunca se habían visto”.
Respecto a la intención de la intendenta electa de realizar la mudanza en febrero, Rodríguez afirmó que “sería inviable, porque es en el momento de la zafra de la naranja de verano, de la sandía, durazno, manzana, ciruela, que en medio de la zafra no podemos hacer la mudanza. Si no se hace ahora deberían esperar. Sería una mala idea, salir del Mercado ahora nos mataría, tenemos que mover muchas cosas, el desconocimiento de nuestra realidad puede ser muy negativo, esperemos que haya diálogo, me parece que al menos con el Ministerio tenemos representación de gente del interior que conoce las realidades productivas”.
Horticultores de Tacuarembó unidos para trabajar
Fernando Gallo planta a cinco kilómetros al oeste de Tacuarembó, y su producción se basa en lechuga, aunque también produce algo de acelga, zapallito, espinaca, tomate, entre otros, y asegura que no producen más porque no tienen espacio. “Tenemos media hectárea. Generalmente no damos abasto con nuestra producción, justamente por el poco espacio, entonces no te deja trabajar”, comentó a La Mañana.
Contó que este año vienen atrasados con la producción, “tendríamos que estar con un 100% y venimos en un 60, la seca, la falta de agua, y los fríos nos están complicando en la germinación de plantines”.
El Movimiento de Horticultores de Tacuarembó surgió en el 2009, “yo tenía un trayecto recorrido solo y como me empezó a faltar tiempo para todas las tareas fuimos formando un grupo, que se organizó todo en partes iguales, no se exigía nada para el vecino, amigo o productor que entrara, cada quien entraba con lo que tenía, y de ahí se empezó cosechar todo en partes iguales. Somos un grupo de vecinos organizados que tratamos de trabajar y llevar el plato de comida a casa”.
Gallo afirmó que “los costos de producción se han elevado un disparate y nuestra producción no vale nada. Para que no se eche a perder la planta hay que bajar a precios mínimos. Si tuviéramos más superficie produciendo no tendríamos ningún problema. Pero de esta forma no. La última vez que fui a pedir un pedazo de tierra en Colonización me dijeron que yo no tenía perfil de colono, cuando estamos trabajando la tierra y le estamos dando trabajo a 5 o 6 familias directamente, que se mantienen de la huerta. Entonces no se qué es tener perfil de colono” cuestionó.
A raíz de una nota con La Mañana en marzo, representantes de los supermercados Tata se comunicaron con Gallo, pero la producción que pedían era de un volumen inaccesible para la producción habitual de la huerta. “Lamentablemente tuve que decirles que no, porque los números que me pidieron de mercadería a mí no me daban, no lo producía en un mes”, lamentó.
“En el caso de Salto, por ejemplo, hay otras políticas, que son realmente volcadas a la producción agrícola. Acá si nosotros quisiéramos trabajar en un mercado regional tendríamos que llevar los productores lo nuestro y que se nuclee todo, para poder proveer a grandes superficies, no salir todos por separado, pero no hay políticas de apoyo al sector que se interesen en serio. Lo malo es que Uruguay está lleno de tierra y no tengas 2 hectáreas para trabajar, porque el trabajo está a la vista, y alrededor de la ciudad de Tacuarembó hay campos municipales y de Colonización que a veces son otorgados por criterios dudosos”, concluyó.
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