Alejandro Dumas. Redactores de El defensor de la independencia americana. Una nueva Troya. Refutación a una nueva Troya. Pablo Rocca (edición y prólogo), estudios de Ana Inés Rodríguez y Jimena Torres. Epílogo de Alma Bolón. LINARDI Y RISSO, 511 págs., $650. Edición 2020.
Una investigación fascinante sobre un período clave en la formación de nuestra identidad y de la definición de nuestra nación. Contexto: Guerra Grande, conflicto desde el inicio absolutamente internacional, la causa federal enfrentada a los unitarios y sus aliados europeos. Según algunos “barbarie o civilización”, según otros “Defensores de la independencia americana versus potencias coloniales con sus adláteres locales” …
En 1850 Francia está evaluando firmar la paz con Rosas. La suerte de Montevideo como plaza unitaria estaba prácticamente laudada. Los colorados envían al Gral. Melchor Pacheco y Obes a interceder en París. Su desempeño es brillante pero infructuoso. Se dirige al Parlamento con una oratoria brillante, se contacta con Dumas para convencerlo de redactar una obra que presente a Montevideo como el último bastión de lo civilizado. Aparece “Montevideo ou une Nouvelle Troie”, un texto que amerita múltiples lecturas. Una, la conjunción de la pluma y la espada: Pacheco entiende tempranamente como pocos el rol de la cultura como constructora de voluntades políticas. Otra lectura posible (más allá de cuánto hay de Pacheco y cuánto de Dumas en el libro) es bucear en los diversos escollos en la tarea de “traducir” lo americano a la cosmovisión europea (excelente el epílogo de Alma Bolón sobre este aspecto). Y también puede ser muy divertido ver la equiparación de los héroes de la Defensa con hipotéticos homólogos de la cultura grecolatina; Marcelino Sosa como Héctor, el Gral. Paz como Fabio, Pacheco como Mario. Y para asegurar el contraste Buenos Aires lo más cercano al infierno mientras Juan Manuel de Rosas era desde Nerón hasta Tersites, dependiendo de la página.
Todo este esfuerzo literario tenía una clara y transparente intencionalidad política, su trascendencia en el Río de la Plata fue innegable y por ende los esfuerzos denodados de los federales por rebatirlo.
Una lectura más que recomendable, por el esfuerzo del equipo investigador y por su trascendencia para entender el contexto de odios viscerales de la época y para aquilatar lo milagroso de la fórmula de la Paz del 8 de Octubre: Ni vencidos ni vencedores.
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