Viajes por la América meridional. Félix De Azara. CALPE. 2 tomos. 1923. Madrid.
En 1809 se publica en París “Voyages dans l´Amerique méridionale”, cuya autoría correspondía a un militar español que había estado destinado al área del Paraguay y del Río de la Plata por dos décadas. En esta frase está glosada parte de las contradicciones y avatares de la vida ejemplar de Félix de Azara, un aragonés que fue ingeniero, explorador, cartógrafo, antropólogo y naturalista. Las luchas políticas que signaron ese turbulento período lo hallaron del lado liberal cuando el absolutismo se impuso. Relegado a Sudamérica con el mandato de delimitar los límites precisos por el Tratado de San Ildefonso (1777), dedicó sus esfuerzos a una enciclopédica actividad de recuperar datos tanto en el orden la botánica como de la zoología y, asimismo, en torno a las características sociales y antropológicas del área. Sus esfuerzos, en las más adversas condiciones, se vieron recompensados por el reconocimiento, entre otros, de Charles Darwin. Es en la obra de Azara donde por primera vez se desarrollan las conceptualizaciones que darían origen a la Teoría de la evolución de las especies. Tanto es así que Darwin habría llevado en el viaje del Beagle una copia de los Voyages.
Asimismo, realizó estudios pioneros en el ámbito de la lingüística de los pueblos indígenas, analizando en profundidad la obra jesuítica, el sistema de las Misiones Jesuíticas y sus consecuencias en el proceso civilizatorio. Es en esa línea que con su lugarteniente José Gervasio Artigas emprenderían una tarea de alto valor estratégico y humano que fue la fundación de diversos poblados, dentro de los cuales se destaca Batoví.
Pero Azara era un observador perspicaz y analiza meticulosamente la conjunción de factores que hicieron posible el éxito de los jesuitas. Sopesa el terror que generaban los bandeirantes, esto es, las incursiones armadas de portugueses que esclavizaban a los indígenas y el sinfín de hábiles estrategias que empleaban los jesuitas para captar la buena voluntad de dichas poblaciones no evangelizadas aún. Y las estrategias, relatadas con fruición, abarcaban desde emisarios con regalos y promesas de diversa índole hasta el cercamiento de los elementos hostiles con sus ya más que numerosos indígenas adeptos al sistema.
Una pequeña joya más que disfrutable, muy recomendable.
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