El Parque Nacional Esteros de Farrapos e islas del río Uruguay se encuentra en el departamento de Río Negro, sobre la costa del río homónimo. Hace unos años, emprendedores locales han potenciado el turismo natural y cultural de la zona.
Cesar Perez Duque nació en Paysandú pero se crio en la zona de San Javier, a orillas de los esteros. En diálogo con La Mañana contó sobre el trabajo para que el parque de farrapos fuera ingresado al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), esfuerzo que dio fruto en 2008. El lugar cuenta con cerca de 17 mil hectáreas y se encuentra en parte bajo el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y en el caso del agua también de Defensa Nacional.
Un paisaje natural con características únicas
El término “estero” se utiliza en geografía para designar a una zona con condiciones de pantano con drenaje imperfecto. A su vez, el término “farrapos” proviene del portugués “harapos”. Según César, esto plantea la primera peculiaridad, por encontrarse justamente en la frontera con Argentina, lejos de Brasil. “Tenemos que remontarnos hacia el 1850 en adelante cuando estaba el Barón de Mauá con todas las inversiones que hizo sobre la costa del río Uruguay, y a su vez hechos históricos como la defensa de Paysandú, donde se cree que se asentaron los primeros navíos que subieron el río para atacar la ciudad. De ahí proviene el término farrapos”.
“Pero también, tomando en cuenta esa parte cultural, de los ‘harapos’, se llega a lo que es la geografía de los esteros, compuesta de mucha sedimentación diferente, lo que le da diferentes tonalidades, como parches, y eso hace que sea de ese sistema de farrapos. La otra característica muy importante es la parte de flora y fauna nativa. Aquí en la zona de rio Negro, como es la punta neurálgica del bajo del rio Uruguay, recibimos la finalización de los dos corredores más importantes del país, el corredor misionero, por el rio Uruguay, siguiendo su margen, y transversalmente, de oeste a este recibimos la flora nativa de la zona del espinal, entonces tenemos una confluencia de varios ecosistemas, lo que lleva a que haya partes de vegetación ribereña y parte de vegetación del espinal”, aseguró.
“Y los esteros de farrapos son nada más y nada menos que el fondo del río Uruguay antiguo, de hace unos doscientos mil años atrás. Los esteros además tienen gran importancia en la realimentación de los acuíferos que tenemos debajo, que se da por la filtración que genera el mismo humedal hacia las napas inferiores”, agregó.
Trabajar entre todos para ampliar la oferta
Cesar Pérez Duque inició su actividad como guía, estableciendo contactos con diferentes ONG y haciendo varios cursos, observación de aves y conservación de la naturaleza. En 2005 trabajó en la actividad agropecuaria, pero siguió trabajando como guía en tiempos libres, cuando lo convocaban. “Cuando se decretó el área protegida, yo ya era una persona visible en lo que era turismo y naturaleza”, señaló Pérez.
En 2011 se sumó a trabajar con Mintur con el proyecto financiado por el BID, sobre lo que es hoy el Corredor de los Pájaros Pintados. En 2016 surgió la posibilidad de presentarse a un proyecto que desembocó en la actividad de ecoturismo a la que hoy está abocado.
“Estamos totalmente operativos”, expresó Pérez. “Somos una empresa referente en San Javier, no solo en la parte náutica, sino también en senderismo, trekking, y también con los city tours y los servicios asociados que ofrecemos”.
Actualmente, Esotur brinda una oferta bastante amplia referente al ecoturismo, pero teniendo en cuenta la relación entre cultura y naturaleza. “Nos enfocamos a todo lo que es la parte de los inmigrantes que se instalaron en la zona, no solamente la parte de los rusos que se asentaron en San Javier, sino también de los inmigrantes italianos”. Ofrece paquetes náuticos, de senderismo, cabalgatas, campamentismo, también se adaptan la voluntad del cliente.
Los efectos de la pandemia en las rutinas de turismo
“Lo que se venía trabajando era con gente que se contactaba porque veía una publicación, una publicidad, o tenía un contacto de un amigo, se armaban grupos, o directamente venía la familia, así íbamos trabajando. Ahora cambió, porque ya no es que la gente se contacte y venga derecho sino que la gente viene cada uno a su antojo, entonces poder cumplirle a todos se vuelve un problema”, argumentó sobre las nuevas formas de hacer turismo interno.
“La gente está necesitando salir rápido de Montevideo a despejarse, pero salir en familia, en grupos de amigos, de 12 a 18 personas, no más de eso”, indicó Pérez. “La gente no quiere viajar amontonada. Ese sistema cambió, los ómnibus de 45 personas quedan obsoletos. Yo atiendo a todas las personas y como tengo aire libre no tengo problema”.
Agregó: “La mayoría de la gente está prefiriendo salir a conocer el Uruguay por cuenta propia. He tenido gente que viene por primera vez al litoral, que no lo conocían de antes, y se impresionan por lo lindo que es. Es el corredor más variado que hay en cuanto a cantidad de servicios que ofrecemos, las termas, paisajes naturales, áreas protegidas, cultura, pueblos con encanto, ciudades, patrimonio, playas hermosas de arena”.
Un pedacito de Rusia en Uruguay disparó el turismo
Por el Corredor de los Pájaros Pintados se armó un grupo que trabaja por el turismo en San Javier, trabajando junto con el Mintur y la Dirección departamental de Rio Negro. Eso llevó a que se comenzara a reavivar fiestas que estaban perdidas, como la Fiesta del Girasol, donde se conmemora el ingreso del girasol a Uruguay a través del puerto de San Javier, por los inmigrantes rusos.
“Al trabajarlo desde ese punto asociativo se fueron generando nuevas oportunidades”, comentó Pérez, resaltando la importancia de la cultura rusa que para él fue un disparador. “El puntapié más grande lo dio el Mundial de Rusia”, explicó, “porque el eslogan fue ‘Vení a conocer San Javier, un pedacito de Rusia en Uruguay’. Desde el Ministerio, la Dirección departamental y nuestro grupo logramos llegar a mucha gente, vino la Red Globo de Brasil, canales uruguayos, que sirvió para difundir. Ahí vivimos un boom turístico. Se comenzó a diversificar la oferta de la zona y empezó a venir cada vez más público. En primavera se hace observación de aves, en verano playa, también venían de las escuelas y los liceos, y se movía mucho en Semana Santa y vacaciones de julio”.
“Pasamos de en 2010 tener un comedor con dos piecitas para 4 personas a tener hoy más de 200 camas. No es solamente una empresa como la mía. Son muchas empresas familiares, que brindan buenos servicios. Como grupo nos hemos esforzado para que le gente brinde bien los servicios, porque nos beneficia a todos. Trabajan guías locales, artesanos, hospedajes, restaurantes, almacenes, genera una rueda de movimiento de dinero que nunca había en el pueblo. Hoy se puede decir que el pueblo con encanto turístico está funcionando, y Esetur es parte de ese movimiento”, concluyó.
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