La Galería Sala Dalmau de Barcelona está llevando a cabo hasta el 30 de noviembre la exposición “De todas formas” del escultor uruguayo Pablo Bruera.
La escultura es un hecho físico que sobrepasa la descripción verbalizada y la intención implícita del artista. Está hecha de pequeños fluidos y de creencias que concretan su densidad y volumen, de gestos con las manos que nos hablan de una batalla diaria por el dominio de la materia hasta doblegarla y de los gestos de apropiación del artista; también del desafío persistente de los materiales que ni el tiempo ni las seguridades del oficio alcanzan a contrarrestar por entero. Nos muestran además la grandeza de un escultor que no se resigna a abandonarse a la facilidad de las fórmulas ni a los resultados de control racional, y que vuelve a las raíces de su viejo oficio.
Una vez más la Galería Sala Dalmau de Barcelona expone a un artista uruguayo, esta vez al escultor Pablo Bruera. La exposición titulada “De todas formas” la componen 25 esculturas en hierro, acero y aluminio, grabados, collages y cajas de luz.
El camino del artista y su obra
Pablo Bruera nace en Montevideo en 1972. En 1975 se traslada con su familia a Caracas, ciudad en la que estará hasta 1984 fecha en la que regresa a Montevideo. Es aquí que comienza su actividad como artista, alternando exposiciones en Porto Alegre y San Pablo en Brasil, período en el que ya obtiene varios premios. En 2001 se establece en Barcelona donde reside en la actualidad. A su llegada, se vincula a la Galería Sala Dalmau pasando a formar parte del grupo de artistas de la galería en la que expone por primera vez en 2002. Participa en varias exposiciones individuales y colectivas en Madrid, Sevilla, Basilea, Nueva York y Londres a lo largo de estos años, sin olvidar las que realiza en su país natal, Uruguay.
Realiza proyectos de esculturas monumentales al aire libre en 2011 en la Rambla de Cataluña en Barcelona, en 2016 Salou, Tarragona, en Oviedo, Montevideo y Suiza.
Al principio trabaja en madera y poco a poca va introduciendo nuevos materiales: la plancha de hierro, la plancha de acero y el aluminio. Este último material, más ligero y dúctil, le permite adentrarse en el arte en movimiento. El movimiento se convierte en el eje de sus realizaciones porque le permiten crear espacios que sugieren una libertad de pensamiento e interpretación. Algunas de sus esculturas no solo están a merced del viento, sino que están concebidas para ser tocadas por el espectador y establecer un diálogo con el artista
Sus obras móviles reflejan esas ideas. Como él dice en el texto que abre el catálogo de la exposición: “Si insisto en estas cuestiones formales, es porque creo que la forma es contenido. Esta afirmación es válida para la organización de la sociedad como para la organización de los elementos plásticos. Existe una relación entre los valores y principios que defiendo y guían mi actividad artística con los que creo deberían regir a nuestras sociedades. Creo que es una cuestión ética. Un modo de entender el mundo, donde la libertad, los derechos, la lógica y el pensamiento crean armonía y belleza”.
Envolverse en solucionar situaciones desconocidas hace que la imaginación le lleve a cambiar, a hacer cosas novedosas y transitar por senderos desconocidos y creativos que son la esencia del auténtico artista.
Cada obra lleva hacia otra y las convierte en una caravana que en su conjunto formaran un “corpus” creativo. Y es la reflexión del momento. El espectador establece un diálogo con la obra, dejándose conducir por ella. En el fondo es como un espejo en el cual se reflejarán las sensaciones y las vivencias filtradas por el subconsciente, y todo el espacio plástico que surge queda solo frente a cualquier espectador que quiera seducir.
En un artículo sobre el arquitecto Juan Navarro Baldeweg se ha hablado de “nomadismo” para describir su pasaje por el arte, no como una actitud oportunista sino como un impulso creador con una mirada educada.
De la misma manera, en este arriesgado equilibrio no siempre bien entendido, se mueve Pablo Bruera. Equidistante entre las rigideces de las diversos materiales y las mezclas indiscriminadas, y cimbreándose en esta oscilación, se conjugan conexiones y traspasos, contaminaciones y derivas, extensiones y metamorfosis.
Exposición actual en Sala Dalmau: la novedad del collage
Esta exposición presenta una novedad en la obra de Bruera. A sus habituales esculturas y grabados, hay que añadir una serie de collages iluminados, unas cajas de luz en papel colgadas en la pared. No tienen movimiento real, pero por las transparencias del papel se crean superposiciones llevando a nuevas formas y a una serie de simultaneidades que dan lugar a una y a muchas obras a la vez. A través del color se hace posible una vitalidad nueva dentro del mundo sobrio de otros materiales, el acero, el hierro y el aluminio.
La exposición podrá visitarse desde el 22 de octubre al 30 de noviembre.
(*) Catedrática de Sociología – UB, Dra. Historia del Arte, Crítica de Arte, Miembro de AICA y ACCA.
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