Crónicas del tiempo libre. De las antiguas pulperías a los actuales boliches. Juan Antonio Varese. PLANETA. 299 págs., noviembre 2020, $640.
Con su ya habitual maestría, el Esc. Juan Antonio Varese nos inicia en un espléndido periplo por lo mejor de la historia de lo cotidiano de nuestro país. En una crónica que tiene mucho de antropología, nos acerca a un tema que suele no estar en los manuales clásicos de historia pero que los estudios en la línea de Philippe Ariès, Ferdinand Braudel y en Uruguay Barrán y su equipo, es clave: el ocio. Una sociedad pasa a ser comprensible también por estos aspectos que cifran mucho más certeramente su espíritu, su talante, que las variables duras del economista. Varese, asimismo, es un investigador metódico y un coleccionista avezado por lo cual la edición está profusamente ilustrada con fotografías poco frecuentes y con toda la memorabilia de los diversos establecimientos con viñetas, anuncios de época, recortes de prensa para ser más pleno el recorrido por las dos centurias abarcadas.
Para definir el arte del encuentro pasa revista desde las pulperías y almacenes de antaño (incluyendo la épica del Almacén del Hacha y el Cavalieri en Melilla), los jardines, parques y sociedades recreativas, las historias y cuasi leyendas que generó el Bajo de la Aduana (con su peculiar universo de burdeles, cafetines y cuna definitoria del tango), los cabarés (el Chantecler y el Morisco, entre otros), pasando luego a propuestas más universales como las fondas, rotiserías y restaurantes (incluyendo el muy legendario Restaurant del Oriente hasta el celebérrimo Del Águila). No faltan los hoteles emblemáticos como el Giot (construido en 1892 en la zona de Villa Colón como opción de turismo de salud), Parque Hotel, del Prado y el Casino Carrasco. El racconto llega hasta las confiterías, salones, bares y boliches de hoy en día.
Un texto más que recomendable, que permite conjugar la historia de lo mínimo, de la anécdota con el friso social e histórico y que, al igual que el resto de la copiosa obra de Varese, se constituye en un acicate para que el lector se involucre no sólo con sus recuerdos sino con la aventura de investigar por sí mismo un tema inagotable.
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