El tema del precio de los combustibles en Uruguay sigue en el centro de las preocupaciones de la coalición. Se anuncian ajustes que regirán desde enero debido a la corrección por la variación del Imesi, pero se busca una solución definitiva para bajar el costo de la energía para la producción.
El contexto está marcado por la contracción de la demanda debido a la pandemia, un ajuste de precios que no se efectúa desde hace dos años, la atención por la situación económica de Ancap y sus subsidiarias, el mandato a través de la Ley de Urgente Consideración para la creación de una comisión que ya comenzó a trabajar en un paquete de soluciones legales.
La LUC enviada por el Poder Ejecutivo, a un mes de asumir el nuevo gobierno, había planteado la desmonopolización total de los combustibles, pero en el tratamiento parlamentario se acordó que los precios deberán ser fijados, con una revisión cada 60 días, previo informe de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea). En este sentido, los costos de Ancap serán un insumo especialmente considerado a la hora de dicha fijación.
Asimismo, se encomendaba a la Ursea que, en un plazo de dos meses, desde la vigencia de la LUC, una revisión de su metodología de cálculo de Precios de Paridad de Importación (PPI), y al Poder Ejecutivo presentar a la Asamblea General, a los seis meses de aprobada la ley, una propuesta integral de revisión del mercado de combustibles.
La ley fue promulgada en julio y el informe de la Ursea de octubre destaca que los PPI muestran que el valor de la nafta Súper 95, si fuera importada, llegaría a puerto a $13.42, y sumados impuestos y otros costos, a las distribuidoras se entregaría en $44.46. Si se le suma a esto la ganancia de los estacioneros y el transporte ($8.55), el precio final al consumidor se ubicaría en $53, un valor no muy alejado del precio actual ($54,95), aunque sin corrección desde 2018.
Como se observa, la diferencia no es de gran magnitud en el costo de la nafta tanto obtenida en refinado en Uruguay como si fuera importada. El detalle está en que la nafta llegaría a puerto a un precio que termina siendo multiplicado casi por cinco al consumidor. Contemplando los impuestos, importar mil litros de nafta costaría hoy día unos US$ 308, pero con el Imesi pagaría US$ 619.
No obstante, las diferencias son más importantes en el caso del gasoil. Al costo de importarlo, más impuestos, gastos, y margen de distribuidoras, a la venta al público costaría un litro entre $32 y $34, contra los $40.40 que vale actualmente. Por otra parte, se estima que un litro de gasoil sale de la refinería de La Teja a un precio de $22.47.
Estas diferencias entre precios de combustibles importados y los obtenidos por refinado en Uruguay podrían sufrir, desde enero, un diferencial aún mayor. Según el sitio online especializado en combustibles Surtidores.uy, de aplicarse únicamente la variación en el aumento del Imesi dentro de un mes, cuando se ajustarán los precios, la nafta 95 terminará al consumidor en $59.
En la publicación se destaca que el director de la OPP, Isaac Alfie, había indicado en marzo que la suba de combustibles que debió aplicar el Frente Amplio en enero de 2020, debió haber sido de 11%. Pero no se realizó y se mantienen, entonces, los precios de 2018. Esta diferencia entre lo que se debía aumentar y lo que no se hizo, fue absorbida por Ancap, que presentaba al mes de setiembre una pérdida de US$ 28 millones. Cuál será el precio de los combustibles en los primeros días de 2021, es aún una incógnita. Dependerá de variables que están procesándose, como el precio del barril de crudo, entre otras.
Ajustes mensuales
Un informe elaborado, meses atrás, por el Ministerio de Industria sobre el nuevo mercado de los combustibles señalaba que debido a los informes del Precio de Paridad de Importación que debe elaborar la Ursea se espera que el precio de venta al público se modifique periódicamente, evitándose grandes desfasajes con el mercado internacional.
Se agrega que se podrán adquirir combustibles a diferentes precios en las estaciones de servicio “en la medida que el mercado y los consumidores reaccionen a las nuevas políticas fijadas por el Poder Ejecutivo”, pero nunca podrán exceder el precio máximo que se fijará bimensualmente.
Este tema es preocupante para Unión de Vendedores de Nafta porque se sostiene que muchas pequeñas empresas no podrán competir con las grandes corporaciones dedicadas a la venta de combustibles. En una reciente asamblea la Unión reclamó “mantener el mismo precio del combustible en todo el país y el actual sistema de distribución de combustible con la Ursea fijando los márgenes de cada eslabón de la cadena (fletes, distribuidoras y estaciones de servicio)”. De esta manera, todas las firmas deberán tener el mismo precio, ya que los márgenes de ganancia de las grandes empresas no se podrán bajar, lo que se planteaba como una manera de atraer nuevos clientes, especialmente en el principal mercado, es decir, Montevideo.
Desmonopolización en puertos y aeropuertos
Durante la discusión de la ley de Presupuesto en la Cámara de Diputados se decidió por mayoría la desmonopolización en la venta de combustibles en los puertos. Pero en el Senado a ésta se le agregó también la de los aeropuertos.
Cuando el ministro de Industria, Omar Paganini, concurrió a la Comisión de Hacienda y Presupuesto del Senado, dijo que “en el caso del combustible aeronáutico, sobre todo el famoso Jet A1, que es el querosén que se usa para los aviones jet, efectivamente no veo un inconveniente para incorporarlo en la disposición” de desmonopolización.
Acotó que “más de una vez alguna línea área se ha quejado del costo de los combustibles en el Uruguay. En particular, tenemos el recuerdo de lo que sucedió con Pluna. Para darles una idea, el 50 % de los costos de una línea aérea es el combustible. En definitiva, tener más disponibilidad de combustible para un negocio, que también es marginal para Ancap y que tampoco le genera ninguna movida en su línea de base, puede ser atendible”.
Un galón de combustible Jet A1 cuesta en el mercado internacional US$ 1,19, mientras que Ancap lo debe comercializar por sus costos, más impuestos, a US$ 1,75. A esto se agrega que el consumo ha caído, por la baja en los vuelos internacionales que llegan al país. De naftas y gasoil, la petrolera estatal vende por año unos 900 mil metros cúbicos, mientras que de Jet A1 llega a producir 180 mil metros cúbicos.
Cabildo Abierto no acepta una suba del supergás
El senador de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, dijo a La Mañana que se desea saber a qué costo salen los combustibles (naftas, gasoil y supergás) de la refinería de Ancap, para definir qué política en materia de precios se debe llevar adelante.
También acotó que Cabildo Abierto no permitirá una suba en el precio del supergás, ya que podría manejarse desde el gobierno la posibilidad de modificar el subsidio o incluso quitarlo. Domenech confió en que la suba no se producirá porque Ancap absorbería esa pérdida. Por otra parte, subrayó que el artículo que hace referencia a la desmonopolización de la venta de combustibles en puertos podría sufrir modificaciones.
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