Luego de que un medio estatal chino informara sobre la detección de restos de covid-19 en empaques de carne congelada proveniente de Uruguay, fuentes del gobierno consultadas por La Mañana descartaron que esto vaya a impactar en la relación comercial con el país asiático.
La semana pasada, el Global Times, un diario dependiente del gobierno chino, informó que se había detectado la presencia del nuevo coronavirus en los envases en los que se transportó carne congelada uruguaya. Esto alertó a la industria cárnica del país, aunque las autoridades no recibieron, hasta el momento, ninguna comunicación oficial al respecto.
De inmediato, el ministro de Ganadería, Carlos María Uriarte, afirmó a Radio Monte Carlo que aguardaba la versión oficial, puesto que la información conocida era un mero trascendido de prensa. También explicó que la producción de carne en cuestión es de diciembre del año pasado, e ingresó a China el 2 de marzo. Por entonces, Uruguay todavía no tenía casos de covid-19 (fue el 13 de marzo cuando se registraron los primeros portadores de la enfermedad en territorio nacional).
A través de un comunicado que emitió el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el gobierno dejó en claro que “resulta imposible que el producto haya sido contaminado en origen”, pues el lote afectado “se encuentra desde marzo en un depósito de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, y habría llegado primero a Sudáfrica, luego a Malasia y a continuación a la ciudad de Tianjin, donde habría estado también almacenado. El contenedor fue reportado vacío por la empresa naviera el 14 de marzo de 2020, en la ciudad de Tianjin”.
El texto difundido por la cartera que dirige Uriarte agrega que “el gobierno uruguayo ha puesto su total disposición a efectos de preservar la salud de todos los consumidores destinatarios de los productos comercializados. Solamente con la cooperación podremos superar esta pandemia que tanto afecta a nuestros países”.
Dado que se descartó que la contaminación del virus en esos empaques se haya originado en Uruguay, “esto no afectará en absoluto” la relación comercial y política que el país mantiene con China, según dijeron a La Mañana fuentes del gobierno. Además, destacaron la rápida resolución de este diferendo y reafirmaron el compromiso del país con la trazabilidad y los controles de calidad de la cadena productiva.
La situación alertó a la industria cárnica del país, aunque las autoridades no recibieron, hasta el momento, ninguna comunicación oficial al respecto.
“China sigue siendo el mejor comprador de carne uruguaya y no hay ningún cortocircuito en ese sentido”, se limitó a decir otro de los informantes consultados por este medio.
Las exigencias de controles y estándares sanitarios serán mayores
Especialistas en comercio internacional entrevistados por La Mañana coincidieron en que este episodio no va a impactar de ninguna manera en la relación bilateral entre Uruguay y China ni pondrá en tela de juicio las posibilidades de realizar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con ese país.
El director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica, Ignacio Bartesaghi, expresó que China está poniendo el foco en controlar muy fuertemente los efectos de la pandemia en su país, lo que tiene directa relación con los alimentos.
En esa línea, dijo que lo primero que hay que asumir es que “se viene un nuevo nivel de exigencia en el mundo” en cuanto a las seguridades sanitarias de los productos alimenticios. Si bien es un proceso que está liderando el gigante asiático, va a ser igual en todos los países, advirtió.
Agregó que el incremento en el contralor “no quiere decir que se vaya a ver afectada la buena imagen que tiene Uruguay con China en lo relativo a la salubridad de los alimentos y los aspectos sanitarios, ni tiene por qué generar ningún tipo de dificultad en la relación bilateral, que es muy buena”.
En relación a la respuesta del gobierno ante la información surgida en el periódico chino, opinó que el MGAP resolvió el tema rápidamente, desmarcándose de responsabilidad en el suceso y defendiendo el buen manejo del país en materia del cumplimiento de los estándares sanitarios.
“Ese es un diferencial que tenemos y debemos cuidarlo, porque el valor agregado de los alimentos de Uruguay en el futuro no va a ser solo en la carne, sino en los bienes agroindustriales que cumplan determinados requisitos sanitarios y que les den seguridad a los consumidores, que garanticen que no van a hacer daño a la salud y que hay una trazabilidad de lo que se está consumiendo”, sentenció el experto.
“Es un nuevo fenómeno que hay que reconocer que va a ocurrir y no tiene por qué empeorar las relaciones ni tiene que ser una excusa de China para no querer importar más”, explicó Bartesaghi.
Por su parte, Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar), le restó importancia a la situación, argumentando que las barreras técnicas al comercio son bastante comunes. “Puede ser que las dos partes tengan razón, es decir, es posible que China haya detectado ese problema en ese embarque y es posible también que las autoridades de Ganadería digan que desde Uruguay salió correctamente”, puntualizó.
Eso tiene que ver, simplemente, con eventos comerciales que se gestionan con normalidad, añadió. Asimismo, comentó que, si hay buena diplomacia económica de ambos lados, “este hecho no tiene ninguna relevancia; hay cosas mucho más importantes en juego y en discusión”.
En consonancia con la visión de Bartesaghi, Vaillant sostuvo que todos aquellos países que tengan capacidades de trazabilidad, control y certificación sobre la calidad de lo que venden, en particular, en lo que refiere a la industria alimenticia, poseen una ventaja de inserción mundial.
Dada la trayectoria en la que Uruguay viene trabajando desde hace mucho tiempo en lo que respecta a la inocuidad y la trazabilidad, “está en condiciones de desarrollar ese proceso”, señaló. A su vez, remarcó que de la misma forma que la pandemia implicó un rápido avance de la virtualidad, también lo hará en el tema del control sobre la circulación de alimentos y la calidad de los mismos.
Suspensión de frigorífico por caso positivo fue una medida rápida y adecuada
Los integrantes de la cadena cárnica local cumplieron con todos los protocolos a fin de mantenerla libre de covid-19, pero, pese a esos esfuerzos, el lunes de la semana pasada se constató la presencia del primer caso en una planta frigorífica en Uruguay, según informó el MGAP a la prensa. Se trata del frigorífico Lorsinal.
El ministerio destacó que “de los nueve contenedores embarcados por esta planta entre el 1° y el 7 de diciembre de 2020, la última fecha de producción fue el viernes 4 de diciembre, antes de que el caso fuera confirmado”.
Además, la cartera anunció la suspensión preventiva de la habilitación de este frigorífico para China por tiempo indeterminado, y que las producciones a partir de la fecha de la constatación serán retenidas y analizadas, de acuerdo a la evolución de la situación epidemiológica.
En tanto, el frigorífico Lorsinal definió suspender las actividades de faena y desosado a partir del pasado viernes 11.
Sobre esto, Bartesaghi aseveró que la medida tomada por las autoridades fue rápida y adecuada. “Es un nuevo fenómeno que hay que reconocer que va a ocurrir y no tiene por qué empeorar las relaciones ni tiene que ser una excusa de China para no querer importar más. China está cumpliendo estos requisitos con muchos otros países, no solo con Uruguay”, declaró el especialista.
Por último, dijo que este es un caso enmarcado en el contexto de la pandemia, por lo que, al igual que sucederá con el episodio mencionado anteriormente, este suceso tampoco afectará el vínculo bilateral entre ambos países.
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