El Museo Nacional de Artes Visuales presenta este mes la exposición de Amalia Nieto, que permanecerá abierta hasta abril de 2021.
Amalia Nieto (1907-2003) nace en Montevideo en un ambiente de formación universitaria. Su padre es el Dr. Manuel Benito Nieto, especialista en cirugía cardíaca, por entonces director del Hospital Maciel. Amalia es la segunda de tres hermanos.
En 1925 ingresa en el Círculo de Bellas Artes donde estudia pintura con el Prof. Domingo Bazzurro. Y ya en 1928 participa en el VII Salón de Primavera organizado por el Círculo de Bellas Artes.
Paris, Montevideo y la escuela de Torres García
En 1929, alentada por los padres, viaja a Europa para completar sus estudios. En los tres años de su estadía asiste, en Paris, a la Academia de André Lothe y a la Academia de la Grande Chaumiere. Estudia Historia del Arte en la Sorbona y se familiariza con una época rica en corrientes artísticas que aún no han llegado a Montevideo. En 1932 visita a Pedro Figari en su taller de Paris. De regreso a Montevideo, realiza su primera exposición individual en el Salón Moretti y Catell.
En 1934 se produce el regreso de Joaquín Torres García a Uruguay. Este hecho producirá un gran impacto en los círculos artísticos del país, renovando las ideas sobre las vanguardias que se están produciendo en el resto del mundo. Amalia Nieto formará parte del grupo como discípula del maestro. Abraza con entusiasmo la teoría constructiva. Torres García reconoce el impacto que le produce la fina sensibilidad que emana de la obra de la pintora.
En mayo de 1936, realiza una muestra de sus pinturas constructivas en Amigos del Arte cuyo catálogo será prologado por J. Torres García.
En Paris asiste a la Academia de André Lothe y la Academia de la Grande Chaumiere. Estudia Historia del Arte en la Sorbona y se familiariza con una época rica en corrientes artísticas que aún no han llegado a Montevideo.
Otros horizontes
En 1937 se casa con Felisberto Hernández, un destacado concertista de piano a quien acompaña en sus giras por el interior de Uruguay. Entre 1935 y 1942 es de destacar la correspondencia que mantiene con él cuando ella no le acompaña. La multitud de ilustraciones que contienen las cartas reflejan la evolución en la obra de la artista. En la actual exposición se pueden contemplar además los dibujos que ilustran los programas musicales de algunas Petrouchka de Igor Strawinsky por Felisberto Hernandez.
Además de su faceta artística, publica en la página “Para luego” de El Plata dos extensas notas sobre el arte constructivo en la obra de Torres García. Es comentarista de CX 48 Radio Femenina.
A partir de entonces su participación en salones, convocatorias y exposiciones se hace constante. En 1944 recibe el Premio Alejandro Gallinal en el VII Salón Nacional de Artes Plásticas y en 1946 el Premio Especial Ilustración en el IX Salón Nacional de Dibujo y Grabado.
En 1951 obtiene una beca para estudiar Museografía en Francia. De vuelta en Paris, comienza a pintar su serie de calles. Es una estancia larga, que aprovecha para asistir a los cursos de mosaico ravenés que dicta Gino Severini, al que también asiste Miguel Ángel Pareja.
En 1975 su pintura evoluciona hacia la tercera dimensión mediante la sugerencia de una situación espacial en la que se ubican objetos simples y sus sombras. A partir de entonces su obra cambia totalmente entrando en una decidida abstracción con predominio de formas elipsoidales y de sólidos elementales. El color se vuelve plano y cambia el óleo por el acrílico. En febrero exhibe esta nueva serie en el Centro de Artes y Letras de Punta del Este.
Sigue su estancia en Europa, visitando Alemania y España. Envía obras a la Fundación Joan Miró de Barcelona.
Torres García reconoce el impacto que le produce la fina sensibilidad que emana de la obra de la pintora.
En junio de 1978 expone en la Galería Bruzzone sus naturalezas muertas abstractas.
Representa a Uruguay en las bienales de San Pablo, Córdoba, San Marino y Spoletto en Italia. En 1991 participa en la muestra “La Escuela del Sur, el Taller Torres y su legado”, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid.
En diciembre de 1995 tiene la retrospectiva de sus setenta años de pintura en el Museo Nacional de Artes Visuales.
Objeto, forma y color
Una constante en su obra es la utilización del color como elemento de fuerza y vehículo para comunicar su mensaje, ya desde sus principios. Señalemos su obra Arlequin a principio de los años 30, o Constructivo con pipa de 1936. Son obras de fina ejecución que utilizan el color para definir la forma.
La muestra actual pone en relieve la rica trayectoria de una artista formada en ambientes nacionales e internacionales, que ha sabido captar toda la riqueza de estas experiencias, pero con una personalidad propia forjada por años de estudio y trabajo. Su evolución es una búsqueda de crear un universo propio.
Amalia Nieto declara: “Me siento atraída por la forma: el objeto es en general el protagonista; vivo pendiente de él; me atrae cuando su presencia es inédita y se me impone resuelta en su perfecta proporción. El objeto que deja de ser objeto para convertirse en símbolo”.
La muestra permanecerá abierta hasta el domingo 2 de mayo de 2021, de martes a domingos de 13:00 a 20:00 horas.
(*) Catedrática de Sociología – UB, Dra. Historia del Arte, Crítica de Arte, Miembro de AICA y ACCA.
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