Fragmentación y polarización política serán problemas que deberá enfrentar el nuevo mandatario Joe Biden, junto a la pandemia de coronavirus y la actual crisis económica que atraviesa el país. La mayoría en ambas cámaras será uno de sus apoyos, mientras se desconoce el desenlace del segundo juicio político a Donald Trump.
Vehículos blindados, piquetes militares y los servicios especiales en alerta máxima. Así la capital de Estados Unidos recibirá la ceremonia de investidura de Joe Biden, con la custodia de 25.000 soldados dispersos en distintas partes de Washington DC. Medidas tomadas luego del asalto al Capitolio ocurrido el pasado 6 de enero, que se saldó con cientos de detenidos y 6 muertos.
Con informes del FBI de posibles “protestas armadas” a partir del pasado domingo en los 50 Capitolios del país, se reforzó la seguridad en varios de ellos, con gran despliegue de seguridad en Illinois, Oklahoma y Wiscosin. Pero, obviamente, la capital es la que tendrá mayor despliegue con barricadas que bloquearán cualquier camino hacia el Capitolio varias cuadras antes. Las vallas metálicas de al menos 3 metros de alto prohíben la entrada a la Explanada Nacional, al igual que la presencia del Servicio Secreto y la Guardia Nacional, quien desplegará vehículos blindados M-117 ASV.
Los organizadores colocaron más de 200.000 banderas nacionales y de los Estados en homenaje a las casi 400.000 personas fallecidas por el covid-19. En este lugar siempre se acostumbra a que las personas asistan a la ceremonia de investidura. Acorde a Statista, en este momento Estados Unidos tiene más tropas desplegadas en su capital que en Afganistán, Irak y Siria combinadas.
A pesar de que el FBI haya estado investigando a las tropas de la Guardia Nacional estacionadas en Washington por un posible ataque interno a la ceremonia, los altos mandos de las Fuerzas Armadas han firmado una carta en la cual respaldan la transición democrática y condenan el asalto al Capitolio, sosteniendo que fue “un ataque directo al estilo de vida estadounidense”. Los ocho miembros del Estado Mayor Conjunto afirmaron que Joe Biden será su próximo comandante en jefe. Además, agregaron que se “deben encarnar los valores e ideales de la nación”.
El Estado Mayor Conjunto dijo que “el ejército de Estados Unidos apoya y defiende la Constitución, y el pueblo estadounidense confía en ellos para hacerlo”. “Cualquier acto que interrumpa el proceso constitucional no solo va en contra de nuestras tradiciones, valores y juramento; es contra la ley”, afirma la declaración conjunta. Esta misiva fue firmada por el general Mark Milley, el presidente y el vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, el general de la Fuerza Aérea John Hyten, el jefe de Estado Mayor del Ejército, James McConville, el comandante de la Marina, general David Berger, el jefe de Operaciones Navales, almirante Mike Gilday, el jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general Charles “Q” Brown, el jefe de Operaciones de la Fuerza Espacial, el general John Raymond, y el jefe de Ejército de la Oficina de la Guardia Nacional, general Daniel Hokanson.
Las primeras medidas de Biden como presidente
Luego de finalizada la investidura presidencial de Biden, el nuevo mandatario planeó iniciar con medidas para revertir decisiones tomadas en la administración de Trump. Por ejemplo, eliminará la restricción a la llegada de inmigrantes desde Siria, Irán y Somalia. Además, reincorporará a Estados Unidos al acuerdo climático de París y exigirá el uso de tapabocas en edificios federales y durante viajes entre Estados.
En los diez primeros días de su administración, planea llevar a cabo varias medidas económicas para afrontar la crisis que ha generado la pandemia de covid-19. El jueves pasado, durante un discurso en Wilmington, Delaware, Biden propuso el llamado “Plan de Rescate Estadounidense”, un paquete de estímulo por US$ 1.9 billones que estará destinado a revitalizar la economía de su país y acelerar la respuesta contra la pandemia.
Según Biden, este es el primero de un “plan de dos pasos de rescate y recuperación”. “Esta noche, expongo mi primer paso, el Plan de Rescate Estadounidense que abordará la pandemia y brindará asistencia financiera directa y alivio a los estadounidenses que más lo necesitan”, dijo. “El mes que viene, en mi primera aparición ante una sesión conjunta del Congreso, presentaré mi plan de recuperación Reconstruir mejor”, sostuvo en su discurso. “Hará inversiones históricas en infraestructura, fabricación, innovación e investigación y desarrollo en energía limpia”. “Nuestro plan de rescate y recuperación es un camino a seguir con un propósito serio y un plan claro, con transparencia y responsabilidad, con un llamado a la unidad que es igualmente necesario”.
Dentro de ese plan habrá medidas como cheques de estímulo económico por US$ 1400, lo que completaría los ya dados cheques de US$ 600 previamente. Aumento del salario mínimo a US$ 15 la hora (actualmente esa cantidad varía según el Estado, incluso hay algunos de ellos como Alabama o Luisiana que no tienen salario mínimo establecido). También, US$ 350 mil millones en fondos para los gobiernos estatales y locales, una propuesta que los legisladores republicanos habían bloqueado todo el año pasado, US$ 160 mil millones para una campaña nacional de vacunación contra covid-19, US$ 440mil millones para pequeñas empresas y comunidades particularmente afectadas por la pandemia y el aumento del seguro desempleo, además de su extensión hasta setiembre. Asimismo, se extiende las moratorias sobre ejecuciones hipotecarias y desalojos hasta setiembre, junto a un fondo de 30 mil millones para asistencia de alquileres y servicios públicos para familias.
A nivel político, el partido Demócrata acompañará este plan, siendo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi junto al líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, quienes han emitido una declaración conjunta afirmando que actuarán rápidamente para aprobar la legislación. “Nos complace que el paquete Biden-Harris incluya mucho de lo que los demócratas del Congreso han estado luchando”, afirmaron en la declaración. Casi 400.000 personas han muerto a causa del covid-19 en Estados Unidos.
López Obrador y Merkel contra la censura a Trump en las redes sociale
Luego de que las redes sociales Twitter, Facebook y Snapchat anunciaran el bloqueo de las cuentas de Trump, varios mandatarios y políticos se manifestaron en contra de las medidas realizadas por los gigantes tecnológicos. El presidente de México, Andres Manuel López Obrador, comentó en conferencia de prensa lo ocurrido y calificó la decisión censura como “gravísima”. “Es una mala señal, es un mal presagio que deciden empresas particulares silenciar o censurar. Eso va en contra de la libertad. Entonces no se vaya a estar creando un gobierno mundial con el poder del control de las redes sociales. Un poder mediático mundial, además de un tribunal de censura, como la santa inquisición, pero para el manejo de la opinión pública”, sostuvo el mandatario mexicano.
Desde Europa también se conocieron opiniones contrarias a la decisión de las megaempresas, por ejemplo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó que la decisión de Twitter sobre Trump es “problemática”, acorde a declaraciones hechas por su vocero, Steffen Seibert, quien agregó que “el problema de sacar al presidente de las redes sociales tiene que ver con la censura” y “la libertad de opinión es un derecho fundamental de importancia elemental”. “Este derecho fundamental puede ser intervenido, pero de acuerdo con la ley y dentro del marco definido por los legisladores, no de acuerdo con una decisión de la administración de las plataformas de redes sociales”, sostuvo en una conferencia de prensa en Berlín.
Otra voz que no apoyó la decisión fue el ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, quien expresó su desacuerdo con la capacidad de Twitter para decidir unilateralmente sacar al presidente estadounidense de la plataforma. “Lo que me sorprende es que Twitter es el que cierra su cuenta. La regulación del mundo digital no puede ser realizada por la oligarquía digital”, dijo Le Maire al medio France Inter.
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