Varese nos acerca una amena y más que documentada investigación de una de las instancias épicas del espíritu humano, un “momento estelar” de la historia siguiendo a Stefan Zweig.
Se cumplen en este momento cinco siglos del inicio cabal de la primera globalización; el Siglo de los Descubrimientos redefinió nuestro mundo. Pero para comprender un proceso difícil de aquilatar desde el hoy, el autor realiza una espléndida introducción a la época y a la competencia implacable entre las potencias europeas por el control de los mares, de sus rutas, los territorios claves y del acceso a las especias.
Cuatro años más tarde del fatídico viaje de Juan de Solís a nuestras riberas, arriban en enero de 1520 cinco naves con más de 235 personas a bordo al mando de Magallanes, navegando frente a los parajes que hoy se denominan Punta del Este, Montevideo, Colonia del Sacramento. La nave de menor calado, Santiago, remonta el Río Uruguay, mientras que el propio Magallanes explora la costa argentina en la San Antonio.
Durante 28 intensos días la flota estuvo sorteando los bancos de arena, las sudestadas y realizando contactos con la población indígena, subiendo a la nave capitana “uno de estatura gigantesca y voz de toro”.
Un capítulo absolutamente atrapante es el que versa sobre la integración de la tripulación que incluye perfiles biográficos de algunos de los más destacados, lo cual permite entrever lo heroico de la peripecia matizada por motines, deserciones, enfermedades, traiciones y naufragios. Para aquilatar la proeza basta evaluar que solo la Victoria logró la circunnavegación, arribando a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) con 18 sobrevivientes al mando de Juan Sebastián Elcano.
Una lectura más que recomendable y que se agrega a la extensa literatura marítima producto de la infatigable investigación de Juan Antonio Varese: De naufragios y Leyendas de Rocha, de Náufrago a pionero, Los Viajes de Juan Díaz de Solís, Faros del Uruguay, El naufragio de la Vigilante.