Federico Holzmann fue el responsable de leer la proclama. Insistió en la necesidad de reducir el tamaño del Estado y dijo que su costo genera déficit fiscal que a su vez aumenta la carga tributaria que hoy es del 38%, con tarifas públicas y combustibles caros más un aumento de endeudamiento para cubrir el déficit, todo lo que obliga a las empresas a subsistir y no a invertir para producir más y mejor.
El
sábado 23 de enero el movimiento Un Solo Uruguay cumplió tres años y concretó
su cuarto acto nacional que a diferencia de los otros tres, realizados en 2018,
2019 y 2020, debió ser a través de internet, desde donde se sumaron varios
medios de comunicación, entre ellos el semanario La Mañana.
La presentación y moderación del acto estuvo a cargo del periodista Francisco Ariel Denis de Difusora Treinta y Tres.
Facilitado por su formato online, el acto se desarrolló con agilidad y tuvo una duración de 2 horas con dos puntos altos: el debate sobre la actividad forestal de la que participaron el diputado Rafael Menéndez (Cabildo Abierto), el senador Sebastián Da Silva (Partido Nacional) y el Ing. Agr. Guillermo Franchi (Un Solo Uruguay); y la proclama oficial del movimiento cuya lectura estuvo a cargo de uno de sus referentes, Ing. Federico Holzmann.
La proclama abordó de forma genérica temas como el Estado, la conciencia agropecuaria y la educación.
Un Solo Uruguay se define como un movimiento que protesta y propone, en ese sentido, al comenzar la proclama Holzmann enumeró once propuestas que fueron entregadas al Poder Ejecutivo durante 2020, por ejemplo las referidas al endeudamiento de empresas y familias, propuestas referidas a la tarifa eléctrica y los precios de los combustibles, la seguridad en general y la seguridad rural, el acceso a la tierra y el repoblamiento de la campaña, y medidas para atender situaciones climáticas extremas como política de estado, entre otras.
Este año la proclama no omitió uno de los principales reclamos de Un Solo Uruguay, el tamaño del Estado y la necesidad de iniciar su transformación.
En ese sentido se señaló que “todos somos conscientes de lo que ocasionó la pandemia” causando la pérdidas de miles de empresas y el “desmantelamiento de la estructura laboral” sobre lo que “reconocemos la acción del gobierno asistiendo a cientos de miles de compatriotas”. “Pero no nos podemos olvidar que los problemas en la actividad y en el empleo son anteriores a marzo de 2020” con la pérdida de “más de 60.000 puestos laborales desde 2014 hasta el comienzo de la pandemia, donde desaparecieron miles de empresas, básicamente pymes en todos los sectores de la economía y eso por una sola razón: El alto costo del Estado”.
Estamos “convencidos que perdimos como país la oportunidad de bajar el presupuesto sin desatender la emergencia social, perdimos la oportunidad de eliminar organismos burocráticos innecesarios, reducir la cantidad de direcciones en los diferentes ministerios y organismos, bajar la burocracia que justifica la contratación de burócratas, es decir, reducir cargos políticos en distintos estamentos. Perdimos la oportunidad de empezar el camino de hacer una seria y profunda reforma del Estado”, lamentó.
“Como país perdimos la oportunidad de bajar el presupuesto sin desatender la emergencia social, perdimos la oportunidad de eliminar organismos burocráticos innecesarios”
Agregó que mientras la pandemia “obligó a sectores enteros de la economía a bajar sus cortinas o a un aumento de la carga tributaria” como pasó con el sector ganadero, “los que tienen la vaca atada siguieron ajenos a las dificultades”, al tiempo que lamentó que la reducción de los salarios de los jerarcas estatales “sólo duró 2 meses”.
Como ejemplo del mal uso de los dineros públicos, USU recordó que en 2019 el 74% del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) “se lo comió la burocracia” y “probablemente lo mismo pasará en otros organismos del Estado. El tema no es tanto de cuánto dinero, sino a qué se destina y en qué se gasta”.
Respecto a la renta básica que se “reclama persistentemente”, se señaló que “jamás” se estará de acuerdo y que quienes la impulsan “son los que armaron el circo para que la plata no llegue a quien más la necesita y quede básicamente en sueldos, beneficios de funcionarios y funcionamiento”, leyó Holzman.
De igual forma se cuestionó a “las intendencias, muchas de ellas con superpoblación de funcionarios, jerarcas y cargos de confianza se tragan la mayor parte de lo recaudado” mientras suben las recaudaciones y “apenas un 10% de lo percibido por la contribución inmobiliaria rural a solucionar el calamitoso estado de los caminos”.
“El alto costo del Estado genera déficit fiscal” y éste “lleva a una carga tributaria alta, que hoy ronda el 38%, tarifas públicas, combustibles caros y aumento de endeudamiento para cubrir el déficit” con lo cual se “obliga a las empresas a basar su economía en el ahorro para subsistir y no en la apuesta a invertir y reinvertir para producir más y mejor”, reflexionó.
Además cuestionó que se use el atraso cambiario “cómo estrategia para bajar la inflación” y reclamó “una revisión” de esa política.
Esa realidad nacional “sumada a cientos de millones de dólares pagados en aranceles y “los altos costos internos, nos hace perder competitividad, responsabilidad cien por ciento estatal” que tiene como efecto que nuestras empresas “no puedan competir en el exterior” y así se “resiente la generación de puestos de trabajo”.
Perdimos la conciencia de país agropecuario
Para el movimiento, Uruguay perdió la conciencia agropecuaria: “Somos un país agropecuario que ha perdido la conciencia, que desestima su mayor fuente de dinero, trabajo, y bienestar social, coartando posibilidades de desarrollo a nivel local en cada paraje”, expresó, y advirtió que varios rubros del agro “son cada vez más rehenes de los altos costos, las regulaciones, la falta de infraestructura y el desestimulo que todo ello genera, corroe las posibilidades de desarrollo, cerrando puestos laborales directos y asociados en cada pueblo, acarreando pobreza y despoblamiento”.
Respecto a la renta básica que se “reclama persistentemente”, USU señaló que “jamás” se estará de acuerdo y que quienes la impulsan “son los que armaron el circo para que la plata no llegue a quien más la necesita”
“No todo son votos”, -dijo como mensaje directo a los políticos-, “paren de dividir y enfoquen su labor en mejorar las condiciones para la gente, no con parches, sino pensando a largo plazo”; y “sepan que lo correcto no siempre es popular y lo popular no siempre es correcto”.
Terminar con el discurso único de la educación
Como país “nos debemos la discusión de muchos temas fundamentales”, uno de ellos es la educación.
Hay que “terminar con el discurso único de formar jóvenes en nuevas tecnologías de forma prioritaria y como la gran salida para el futuro”. Ese discurso “cierra puertas y rompe las expectativas a la gran mayoría. Es tan valiosa la formación de un joven en tecnologías, como agronomía, carpintería, derecho o herrería. El estado no puede ser el primer generador de frustraciones, sugiriendo que hay solo un camino posible a seguir”.
El camino propuesto por USU es “ir a un sistema educativo que esté integrado a la sociedad y no como un gueto omnipotente que no requiere de más nadie que sus actores directos”; y requirió “una política educativa basada en el dialogo permanente entre los actores educativos, la familia, los actores productivos y los jóvenes que van a estudiar, con un compromiso de todos los partidos políticos y los actores sociales”.
Banco de Previsión Social
En el tramo final, Un Solo Uruguay mostró su interés en la reforma que el país debe hacer en la seguridad social anunciando que presentará candidatos para las elecciones del Banco de Previsión Social en el orden empresarial, de los trabajadores y los jubilados.
“Queremos ser los gestores de la reforma que se viene en Seguridad Social, asegurando que los cambios votados en el Parlamento se plasmen en la realidad con los principios de Un Solo Uruguay”, señaló la proclama.
Los candidatos propuestos son José Pereyra (empresarios), Luis Lisboa (trabajadores) y Virgina Vaz (jubilados).
Un Estado presente pero sin burocracia
En el tramo final de la proclama, Un Solo Uruguay volvió a insistir sobre el Estado y planteó su visión al respecto: “Hemos hablado mucho de nuestra visión, un Estado presente, un estado que atienda las necesidades de la sociedad, pero eficiente y con poca burocracia, un Estado que estimule al emprendedor, al empresario, a la inversión nacional a la par de la extranjera, para que se generen oportunidades, que permita que cada uruguayo sienta el orgullo y la dignidad de lograr sus objetivos”.
En definitiva, lo que se pide es “un Estado que devuelva mucho más de lo que recauda, consciente de ser administrador del dinero de la gente, que brinde servicios de calidad, y que no dilapide recursos en la maraña burocrática de cargos”.
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