El gerente general de la empresa, Julio Ortiz, dijo que la reapertura impone desafíos variados, pero todos apuntan a lo fundamental que es el mantenimiento de la fuente de trabajo
El de 6 enero de 2020 el Frigorífico Rosario operó por última vez. Cada vez que cierra una empresa de gran porte, que además se trata de una de las principales fuentes de trabajo del lugar donde se encuentra, la comunidad afectada siente el impacto negativo que no se limita a los trabajadores ahora desempleados o en el seguro paro, sino que se extiende a toda la sociedad afectándola de diversas formas, donde la economía es solo una de ellas.
Cuando en lugar de cerrar se trata de una apertura ocurre el efecto contrario porque la creación de fuentes de trabajo representa un empujón económico pero también anímico y en algunos casos emocional. El empujón es mayor si esa reapertura se da en una situación de pandemia que además de los efectos sanitarios ha causado grandes destrozos en la economía mundial y nacional.
El 22 de enero pasado, un año y 15 días después de haber cerrado, el Frigorífico Rosario (Rondatel SA) reabrió sus puertas y realizó la primer faena del año.
Julio Ortiz, gerente general de la empresa, comentó a La Mañana que “es muy gratificante lograr un objetivo que el año pasado estaba tan lejano”. “Fue un trabajo en equipo con la colaboración de todos los operarios del frigorífico, con la parte gremial cumpliendo un rol muy importante, y finalmente el 22 del corriente se logró un objetivo que nos habíamos puesto primero sin una fecha estipulada, pero a partir de noviembre se trató que fuera en enero”.
“El objetivo cumplido da satisfacción, afloja el cuerpo, y ahora se empezó a notar todo el cansancio sufrido durante el año pasado, pero la alegría es más grande”, destacó.
Recordó que “el 6 de enero de 2020 fue la última faena después de un 2019 demasiado volátil en los mercados. Nuestra empresa es autosustentable, se gestiona a partir de adelantos de contratos, y la gestión anterior con mucha mala suerte, en un año de mucha volatilidad, se fue quedando comprometida con contratos que a la hora de cumplir no era económicamente viable. Poco a poco eso fue haciendo daño”, y culminó con el cierre.
“Si Dios quiere vamos a seguir reactivando esta fuente laboral que es tan importante para el país y el departamento, en la cual ahora trabajan 150 operarios en planta, con una plantilla de 370” dijo Julio Ortiz, gerente general de Frigorífico Rosario
La pandemia “ha dañado mucho” al país en todos sus aspectos y eso se ha sentido mucho “en la economía”. Por lo tanto, “que abran fuentes laborales de la magnitud de un frigorífico es muy importante”, comentó, y destacó la “colaboración” recibida por “las entidades políticas del departamento que han ayudado mucho y lo siguen haciendo para que esto salga adelante”.
Respecto a la fuerza laboral dijo que se está trabajando con los mismos operarios, aunque hay casos de algunos que cuando fueron llamados expresaron que estaban desempeñándose en otros lugares.
“Todos hemos puesto el hombro y con la colaboración de Semar (Sindicato de Empleados del Matadero Rosario) todos realizamos más tareas de las que estábamos obligados, y hemos salido adelante. Ahora el tiempo va a ir acomodando las fuentes laborales que faltan, los puestos entre la línea de faena y producción, y vamos a seguir avanzando”, reflexionó Ortiz.
Rosario tiene dos fuentes de trabajo muy importantes que son el frigorífico y el sanatorio. La ciudad de Rosario sufrió mucho en 2020, pero si Dios quiere vamos a seguir reactivando esta fuente laboral que es tan importante para el país y el departamento, en la cual ahora trabajan 150 operarios en planta, con una plantilla de 370”.
Buscando el necesario punto de equilibrio
Respecto al mercado interno y la conformación de valores, el gerente de Frigorífico Rosario señaló que “es una gran puja de oferta y demanda, pero las lluvias han colaborado con la suba de valores debido a que los productores pudieron retener un poco sus ganado” sin verse forzados a sacarlos debido a la seca que había.
“La industria frigorífica ha sido uno de los sectores más golpeados en los últimos años con un 2019 de valores volátiles que la industria lo pagó muy caro. Hoy se está trabajando a menor faena cuando los valores suben y mayor faena cuando se estabilizan, pero se trabaja sí o sí en un resultado de estabilidad”, apuntó.
Si observamos el mercado local “desde afuera, porque estábamos sin actividad pero hacíamos un seguimiento de lo que ocurría, pudimos ver que desde un tiempo se está buscando un punto de equilibrio entre ambas partes, tanto la industria como los productores”. Ese equilibrio “es necesario, lo necesitan los productores para poder planificar las compras de hacienda, y lo necesita la industria para poder planificar sus metas y producciones”.
“Esperemos que este año se pueda lograr ese punto de equilibrio buscado para así tener una estabilidad laboral de los productores como de la industria frigorífica”.
Los desafíos
La puesta de marcha de una empresa y su gerenciamiento implica variados desafíos de diferente naturaleza, pero todos apuntan a lo fundamental: mantener la fuente de trabajo.
Ortiz expresó que el frigorífico tiene “varios desafíos en el corto, mediano y largo plazo”. Uno de ellos es financiero: “Estamos trabajando muy fuerte con una entidad bancaria buscando una estabilidad económica para no depender y volver a cometer los mismos errores del año pasado en base a una gestión de trabajar con adelanto de contrato”.
“Otro es que a fin de año hayamos logrado la habilitación para faenar 400 reses diarias. Hoy la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente) nos tiene con una habilitación de 250 lo que genera muy poca producción para la dimensión y la cantidad de fuentes laborales que tenemos”. Una baja faena dificulta que podamos mantener un equilibrio, explicó. “Por supuesto que cuanto más producción se haga mejor. Nuestra playa de faena es para 430 animales en 8 horas, pero lograr la habilitación de las 400 reses va a ser un paso importante para nuestra estabilidad”.
Pero “el desafío más grande es mantener las fuentes laborales”. Eso implica “un conjunto de decisiones que van todas de la mano y enfocadas a lo mismo. Sin dudas que mantener el Frigorífico Rosario abierto y conservar las fuentes laborales es un desafío en el corto, mediano y largo plazo”.
Procesadora de alimentos
Además de la planta frigorífica en Colonia, Rondatel SA cuenta con una planta de procesado de alimentos la que está ubicada en Montevideo y para la cual “estamos trabajando para su apertura, la estamos acondicionando para que a partir de marzo cuando aumentemos la faena podamos enviar la materia prima para producir.
Exportaciones
Consultado sobre la posibilidad de iniciar exportaciones, Ortiz dijo que Rosario es un “frigorífico chico que todos estos años ha ido creciendo” al punto de que “hoy contamos con la mayoría de las habilitaciones”.
No obstante, “debido a que la planta estuvo parada un año optamos por trabajar en enero y febrero exclusivamente para nuestra casa matriz en China. Además tenemos que ver cómo está funcionando la sala de máquinas, la caldera, la noria, todo lo que es producción, para en marzo comenzar sí con producciones para diferentes mercados”, expresó.
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