Facilitar y abaratar el inicio de una empresa es especialmente útil para los jóvenes
Dado que es mucho menos probable que los jóvenes y los que no recibieron formación universitaria ocupen un puesto con posibilidad de teletrabajo, corren mayor riesgo de desempleo. Entre tanto, la crisis ha trastocado la educación de más de 1.000 millones de alumnos, lo cual podría afectar profundamente sus ingresos y niveles de vida el resto de sus vidas.
Hace poco, el FMI y el Banco Mundial analizaron a fondo cómo la crisis está obstruyendo el acceso a las oportunidades y recomendaron políticas que podrían ayudar. En muchos países, por ejemplo, se pueden mejorar las regulaciones del mercado laboral para proteger a los trabajadores mediante redes de asistencia social más fuertes, en lugar de intentar salvar empleos específicos que podrían desaparecer.
Los países pueden mejorar los resultados educativos con programas como la Bolsa Familia de Brasil, que brinda prestaciones en efectivo a las familias que escolarizan a los niños. Facilitar y abaratar el lanzamiento de un negocio, como está haciendo Jordania, es especialmente útil para los jóvenes, y lo mismo puede decirse de los programas bien concebidos que les brindan formación laboral y los ayudan a encontrar trabajo. En muchos países, también hay margen para subsidios salariales en el sector privado que incentiven a los empleadores a contratar y capacitar a jóvenes sin empleo.
Kristalina Georgieva, directora ejecutiva del FMI
La pandemia obliga a ser muy cuidadosos en la utilización de recursos fiscales. Se debe priorizar la preservación de trabajadores, no de empleos. En cuanto a empresas, el apoyo se debe centrar en las pymes.
Con un shock económico de la magnitud del provocado por la pandemia, el aumento en la deuda pública –que resultará del aumento en los déficits fiscales– recaerá inevitablemente sobre las futuras generaciones. Por tal motivo, debemos ser muy cuidadosos con la utilización de los recursos. A medida que la pandemia y sus consecuencias se extienden en el tiempo, debemos enfocarnos en proteger a los trabajadores, no a todos los puestos de trabajo. Todos los trabajadores despedidos deberían, por supuesto, recibir un seguro de desempleo decente hasta que la demanda de empleo general comience a recuperarse. Es moralmente correcto que una sociedad rica proporcione una red de seguridad para todos y es en interés de todos que los trabajadores y sus hijos mantengan –o incluso mejoren– sus capacidades durante la pandemia.
En cuanto al apoyo a empresas, los gobiernos deberían ser más selectivos. Por un lado, no se deberían ofrecer subvenciones para que las grandes empresas en apuros –como aerolíneas y las cadenas hoteleras– puedan mantener a sus empleados. Estas empresas mantendrán el exceso de empleados sólo mientras reciban estos beneficios. Al gobierno le resultaría mucho más barato mantener a los trabajadores despedidos a través del seguro de desempleo que pagar a los empresarios para que los retengan indefinidamente cuando su trabajo ha claramente desaparecido.
Por otro lado, a las empresas más pequeñas les puede llegar a resultar imposible hacer frente a las fuerzas del mercado sin ayuda. En las comunidades económicamente desfavorecidas, en las que unas pocas pequeñas empresas difíciles de formar son vitales para la vida de la comunidad, el apoyo es deseable tanto por razones económicas como sociales. Del mismo modo, mientras que los mercados tratan a las grandes empresas de forma razonable, las medianas empresas pueden tener más dificultades para obtener financiación, incluso cuando fueran viables. Si una empresa económicamente viable, que emplea a cien trabajadores, cierra porque no ha tenido ingresos durante gran parte del año, sus trabajadores especializados se dispersarán, sus equipos se venderán en liquidación y las normas y rutinas que le permiten funcionar se perderán para siempre. Incluso si su salida deja un gran agujero económico, una nueva empresa no entraría fácilmente a aprovechar la oportunidad.
Raghuram J. Rajan, senior fellow del Hoover Institution y profesor de la Universidad de Chicago, en Hoover´s Digest.
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