¿Tu pasión?
El caballo.
¿Tu primer trabajo?
Arranqué a trabajar a los 15 años, fue para Victoria Milburn que me abrió las puertas al mundo del caballo. Aprendí a trabajar con ella y me enseño que había una forma de comunicarme con los caballos que fue la esencia de todo en mi carrera.
Un consejo para alguien que está empezando y quiere hacer lo mismo que vos.
Yo creo que lo más importante de todo es tener ganas, tengo una frase que me dijo mi padrino que la llevo conmigo hasta hoy que dice: “Trabaja para ser el mejor, como si fueses el mejor pero nunca te creas el mejor”.
En lo que sea en la vida hay que trabajar, esforzarse, tener confianza en uno mismo y humildad. Lo importante es tener claros los objetivos.
¿Cómo surge tu inspiración?
Surgió de chico, mirando pruebas en el Prado, quería un día poder domar un caballo y el sueño era un día poder competir.
¿Contra qué defecto luchas?
Defectos hay muchos, pero claramente es saber dejar las emociones abajo del caballo y ser menos exigente con uno mismo.
¿Tu lugar en el mundo?
Donde sea con un caballo entre mis piernas.
¿Un referente en tu vida?
Dios.
¿Una asignatura pendiente?
Tengo pendiente dedicarle más tiempo a la familia y a los amigos.
¿Un valor fundamental?
La confianza.
¿Qué es la felicidad para vos?
Vivir de lo que me gusta.
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