En Uruguay los productores uruguayos recibieron la suba de Fonterra como un hecho positivo –que lo es– pero esperan que el alza se traslade a los precios que cobran los remitentes.
La última licitación de Fonterra registró una nueva suba, ésta vez del 3,0% ubicando el promedio en US$ 3.746 la tonelada, un valor máximo en varios años.
Las subas fueron generalizadas en los productos comercializados, se trató de la séptima suba consecutiva y la cuarta del año.
El detalle de los valores es el siguiente:
Grasa Butírica Anhidra, US$ 5.5527 (aumento del 1,1%).
Mantaca, US$ 5.129 (2,0%).
Cheddar, US$ 4.268 (2,4%).
Lactosa, US$ 1.232 (0,4%).
Leche en polvo descremada, US$ 3.207 (0,3%).
Leche en polvo entera, US$ 3.615 (4,3%).
Leche en polvo entera en su máximo valor desde 2014
La leche en polvo entera llegó a los US$ 3.615 la tonelada, un valor que supera el techo alcanzado en diciembre de 2016 cuando cotizó a US$ 3.593. Hay que remontarse a mediados de 2014 para llegar a un valor superior.
El siguiente gráfico de Global Dairy Trade es significativo sobre la evolución del producto, y muestra en el último tramo la tendencia al alza desde noviembre del año pasado.
El incremento de la leche en polvo descremada es de menor fortaleza que la entera, pero igualmente muestra una tendencia nada despreciable, tal como se ve en la gráfica comparativa elaborada por Food & Agri Business
Una suba esperada
El incremento de Fonterra no sorprendió a los analistas internacionales. A inicios de febrero Nathan Penny, economista de Westpac, una compañía financiera con sede en Sidney (Australia) y uno de los principales bancos de Nueva Zelanda, dijo que la firmeza de precios lácteos es consistente con sus recientes revisiones de los valores de la materia prima.
Hace dos semanas el director ejecutivo de Fonterra, Miles Hurrell, dijo que el aumento en el rango de precios de la leche es el resultado de una “fuerte demanda”, particularmente de China y el sudeste asiático interesado en la leche en polvo entera y descremada. Esos “son factores claves” en la formación de precio, explicó.
En Uruguay, los productores siguen esperando decisiones que alivien la situación de los tambos. La suba de Fonterra es una buena señal que se debe trasladar a los precios locales aunque no es el único factor.