El presidente brasileño Jair Bolsonaro apronta medidas para contener la suba del combustible, intentando crear un balance entre sus socios más liberales y las necesidades de la gente. Superada la amenaza del juicio político en el Congreso, analistas advierten sobre una confrontación entre el presidente y el poder económico.
Febrero está siendo un mes políticamente activo para Brasil, que ha tenido varios sucesos claves para el fin del período de gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro y la posterior campaña electoral de cara a las elecciones generales del año que viene. Lo primero fue la elección de la presidencia de la Cámara de Senadores y la de Diputados de Rodrigo Pacheco y Arthur Lira, quienes afines al presidente de Brasil facilitarán la agenda económica y política que proponga el mandatario. De esta manera el presidente se asegura evitar cualquier intento de juicio político.
Luego siguió la aprobación por parte de la Cámara de Diputados del proyecto de ley que aumenta la autonomía al Banco Central de Brasil (BCB). Esta iniciativa apunta a que la institución no pueda sufrir injerencias de ningún tipo, aumentando así la independencia que ya tiene debido a que el BCB tiene la posibilidad de aplicar las decisiones que crea conveniente. Vale decir que el presidente de esta institución es considerado un miembro del gabinete gubernamental y su designación es decidida por el presidente de Brasil. Además, en el texto se estipula la intención de establecer mandatos de cuatro años para los jerarcas del BCB, sean directores o el mismo presidente. Ahora la cuestión está en la agenda de privatizaciones de entes energéticos como Eletrobras o Petrobras.
Fundada en 1962, para coordinar inicialmente todas las empresas del sector eléctrico, Eletrobras es la empresa de este rubro más grande del continente y, además, posee el 50% de la represa hidroeléctrica de Itaipú, una represa binacional de Paraguay y Brasil situada en la frontera del río Paraná. Ante las dudas de su privatización el mes pasado, Wilson Ferreira Jr. renunció como presidente de la empresa, afirmando que “perdió la fe de que hay suficiente apoyo político para privatizarla”.
General de reserva del Ejército nombrado al frente de Petrobras
A nivel de Petrobras, empresa creada en 1953 por decisión del presidente Getulio Vargas, han ocurrido varios episodios que muestran la lucha que existe entre el sector liberal que apoya a Bolsonaro y este último. La suba de los combustibles ocurrida en estos meses fue un punto determinante para que, ante el malestar de los transportistas y los sectores más bajos, el presidente brasilero decidiera la remoción del presidente de Petrobras, Roberto Castello Branco. Para sustituirlo, Bolsonaro eligió, la semana pasada, al general de la Reserva del Ejército de Brasil, Joaquim Silva e Luna. De 71 años de edad, Silva e Luna también fue ministro de Defensa durante la presidencia de Michel Temer (2016-2018) y además estuvo al frente de la Represa de Itaipú.
“El gobierno decidió designar a Joaquim Silva e Luna para cumplir una nueva misión, como consejero de administración y presidente de Petrobras, después de cerrar el ciclo, superior a dos años, del actual presidente Roberto Castello Branco”, indicó una breve nota del Ministerio de Minas y Energía, publicada por el mandatario en su cuenta de Facebook.
Las Fuerzas Armadas es la institución que mayor confianza inspira en la población, con un 62%. En el otro extremo se sitúan los partidos políticos con 9%, la Cámara de Diputados con 13% y la Cámara de Senadores con 19%.
Según el diario paulista Estadão, Bolsonaro había criticado al entonces presidente del ente petrolero por “no trabajar”. “El actual presidente de Petrobras está hace 11 meses en su casa, sin trabajar. Trabaja de forma remota. Un jefe debe estar en el frente, como sus directores. Eso para mí es inadmisible. Lo descubrí hace unas semanas”, sostuvo el mandatario. Además, agregó: “nadie quiere perseguir a un servidor público, todo lo contrario. Tenemos que valorizar a los servidores. Ahora sobre el petróleo, ¿es nuestro o de un pequeño grupo en Brasil? Nadie va a intervenir en la política de precios de Petrobras”.
Acorde a una encuesta de opinión pública de la empresa brasilera Xp Investimentos, las Fuerzas Armadas es la institución que mayor confianza inspira en la población, con un 62%. Le siguen la Organización de Naciones Unidas (ONU) con 57%, la Iglesia católica con 56% y el Poder Judicial con 40%. En el otro extremo se sitúan los partidos políticos con 9%, la Cámara de Diputados con 13% y la Cámara de Senadores con 19%.
Silva e Luna ha afirmado en su primera aparición como siguiente al mando en Petrobras que la empresa estatal necesita encontrar “balance” en el precio de los combustibles, considerando el impacto en los inversores, accionistas, vendedores y consumidores. “No hay forma de interferir en la política de precios. Existe la dirección ejecutiva y tenemos la capacidad para manejar el problema. Reflexionaremos sobre la economía, así como sobre el camionero que no tiene carga para transportar”, dijo a Reuters en una entrevista. Reflexionando sobre su experiencia en el servicio militar y gubernamental, Luna dijo que sería “un gerente y no un general” en Petrobras. “Mi perfil es entregar resultados”, agregó.
Los mercados financieros respondieron con una caída de más del 20% de las acciones de Petrobras, además el Ibovespa, índice bursátil compuesto de unas 50 compañías que cotizan en la Bolsa de Sao Paulo, cayó casi 5%. Acorde al portal financiero América Economía, el Bank of America recortó las acciones brasileras.
“Disputa del poder real” entre el poder económico y Bolsonaro
Consultado por La Mañana, el corresponsal argentino en Brasil, Pablo Giuliano, sostuvo que “Bolsonaro acaba de ratificar los cambios en Petrobras y para compensar este sacrificio para el ala liberal va a proponer una enmienda constitucional, a partir del jueves próximo, es decir, una PEC (Propuesta de enmienda constitucional), la cual ya está arreglada con el nuevo congreso”.
Sobre las medidas, Guiliano agregó: “van a extender por 4 meses el auxilio de emergencia a más de 65 millones de personas más pobres afectadas por la pandemia”. Además, dentro de esta propuesta está desvincular el presupuesto de salud y educación de los municipios. “La Constitución obliga a los alcaldes e intendentes a usar un mínimo de 20% del presupuesto en salud y educación. Esto será para congraciarse con este sector liberal, que será esencial para su reelección”, señaló.
“Con la agenda de Petrobras aún es incierto su futuro. El recientemente nombrado Silva e Luna es considerado un gran gestor, fue ministro de Defensa de Temer y, además, tuvo una buena gestión en la represa de Itaipú. Esto es una demostración de poder y un mensaje al electorado. Mientras que, con Eletrobras, la mayor compañía eléctrica de América del Sur, se plantea avanzar con la privatización”, explicó Giuliano.
“A pesar de que el Congreso tenga mayoría conservadora, no se está de acuerdo debido a que varios congresistas poseen cargos en este ente estatal. Asimismo, esto es una disputa del poder real entre el poder económico y Bolsonaro, que el presidente intenta bajar los precios del combustible que afectan a los sectores más populares y las subas de alimentos, mientras que el poder financiero presiona para evitar la intervención estatal”, añadió el periodista.
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