La mente del hombre de Estado. Nicolás Maquiavelo. Leviatán.
Es en Florencia, y por las razones coyunturales más humanas, que un escritor y filósofo logró redefinir qué se entendía por política. Las buenas intenciones, el deber ser y la hipocresía cubrían con un manto piadoso lo referente a la administración de los asuntos de Estado. Es desde la escritura de Maquiavelo que por fin se podrá explicitar cómo son las prácticas reales del juego político.
O planteado desde otra perspectiva, el incipiente cientista político abandona el pensamiento teocéntrico medieval y legitima un enfoque laico, burgués, muy afín a las necesidades de los sectores emergentes del Renacimiento. Pero no es de buen tino en estas épocas (y desde hace mucho tiempo) meditar sobre las consecuencias de la escisión de la ética del accionar político…. Del mismo modo que quizás no sea apropiado ver la obra del florentino tan solo como un manual para tiranos cínicos por añadidura.
Pero sin más, compartamos algunas de las citas de esta no tan frecuente obra:
“Quien crea que los grandes personajes, con los beneficios nuevos, hagan olvidar las viejas injurias, ciertamente se engaña”.
“La primera apreciación que se hace del cerebro de un Señor es viendo los hombres que tiene a su alrededor, y cuando éstos fueron hábiles y fieles, siempre podrá reputársele de sabio, por lo mismo que supo conocerles como hábiles y mantenerles fieles”.
“Donde religión hubiere, se presupone todo bien, donde faltare, todo mal se presupone”.
“Así como la observancia del culto divino es causa de la grandeza de los Estados, así el desprecio del culto divino es causa de su ruina”.
“Es imposible que quien manda sea reverenciado por quien desprecia a Dios”.
“La ley no debe remover las cosas pasadas, sino más bien proveer a las futuras”.
Son sólo un pequeño aperitivo. Está hecha la invitación a deleitarse con textos que siguen marcando la agenda política desde hace solo 500 años.
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