Dos altos funcionarios del BCU –uno activo y otro en comisión en el Senado- se enfrascaron hace poco más de una semana en una discusión estéril. Si no fuera que se trata de empleados públicos con las más altas remuneraciones existentes en el Estado, la discusión pasaría desapercibida como la de dos escolares disputándose el sacapuntas o la gomita del pelo en clase.
El tema de fondo del argumento –mas allá de la rencilla sobre quién tiene el “gran bonete”- es importante para la economía uruguaya. Se trata nada más ni nada menos del mercado de valores nacional, instrumento que ha tenido importancia histórica en el financiamiento del Estado uruguayo y del sector productivo nacional. Preocupa que su “agenda” haya quedado rehén de los caprichos de burócratas bien pagos –que se pasan la pelota-. ¿Por qué no nos enteramos antes? ¿No sería conveniente contar con un mercado de valores doméstico dinámico en caso que nos cierren los mercados internacionales? ¿No fue la Bolsa de Valores de Montevideo la que se puso el financiamiento del Estado al hombro en la década transcurrida entre la crisis del ´82 y el Plan Brady en el ´92?
“Más que falta de liderazgo desde el gobierno, lo que faltó fue agenda (tanto del gobierno, la academia y el sector privado)”, afirmó el economista Martín Vallcorba en su cuenta de twitter. Esto provocó la reacción de su excolega en el BCU, el también economista José Antonio Licandro –que pareciera disponer de tiempo para tuitear mientras cranea nuevas regulaciones-. El hoy intendente de Regulación Financiera del BCU respondió que “agenda había”, alegando que “no hubo liderazgo por parte del gobierno”, refiriéndose notoriamente al MEF. Me da la impresión que en este caso Vallcorba tiene razón. El MEF tiene una cantidad de problemas muy variados y complejos y no cuenta con los recursos que sí tiene el BCU para coordinar el tema del mercado de valores. Especialmente cuando se trata del regulador y cuenta con amplios recursos humanos más que capacitados para la tarea. Es solo una cuestión de voluntad y responsabilidad. ¿Imaginan a un oficial de la Reserva Federal de EE.UU. diciendo algo similar por twitter?
Hace años un amigo tuvo la oportunidad de participar como invitado en un evento organizado por la Bolsa de Valores de Montevideo, en el que el exsubsecretario de Economía de Israel, el Dr. Yossi Bachar, expuso sobre su experiencia en el mercado de capitales de Israel y la reforma que lleva su nombre. Esta reforma es estudiada en todo el mundo como modelo de lo que puede lograr un país pequeño para dinamizar su economía y fomentar la innovación. Participaron del evento exministros de Economía y otras personalidades de la banca y las finanzas uruguayas, todos interesados en escuchar lo que este profesional tenía para decir que pudiera servir a Uruguay. El BCU brilló por su ausencia, hecho que llamó la atención a los participantes dado que uno pensaría que sería el principal beneficiario de esta valiosa experiencia contada por un actor directo. ¿Será que ya entonces habían perdido la agenda?
Llegó el momento de tomarse los temas seriamente. La situación por la que atraviesa el país lo impone. Los actores económicos no pueden seguir prisioneros de los antojos de unos pocos funcionarios, cómodamente protegidos por un estatuto que los blinda de las consecuencias de sus arbitrariedades.
Jaime Buchanan
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