El pasado lunes 1º de marzo comenzó la vacunación contra el covid-19 a personas de servicios esenciales. Hasta el martes a la noche se habían agendado unas 65.348 personas de 143.000 habilitadas. Se espera que con el correr de los días la cifra de agendados se eleve.
Las redes sociales, tanto de particulares como de los medios de comunicación, se colmaron de imágenes que hace un semestre parecían demasiado lejanas: centros de vacunación del país abiertos esperando a que miles de personas arribaran a sus puertas para, finalmente, comenzar con el plan de inoculación contra el covid-19. El abominable virus que, hace poco menos de un año, puso al Uruguay en jaque, afectando no solo a nivel sanitario, sino económica y socialmente.
El pasado lunes 1º de marzo, a las 8:00 horas, comenzó la vacunación contra el covid-19, la jornada culminó a las 20:00 horas, y se inocularon a 16.505 personas. Este primer grupo prioritario que contempla a unos 140.000 habilitados, está integrado por trabajadores considerados esenciales. Estos son: personal de la educación, trabajadores del INAU, militares, policías y bomberos en actividad de hasta 59 años. Ayer, en la segunda jornada de vacunación, la cifra fue de 13.368, totalizando 31.368 en los primeros dos días.
Los vacunatorios abiertos en todo el país son 90 y las dosis de Sinovac distribuidas en el territorio son 150.000, hasta el momento. De esta manera, es que el gobierno pretende vacunar a todos los trabajadores esenciales antes del 15 de marzo, ya que se prevé la llegada de las segundas dosis en ese entonces, que deben ser administradas a los 28 días de las primeras.
En cuanto a la campaña de vacunación, según relató a La Mañana Graciela Pérez Sartori, integrante del grupo coordinador del plan de vacunación contra el covid-19 del Ministerio de Salud Pública (MSP), la campaña se desarrollará en etapas de cuatro semanas. Esta primera es la que se está dando actualmente con la inoculación del personal esencial. La segunda se focalizará en el personal de salud de áreas priorizadas, vacunados con Pfizer y Oxford-Aztrazeneca.
Luego será el turno de residentes y funcionarios de residenciales, otros trabajadores de la salud, y las personas privadas de libertad, así como guardias carcelarios; también se vacunará a trabajadores y usuarios de refugios y funcionarios del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). Además, se estima que al mismo tiempo se inocule a las personas menores de 60 años con enfermedades crónicas.
Ya en una cuarta semana, será el turno de adultos mayores fundamentalmente, organizado por franjas etarias según las dosis que arriben al país, al tiempo que se seguirá con la vacunación a personal de salud.
Si bien este es el orden estimado, Pérez Sartori remarcó la importancia de tener en cuenta que se trata de un plan “flexible”. Es decir, que dentro de los grupos definidos pueden incluirse a otras personas de acuerdo a la disponibilidad de vacunas. “Otro concepto a dejar en claro es que van a haber vacunas para todos; hay que tener paciencia y solidaridad. El compromiso es que sucederá lo mismo que ahora, apenas llegan se distribuyen con rapidez y ninguna queda guardada esperando”, agregó la entrevistada.
Pérez Sartori resaltó que estos días se están viviendo con mucha emoción y que se ha comenzado con muchas ganas y personas dispuestas. “El sábado se hizo una primera etapa de puesta a punto con los equipos de vacunadores y se inoculó a 700 funcionarios. La expectativa es continuar con el ritmo que estamos teniendo, semana a semana, y mantener informada a la población sobre cuáles son los grupos que siguen”.
Objetivos y prioridades
“Los objetivos son claros: disminuir el riesgo de la enfermedad y las muertes”, respondió Pérez Sartori al ser consultada acerca de las bases del plan de vacunación. Indicó que los objetivos se establecieron tomando en cuenta la situación epidemiológica, la población de riesgo y la accesibilidad a la vacuna, además de los objetivos definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Trabajo (OIT), que implica, además, mantener a la sociedad funcionando.
En ese sentido, dijo la entrevistada, que Uruguay prioriza la vacunación de la población con mayor riesgo de infección, adecuando el sistema vacunatorio de manera de evitar aglomeraciones. También busca desarrollar la campaña en el menor tiempo posible, pero sin perder de vista el control del estado de las dosis y las personas inoculadas. Por otro lado, vela por la bioseguridad de vacunadores y demás personas vinculadas.
“Básicamente, lo que se organizó es eso, y no podemos perder de vista que lo primero es disminuir la mortalidad de las personas. Todo esto se basa en la disponibilidad de las vacunas que van a ir llegando por etapas y, de esta manera, se han ido decidiendo grupos objetivos. Por un lado, tenemos las personas que tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente, que son los adultos mayores que promedian los 76 años. Y por otro, tenemos a quienes tienen más riesgo de contagiarse por estar en lugares cerrados o hacinados”, indicó Pérez.
Además, dentro de estos grupos entran en juego las comorbilidades, como la diabetes, las cardiopatías, enfermedades respiratorias crónicas, hipertensión, entre otras. Que son los de mayores riesgos, junto con los adultos mayores. “Hay otro grupo, también cerrado, que son las personas que suman varias enfermedades crónicas, o los pacientes con enfermedades renales que necesitan diálisis, y van tres veces por semana a hacerse el tratamiento”.
Los trabajadores de la salud cumplen con casi todos los puntos, porque, por un lado, es un personal que está muy expuesto durante toda la pandemia, atendiendo a las personas con covid-19 y, por ende, con posibilidades de enfermarse. A su vez, se necesita de ellos para mantener un sistema de salud funcionante.
Semana a semana
Los grupos a vacunar se irán informando semanalmente, ya que las fechas están sujetas a remanentes de dosis y el arribo del resto de las vacunas. Esquemáticamente, la semana uno va desde el 1º de marzo al 6 de marzo de 2021, y abarca al personal esencial menores de 60 años: trabajadores de CAIF, educación inicial, primaria, secundaria, UTU, INAU. También, policías, bomberos y militares en actividad.
La semana dos, con fecha a confirmar, implica a los trabajadores de la salud de áreas priorizadas (centros de tratamiento intensivo y servicios anexos, personal que trabaja en emergencia extrahospitalaria y hospitalaria, y atención domiciliaria).
La tercera semana, también con fecha a confirmar, se dará en residentes y personal de residenciales, trabajadores de la salud, privados de libertad y guardias, personas de los refugios, funcionarios de Inisa y menores de 60 años con enfermedades crónicas.
Desde la cuarta semana en adelante, se prevé la continuidad de inoculación a adultos mayores y menores de 60 años como trabajadores de la salud.
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