Los vecinos del departamento de Durazno continúan esperando respuestas de parte del MTOP y del Grupo Vía Central por la construcción del trazado por donde circulará el tren de UPM 2 y que cambiará la vida de muchas familias. Las promesas fueron muchas, pero, al decir de los que se consideran damnificados, las respuestas son pocas.
Las aproximadamente doce familias que viven en dos cuadras de la calle Zorrilla cercana a la terminal de ómnibus de Durazno vienen planteando reclamos desde el comienzo de las expropiaciones y luego del anuncio de obras que se remonta al lejano 2016, ante lo que entienden es una limitación a su diario transitar por la mencionada Zorrilla.
En diálogo con La Mañana la vecina Virginia Aycaguer, expresó: “en mi caso todo comenzó en el año 2016 cuando me expropiaron una vivienda para luego demolerla y que me llevó casi un año para que el MTOP me pagara. Pero ahora me comunican que las obras van a complicar la operativa de cuatro galpones de mi propiedad ubicados en Zorrilla casi la vía, dos de los cuales están alquilados y dos desocupados”.
Se trata de construcciones antiguas dijo la entrevistada y “frente a ellas están planificando hacer un túnel o una trinchera, como ellos le llaman, y que va a pasar por debajo de la vía de un lado al otro. Con este proyecto van a quedar veredas de entre 60 a 70 cm de ancho con una calle solo de circulación sin posibilidad de estacionar”.
El perjuicio para la vecina radica también en lo económico ya que, dijo: “en primer lugar, mientras dure la obra, empezando con el movimiento de tierras, no se va a poder ingresar a la zona y cuando se termine los vehículos de gran porte, como los que van a mis depósitos, no van a poder maniobrar. Y mis inquilinos me están reclamando soluciones que evidentemente no puedo dar, salvo que rescinda contrato”.
La señora Aycaguer continuó diciendo: “nosotros hemos tenido varias reuniones, y yo asistí a algunas organizadas por el Ministerio de Transporte y el Consorcio Vía Central. Últimamente pudimos hablar con la gente del Grupo Vía Central, y después de una reunión más concurrida con todos los vecinos y los ingenieros del consorcio, junto con autoridades del Ministerio representado por Andrés Capresti. Se nos prometió buscar una solución y lo que ofrecieron fue hacer un ensanche en la calle para que los vehículos puedan detenerse y no parar, pero al menos que se puedan bajar a los emprendimientos en esa cuadra”.
“A algunos vecinos les prometieron alquilar algún local para que pudieran guardar sus vehículos mientras dure la obra, ya que nosotros no vamos a tener acceso a nuestras propiedades. Se nos ofreció la posibilidad de comprar el local o que se expropiara en presencia de un escribano que nos representara, pero todo eso quedó en nada porque en una siguiente reunión se nos dijo que siguiéramos la vía judicial”, manifestó.
Disconformidad ante la respuesta de las autoridades
El vecino Juan Dinardi, representante de una de las 17 familias del lugar, nos hizo saber de su disgusto con el trámite previo a la obra, sosteniendo: “nos matan en vida porque nos dejan sin salida, ni siquiera se preocuparon en hacer una ubicación para nuestros vehículos, se quedaron quietos”, enfatizó.
“Hoy están poniendo carteles de anuncio de obra, pero lo nuestro no está solucionado. Les manifestamos que la familia hace 12 años tiene una empresa que es la base de nuestro sustento, pero la solución que nos dieron es que cerráramos o que consiguiéramos o alquiláramos otro local”.
Por otra parte, el vecino expresó su disconformidad ante la respuesta de las autoridades: “hablamos con varios jerarcas del gobierno anterior y del actual, y el trato es cada vez peor, ‘nosotros vamos a poner una valla, vamos a hacer el puente, haga una demanda entonces’, nos dicen”.
“Pensé que era por el anterior gobierno, pero este gobierno es lo mismo. Me entrevisté con diferentes jerarcas políticos para ver una solución y todos me dicen lo mismo ‘hace una demanda’. Y estamos en eso, esperando que nos tapen la entrada de nuestra casa”.
“Lo peor es que primero nos dijeron que nos alquilaban un lugar, una suerte de shopping para que se instalaran todos los negocios afectados. Pero después nos comunicaron que no podían y que nos hiciéramos cargo nosotros”, concluyó Dinardi.
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