Alianza contra Rosas. Paz, Ferré, Rivera, López. Isidoro J. Ruiz Moreno. CLARIDAD, 254 págs.,1999-2004.
Este es un texto escrito desde las veredas opuestas a las que habitualmente exploramos. Desde su prólogo queda meridianamente clara su filiación antirosista hasta el paroxismo.
Isidoro Ruiz (abogado, integrante de número tanto de la Academia Nacional de Historia y de Ciencias Políticas) recupera documentación inédita y confronta tanto las ya tradicionales versiones del general Paz como del Dr. Adolfo Saldías, planteando una versión distinta de los eventos.
A fines de 1841, la única resistencia contra Rosas en territorio argentino estaba limitada a Corrientes. Por ello su gobernador, Ferré, y el general Paz buscaban anhelosos un apoyo, dirigiendo su esperanza al mandatario santafesino Juan Pablo López ante la falta de cooperación de su nominal aliado, el presidente oriental Rivera.
Y el presente ensayo intenta arrojar nueva luz sobre estos protagonistas y la cambiante situación en que se movían: pero, además, el tema permite examinar varios aspectos importantes, institucionales e internacionales, de aquella época tan agotada, ofreciendo una renovada visión de hechos controvertidos de la Historia argentina y aún rioplatense. Así se pasa revista a la situación de Santa Fe, las dos campañas libradas en Entre Ríos, y la Batalla de Arroyo Grande con un enfoque original.
Dicha confrontación, acaecida el 6 de diciembre de 1842 en la provincia de Entre Ríos, implicó una victoria del Ejército Federal dirigido por el presidente uruguayo, brigadier Manuel Oribe, sobre una alianza de colorados uruguayos y unitarios argentinos (porteños emigrados, correntinos y santafesinos) dirigidos por el también presidente, el general Rivera. Implicó el final de una de las más violentas guerras civiles y fue el inicio de la Guerra Grande en Uruguay.
En el llamado Ejército Aliado Libertador que comandaba Rivera formaban los generales Félix Eduardo Aguiar (uruguayo), Vicente Ramírez, Elías Galván y José Domingo Ábalos (correntinos), y Juan Pablo López (santafesino). En el Ejército Unido de la Confederación Argentina que llevaba por jefe al general Manuel Oribe, los generales Justo J. de Urquiza (entrerriano), Ángel Pacheco (porteño) e Ignacio Oribe y Servando Gómez (orientales).
Entusiasmadas por el triunfo de Caá-guazú, las tropas unitarias se aprestaron a una batalla imbuidos en la certeza de la victoria. De hecho, las primeras horas de la confrontación les estaban siendo favorables. Pero la superioridad numérica y la disciplina del ejército federal primó y el ejército unitario comenzó un repliegue que se transformó rápidamente en desbandada.
Isidoro Ruiz realiza una detallada investigación sobre la conducta de Rivera, que no sólo sufrió una derrota militar, también su reputación personal resultó menoscabada ante la posteridad. Procede entonces a desmontar tanto la versión de Paz como la de César Díaz. En las Memorias de este último, se echó a rodar la versión de que “se separó de su ejército cuando estaba todavía indecisa la victoria”, y esto se sigue repitiendo.” No fue así. Benjamín Virasoro ha dejado relatado que “Rivera y otros jefes iban defendiéndose en su derrota con los restos de la División de Blanco”.
Una obra imprescindible en un proceso de contrastación histórica, discutible página por página por su cariz ideológico y de apasionante lectura.
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