Tanto la falta de precipitaciones como lo variable de las mismas condicionó el resultado de la soja, con chacras que debieron abandonar o pastorear el cultivo y otras que obtendrán buenos rendimientos gracias a lluvias oportunas.
El anuncio de año Niña pendió sobre el Uruguay productivo como una amenaza permanente, generando dudas y exigiendo al máximo el buen manejo de los cultivos, a la vez que cada día se miraba al cielo esperando la lluvia oportuna que en algunos casos llegó y en otros lo hizo tarde, fuera de época o en cantidades insuficientes.
Cuando en algunos puntos del país se está iniciando tímidamente la cosecha de soja, y se espera que en los próximos días salgan las máquinas de forma masiva y decidida sobre las chacras, La Mañana consultó a al Ing. Agr. Sebastián Falco, consultor de FAO y asesor privado, al Ing. Agr. Martín Córdoba de Calsal, y al Ing. Agr. Diego Lluberas asesor privado, quienes coincidieron en afirmar que la variabilidad de las lluvias condicionó los resultados y rendimientos de la soja que presenta resultados dispares según la región del país que se analice.
La afirmación “este año el principal problema de la soja fue la sequía”, expresada por Córdoba, parece ser una buena síntesis, en tanto la cadena agrícola espera que se llegue al punto de equilibrio entre los rendimientos y los precios internacionales, pero sabiendo que habrá chacras que no llegarán al mínimo necesario para lograrlo.
“Colonia tiene un poco de todo”
Consultado sobre la franja sobre el río Uruguay, el Ing. Falco dijo que se presentan diferentes paisajes productivos que contrastan entre sí. “Si miramos el litoral norte, el litoral centro y el litoral sur, la condición de los cultivos no tiene nada que ver una con otra”, expresó. Mientras al norte la situación se presentó más favorecida, al sur fue más variable y al centro “regular y mala”.
“En el litoral medio” que se conforma desde el norte de Carmelo (Colonia), pasando por Dolores, Mercedes (Soriano), Nuevo Berlín (Río Negro) hasta Paysandú “la condición es regular y mala” con rendimientos que “no sé si van a alcanzar los 2.000 kilos”, estimó.
El área que abarca los departamentos de Colonia y San José, donde también hay muy buenas tierras, tiene sus propias particularidades. Al sur de Carmelo la situación no es tan crítica como en el litoral medio, aunque “Colonia tiene un poco de todo” por la variabilidad de las lluvias.
“Cuando en Carmelo o Conchillas hubo faltante de agua con registros de unos 5mm., en Ombúes de la Lavalle a pocos kilómetros de allí hubo 70mm., son situaciones puntales, y el que tuvo la suerte de recibir agua en los momentos críticos tuvo resultados buenos, pero en la general no es buena la condición” final de la soja, señaló.
Respecto a San José dijo que es un departamento con bunas tierras y que “históricamente tiene rindes muy buenos, pero este año ha sido malo. Casi todo San José debe tomarse como parte mala” por los resultados, evaluó Falco. Si observamos San José norte casi Flores “uno escucha a los productores que también allí la situación es mala. No sé si con la gravedad del litoral, pero sí peor que algunas zonas de Colonia”, detalló.
En el este, las lluvias ayudaron a mejorar resultados
En cuanto a la zona de este, el técnico dijo que Maldonado “no es típicamente agrícola”, pero hay campos que permiten plantar y productores que se animan a hacerlo. Allí “fue un año que vino muy mal de arranque por la falta de agua”
“Se pudo sembrar soja de primera a fines de noviembre o comienzo de diciembre” y las lluvias de enero y febrero “salvaron y ayudaron para que los resultados no fueran tan malos”. En cambio, los que “sembraron temprano han tenido un mal resultado y terminaron abandonando o pastorearon la soja”.
“En el resto del este, la parte más productiva que es la zona de India Muerta, Lascano, toda esa zona que es muy arrocera y productores que optaron por hacer soja, ahí no es tan critica la situación, los campos son un poco mejores” y “los arroceros que hicieron riego acompasan un poco más la sequía”.
En el litoral norte se esperan buenos resultados
El Ing. Córdoba expresó que el área de influencia de Calsal es del norte de Paysandú, pasando por Salto, hasta el norte de Artigas, donde “la soja viene bastante bien”, con inicio de cosecha que se dará los próximos días.
En esta zona “la seca recién se sintió en febrero y marzo” cuando el cultivo ya estaba “armado y con buen porte”, y aquellas chacras que sufrieron la falta de agua no decayeron tanto como en otras zonas del litoral.
“La seca nos afectó porque nos quitó rendimiento, pero no fue un desastre como en otras áreas del país. Tengo información de que sobre la ruta 24 hay charas que no van a rendir nada. No es nuestro caso, acá nosotros no nos afectó tanto a pesar de que tuvimos pérdidas de potencial en el entorno del 20%”, evaluó.
“El área que nosotros tenemos en productores que remiten a Calsal es de unas 2.700 Has, esto es una caída del entorno del 15%” respecto a años anteriores y sin el temor a la sequía, dijo.
En cuanto al rendimiento señaló que “la expectativa es que será un buen año, esperamos tener un promedio arriba de 2.000 kilos y eso es bueno para una zona medio marginal para la soja. Superando los 2.000 kilos ya lo consideramos bueno”, sobre todo con los valores que se están dando.
Hay confianza de que va a ser un año “bueno y a los productores podrán cerrar bien sus números”, en eso es importante que “al momento de la siembra los valores de los insumos eran bastante menos de lo que son ahora. Se dio un año que se sembró con insumos relativamente baratos y la suba de precios se dio en el transcurso del cultivo, cuando ya estaba más avanzado”, concluyó.
El eje de la ruta 24 fue la zona más crítica
El Ing. Lluberas se desempeña fundamentalmente en Río Negro y Soriano, el norte de Mercedes y el eje de la ruta 24, sin duda la zona más crítica en todo el país.
“Esa es una zona clave que ahora está muy golpeada por la falta de agua. Las últimas lluvias fueron muy buenas, pero llegaron tarde para la soja”, además de que fueron muy dispares. “Uno avanza 20 o 30 Km. y se ven las diferencias en los cultivos. Eso porque el régimen de lluvias fue muy desparejo”, observó.
La mayor falta de precipitaciones fue “en el eje de la ruta 24, en la ruta 2 y 14, falto en la siembra y durante el llenado del grano. Eso afectó mucho el rendimiento, y cuando se dieron apenas frenaron un poco la caída de rindes, pero había sojas muy castigadas y los rendimientos van ser muy magros”.
Períodos de seca siempre hubo, ahora se da que la variabilidad se da por zonas, pero incluso “dentro de las mismas chacras” con partes que esperan rendimientos de 1.000 kilos y 2.500 en otras. “El productor está expectante porque hasta que no termine la zafra no sabe con qué número cerrará”, dijo Lluberas.
A pesar de todo, “el productor mantiene buen ánimo y espera que los precios sumen a su ecuación” aunque se sabe que “hay casos en que no se van a cubrir los costos”.
Los 2.000 kilos son la clave
El Ing. Lluberas dijo que “para empatar los costos hoy hay que pensar, sin considerar la renta que es variable, en 1.300 y 1.500 kilos” por hectárea.
Dada la situación del país e internamente de cada departamento y aún cada chacra, “es difícil hacer un promedio general país, pero si me tengo que arriesgar yo diría que en general se va a estar un poco por debajo de los 2.000 kilos considerando esos lugares donde están mejores que podemos pensar en 2.500, 2.800 o eventualmente 3.000 kilos, y los lugares que van a estar en los 1.000 kilos”.
En resumen y a nivel país, la zafra “va a salir bastante bien posicionada, no va a ser excelente pero considerando el valor de la soja y si logramos los 2.000 kilos va a dar para empatar”, aunque hay productores chicos de 100 Has que van a cerrar con números en rojo.
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