Ha pasado bastante desapercibida la situación dramática que viven los operadores turísticos de Salto, que cayeron en el olvido de las autoridades nacionales y a quienes la Intendencia Departamental ha profundizado en la crisis, al decretar el cierre de todos los emprendimientos públicos y privados vinculados al turismo termal durante la pasada Semana Santa o de Turismo.
Fueron los hoteles de Salto los únicos que no pudieron abrir las puertas en la semana más fuerte del año; y lo peor, sin justificación alguna. Hoteles de Paysandú a pocos metros de la frontera departamental funcionaron sin limitaciones, al igual que los del resto del país. No puede ser el agua termal la causa de esa discriminación, porque está más que probado en Uruguay y el mundo, que no es vector de contagio de ningún virus. Si fue la previsión de aglomeraciones en los parques termales, bastaba con limitar la asistencia con los mismos protocolos que han dado excelente resultado hasta el momento, dado que no hubo ni un contagio siquiera en todo el 2020. Y en último término, pudieron cerrar los parques pero no los hoteles.
En octubre se presentó un Plan Verano, con medidas económicas que tuvieron vigencia hasta el pasado lunes 4 de abril, beneficiando a los operadores de las zonas balnearias en su momento de mayor ocupación, mientras que el resto del país transitaba su temporada baja. Ahora que empiezan los meses de mayor movimiento en el interior, y fundamentalmente en la zona termal, desaparecen esos beneficios y no se habla de ningún Plan Invierno similar al de los meses estivales.
Esta política no mide consecuencias, porque si bien se ha asistido -escasamente- a las pequeñas empresas, no se ha contemplado a la hotelería cinco estrellas del departamento, que es la que derrama mayores recursos entre la población y siendo totalmente de capitales nacionales, no tiene “la espalda” que se alega para desampararla desde los escritorios de Montevideo.
De la supervivencia de esas empresas dependemos muchos cientos de familias salteñas, en empleos directos e indirectos, dado que el turismo de mejor nivel económico alimenta a toda la actividad comercial del departamento.
Ricardo Trindade
Salto
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