Hegemonía. Guía de supervivencia política. Federico Leicht. EDICIONES DE LA PLAZA. 96 págs. $550, 2021.
Franz Kafka se preguntaba para qué te sirve la lectura de un libro si no es el hachazo en el mar congelado de nuestra mente. Aquí tenemos un panfleto –en el mejor sentido del término–, recuperando una versión muy radical del pensamiento liberal. Y cuando lo tipificamos como panfleto es, entonces, en la acepción inicial de un texto breve que apunta a marcar el debate político fijando una trinchera ideológica para este tiempo y el venidero.
Un texto plagado de sorpresas. Un impactante diseño gráfico que prefigura una apuesta a la comunicación instantánea en tiempos hipermodernos. Una contundente ráfaga de conceptos que demuelen los esquemas clásicos con los cuales se lee la agenda política: “Desde hace un tiempo, el concepto de batalla cultural ha cobrado algo más de notoriedad en el plano mediático y político, aunque sigue resultando un término esquivo para el grueso de la sociedad y los políticos profesionales”.
“En este manual intentamos analizar el basamento de la misma: la hegemonía cultural, mostrando cómo opera, desde el plano local al global, desde la izquierda clásica a la nueva izquierda, y desde la globalización capitalista al globalismo socialista”
“Pretendemos analizar los procesos que nos trasladaron a este presente, revalorizar los relatos fácticos y echar por tierra los falsos relatos que pretenden imponerse teóricamente desde la cultura y los medios de comunicación masivos, agudizando nuestro instinto de supervivencia: el pensamiento crítico y la duda razonable”.
A través de un capitulado muy sui géneris, Leicht nos muestra cómo se ha dado este proceso de hegemonía: “a desalambrar el relato”, “la madre de la bestia pop”, “vacuna hegemónica visual”, “epílogo abierto”. El sujeto revolucionario ya no es el proletariado; ahora el centro de los desvelos de las fuerzas tradicionalmente de izquierda pasa a ser las minorías postergadas y por ende la llamada nueva agenda de derechos de inspiración globalizante.
Hegemonía no es sólo una invitación a pensar de forma crítica, es una continua provocación a diversas certezas. Y su lectura es muy recomendable. Ahora bien, no es posible suscribir algunos postulados: desde la función del estado hasta el panegírico de un orden mundial liberal de intercambio de bienes, servicios, capitales…. Que cosa curiosa, cierra fronteras muy reales a las personas.
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