El vicepresidente de ACA dijo que la cosecha se acerca al 50% del área con un rendimiento similar al año pasado y buenos precios, lo que da una perspectiva positiva. También valoró el cambio positivo del BROU y señaló que hay asuntos pendientes como lograr un combustible más competitivo, entre otros.
Juan Miguel Silva, arrocero de Cerro Largo y vicepresidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz dijo que ese cultivo “tiene una importancia de destaque en la economía del país” por lo cual “está bien que el sector se sienta apoyado” ya que “da mucho trabajo y pone mucha dignidad en la gente. Es bueno y gratificante sentirse respaldado y tener para adelante un año positivo a pesar de los problemas de la pandemia”.
Al analizar la zafra en su conjunto expresó que hubo “alguna dificultad en el riego por la escasez de agua”, sin embargo estamos ante una “buena zafra”, cuya “cosecha se arrima al 50% y con rindes que son muy alentadores”.
Los rendimientos son “muy buenos” y ya “podemos hablar de una zafra bien arriba de los 8.500 kilos. El año pasado fueron 8.600, yo estimo el promedio nacional muy parecido al de la zafra pasada”, subrayó.
Agregó que “este año no hubo escalones” como sí ocurrió con la zafra anterior con “zonas con mucha cosecha y otras muy pobres”. Por el contrario la cosecha viene mostrándose “más pareja y eso es importante, sobre todo para el productor chico que necesita sostener una cosecha alta”, y a eso se suma el valor que “va a ser bueno”, estimó.
Y lo que es bueno para el arroz “es bueno para toda la amplia zona de influencia” del cultivo porque “entre otras cosas se necesita reinvertir en maquinaria y hay que renovar el caballo”, dijo apelando a un dicho rural.
Silva señaló que hay varios factores que ayudan a tener buenos resultados. Recordó que “el invierno fue poco llovedor” con lo que se “limitó un poco el área de siembra porque pensamos ir a 160.000 y quedamos en 143.000 hectáreas”. Hubo zonas en que “faltó agua en represas”, más concretamente “en la zona centro norte” que abarca Cerro Largo, Tacuarembó y Rivera.
En cuanto a la siembra dijo que “fue buena, se pudo trabajar, luego vino el arranque del riego y en febrero llovió como para terminar y eso facilitó”, describió. “Ahora estamos en la cosecha y no ha habido grandes inconvenientes”. Cabe esperar que las próximas lluvias se den en el momento oportuno y en cantidad suficiente para el llenado de las represas y así poder planificar la próxima siembra.
Las preocupaciones de ACA
Consultado sobre dónde se centra la preocupación de ACA en este momento, Silva dijo que después de un proceso largo como está previsto en el contrato se logró terminar con el arbitraje de la zafra 2018/19.
“Ahora estamos terminando la negociación de precio de la zafra 2019/20, las partes se están arrimando” y posiblemente haya novedades en los próximos días.
Además, terminado el ciclo negativo ahora se pretende tener “un crecimiento de área y rendimiento”. En ese sentido recordó que ACA, INIA y ANDE, están trabajando en “un proyecto para aumentar los rendimientos”.
Otro factor que Silva consideró “importante resolver es el sistema financiero”, y lamentó que el Banco Central no compute como garantía la prenda de la futura cosecha.
Por otra parte resaltó que “haya cambiado radicalmente en vínculo con el BROU”, ahora “tenemos con quien hablar, tenemos productores nuevos que apuestan al banco y nosotros mismos estamos tratando que haya más gente que se arrime” con el fin de lograr “tasas de interés más favorables”. De esa forma “el BROU ayuda a que la gente pueda acomodarse, hay gente que está fuera del banco pero con una zafra buena y una ayudita (financiera) puede acomodarse y enfrentar un par de años en una situación mejor”.
Donación de arroz frente a la emergencia sanitaria
Frente a la situación sanitaria y económica del país, por segundo año consecutivo la Asociación Cultivadores de Arroz y la Gremial de Molinos Arroceros apoyan a la población a través de MIDES y Fuerzas Armadas con una donación de 30.000 kg. de arroz, equivalente a 300.000 raciones.
Cosecha de arroz: Se espera un rendimiento superior a la zafra pasada
Empujados por los difíciles años anteriores, los arroceros se han endeudado con el BROU como con los molinos, pero ahora se dan las condiciones para lograr una recuperación. “El arrocero es muy pagador de sus deudas”, dijo el productor norteño Predebon.
Mario Predebon, productor arrocero del departamento de Artigas, dijo después de varios años el arroz tiene un escenario positivo con “la expectativa de mejores valores y buena rentabilidad. “Ese cambio viene de mejores precios que comenzaron en el segundo semestre de 2020 y se vienen tonificando en este primer trimestre de 2021”.
Esa buena perspectiva es necesaria porque “hay un endeudamiento importante”, principalmente con el BROU y algunos molinos. “Necesitamos de años muy buenos para achicar o eliminar esa mochila que es muy pesada”, reflexionó.
“El arrocero es muy buen pagador de sus deudas. Ya pasamos el 2002 y supo salir de ese momento, casi 20 años después se vuelve a tener un endeudamiento pesado con el Fondo Arrocero IV que son US$ 50 millones que se paga mediante una retención en las exportaciones. Otro endeudamiento pesado es con los molinos por 30 o 40 millones, pero estos años seguramente vamos a tener una capacidad de repago muy buena. Hay deuda, sí, y vamos pagarla en estos años que se nos vienen y que creo van a ser muy buenos para la producción”, estimó.
Sobre los rendimientos Predebon coincidió con las estimaciones del vicepresidente de ACA, Juan Silva, en cuanto a que “van a ser similares a la del año pasado con una tendencia de 8.600 o 8.7000 kilos por hectárea en lo nacional; pero en lo departamental vamos a andar en 8.700 y cerca de los 9.000 kilos”.
Son rendimientos “muy buenos”, gracias a que en el norte “no hubo problemas por la falta de agua, en diciembre y enero tuvimos una lluvia interesante y eso evitó que tuviéramos pérdidas en las chacras. En el este fue distinto porque las lluvias aparecieron en febrero”.
Las lluvias permitieron almacenar agua en las represas y eso da tranquilidad al momento de planificar la siembra, y concretar una zafra “con agua y sin pérdidas” para las chacras.
El trabajo no ha parado
Tanto Silva como Predebon vieron en la pandemia una oportunidad. Amos reconocieron y mencionaron la gravedad de sus efectos en la vida, la salud y la economía de las personas, sin embargo destacaron la importancia de que la agropecuaria sea el principal ingreso del PBI lo que le ha permitido al país no sufrir la crisis como otros de Europa o México que dependen del turismo.
Durante este zafra “hemos tenido inspecciones del Ministerio de Trabajo como hace muchos años no teníamos, debido al tema seguridad y por el tema del COVID”, dijo el vicepresidente de ACA. “Ha habido casos de contagios pero todo solucionable, no se ha debido paralizar la actividad”, añadió.
Y los casos que hubo, por ejemplo en una planta de acopio, afectó a un turno que se quedó sin personal, pero “pudo ser solucionado y el trabajo no ha parado”, precisó.
Predebon en tanto observó que mientras el turismo se ha detenido en el mundo, el campo no. “Gracias a Dios Uruguay es agroexportador y depende del medio rural”, expresó. Aunque esos sectores la están pasando muy mal. Si miramos a nivel país, estamos mejor posicionados porque a diferencia de México o los países europeos que tienen su 80 o 90% de ingresos en el turismo, nosotros lo tenemos en producir alimentos. “La agropecuaria hoy es el sostén en medio de la pandemia”, concluyó.
TE PUEDE INTERESAR