La pandemia tuvo como efecto una abrupta contracción de la actividad económica a nivel global y esto se vio reflejado en una inmediata caída de las ventas y, consecuentemente, un fuerte incremento en las necesidades de caja para la mayoría de las empresas. Ha transcurrido más de un año desde que se declaró la pandemia en marzo del año pasado y los efectos negativos ya se ven reflejados en los balances.
Según un informe reciente del BID, las empresas en América Latina han sido de las más afectadas. La reacción inicial de la mayoría de las empresas fue la de hacer tiempo esperando obtener mejor información sobre las perspectivas de futuro. Mientras tanto, con el objetivo de mantenerse líquidas, recortaron inversiones y contrajeron nuevas deudas. El resultado fue un aumento del apalancamiento, término utilizado para referirse a la proporción de los activos de una empresa financiados con deuda, en oposición a patrimonio. Esto tuvo mayor impacto en sectores donde hay un alto grado de contacto directo, como es el caso de la educación, el transporte, los restaurantes y hoteles, entre otros.
Esta pérdida temporaria de flujos se ve entonces reflejada en un incremento en el stock de deuda, lo que se convierte en un efecto permanente. Para muchas empresas no alcanzará con recuperar los niveles de actividad prepandemia para afrontar los nuevos niveles de endeudamiento. Quedarán más vulnerables ante nuevos shocks adversos, que podrán venir por rebrotes de la pandemia o una depreciación de las monedas locales frente al dólar. Los altos niveles de endeudamiento permiten también anticipar un menor nivel de inversiones futuras, ya que los empresarios se volverán más conservadores mientras no logren reducir la deuda a niveles más saludables. A nivel global se estima que un aumento de ratio deuda/activos de 10% provocará en promedio una reducción de 3% en las inversiones anuales de las empresas.
Según el informe del BID, el apalancamiento de las empresas en América Latina ya venía aumentando en la última década –una vez concluido el extraordinario ciclo de alza en el precio de las materias primas–, pero la pandemia generó un salto importante en determinados sectores. El más afectado es el de las aerolíneas, que vio aumentar su apalancamiento en un 50% respecto al promedio de los dos años anteriores a la pandemia. Lo siguen el comercio y otras formas de transporte, con un aumento de apalancamiento en torno al 25%. En contrapartida, el sector agropecuario, de construcción y minero son de los menos afectados. Si tomamos en cuenta que durante la pandemia el endeudamiento ha alcanzado niveles récord, y que el crecimiento promedio de la inversión anual es de solo 0.7%, los efectos sobre la inversión serán más pronunciados que en otras regiones, lo que implica un gran desafío para quienes formulan las políticas públicas.
Aumento del apalancamiento (deuda/activos) durante la COVID-19:
Fuente: BID
Nota: La ratio histórica es la media del período que abarca desde el primer trimestre de 2018 hasta el primer trimestre de 2020. La ratio COVID-19 comprende la media del segundo y tercer trimestre del 2020.
TE PUEDE INTERESAR