En 1992, durante una beca de estudio en Canadá, escuché por primera vez el término homeschooling. Para alguien educado en el sistema vareliano, era toda una novedad, aunque en realidad, es el sistema educativo más viejo del mundo: los padres educan a sus hijos en casa, y estos rinden exámenes presenciales en forma periódica. Quien iba a decir que algún día llegaría al Uruguay… de la mano de un virus.
En el mundo
Una de las grandes referentes del homeschooling actual es la educadora inglesa Charlotte Mason, que desarrolló su método a fines del siglo XIX. Ya en el siglo XX, en los años 90, el homeschooling se popularizó en algunos países del primer mundo debido al agravamiento del bullying y a la falta de garantías para la seguridad física de niños y adolescentes en el sistema educativo formal.
En la actualidad, son muchos los padres en todo el mundo que sacan a sus hijos del sistema educativo formal por causas religiosas, ideológicas, económicas -el homeschooling es mucho más barato- etc. En naciones tradicionalmente libres, como los Estados Unidos, el homeschooling es tan corriente como valorado, al punto que el 27% de los cupos de las universidades son reservados para los homeschoolers. Ocurre que su particular tipo de educación -integral, no enciclopédica, no basada en materias- les ayuda a pensar “fuera de la caja”.
En Uruguay
Permitir en Uruguay que los padres que quieran y puedan hacerlo eduquen a sus hijos en casa implicaría cumplir -de un modo novedoso- con lo expresado por el art. 41 de la Constitución de la República: “la educación de los hijos […] es un deber y un derecho de los padres”. Regular esta práctica, a partir de las lecciones aprendidas durante la pandemia, sería particularmente importante para la educación rural, clave para el desarrollo del país.
Es bien sabido que las escuelas rurales, sobre todo las más apartadas de los centros poblados, tienen muy pocos alumnos. Muchas han cerrado, y las que quedan funcionan gracias a la heroica dedicación de las maestras y/o de los maestros de campaña. A estas escuelas van, por lo general, los hijos de pequeños productores y empleados rurales, mientras que los hijos de productores medianos o grandes, o de los profesionales del agro, cursan sus estudios en instituciones públicas o privadas de la capital departamental, cuando no directamente en Montevideo.
En la actualidad, la cobertura de internet alcanza prácticamente a todo el territorio nacional. La gran mayoría de los niños de la ciudad y del campo, o bien acceden a las computadoras de sus padres, a tablets o a teléfonos inteligentes. Nos preguntamos: ¿no se podrá diseñar una currícula y unos planes de enseñanza vía internet para los niños, adolescentes y jóvenes que viven en el campo, de forma que puedan estudiar en casa sin necesidad de trasladarse diariamente a la escuela o al liceo? La pandemia ha demostrado que es posible. ¿Por qué no procurar adaptar alguno de los modelos de homeschooling que hace años funcionan en el mundo a la realidad nacional, y a la educación rural en particular? ¿Por qué no facilitar ese método educativo desde primaria hasta la educación media superior?
Ventajas
Además de facilitar y ordenar el acceso de niños y jóvenes a internet, en la medida que mejore su calidad y extensión, este sistema permitiría el arraigo de muchas familias de productores, profesionales y empleados rurales en el campo.
También facilitaría la integración de los hijos de los productores o profesionales del agro, con los hijos de los empleados rurales. Permitiría reducir notablemente los costos por concepto de traslados, tanto de los maestros, como de los padres de los alumnos. A su vez, los docentes, con previa capacitación, podrían interactuar con padres y alumnos desde centros poblados o capitales departamentales, sin necesidad de pasar tantos días aislados.
La idea no es eliminar la presencialidad ni la interacción entre alumnos, sino cambiar la forma. Para ello se pueden programar encuentros periódicos entre alumnos y docentes en la escuela, y formar grupos de alumnos que vayan rotando por las casas de sus vecinos.
Es solo unaidea, cuya factibilidad quizá debería ser estudiada por políticos, docentes, expertos en informática, pedagogos, etc. El objetivo final es mejorar sustancialmente la calidad de la oferta educativa en el medio rural, y eliminar así uno de los principales motivos de emigración del campo a la ciudad.
TE PUEDE INTERESAR