Habiendo logrado, luego de muchos años, contar con una Política Nacional Antártica, surgió otro documento importante para nuestro programa antártico: la Hoja de Ruta 2020-2045. El Contralmirante Daniel Núñez quién se desempeñó como presidente del Instituto Antártico Uruguayo (IAU) desde el febrero de 2016 a marzo de 2019 y fuera uno de los actores en la construcción de este marco normativo realizó las siguientes declaraciones al porta Patria Grande
¿A qué se refiere la Hoja de Ruta?
Primero recordemos que en diciembre del 2019 el P.E. promulgó el decreto que estableció la Política Nacional Antártica. Esta norma describe, primeramente, 8 (ocho) lineamientos generales en función de los cuales se establece la misma; en el artículo 2do. presenta los 11 (once) principios rectores de esta política de Estado; en el artículo 3ro. se plasman los 6 (seis) principales objetivos a alcanzar para mantener y fortalecer el estatus actual de Miembro Consultivo en el Tratado; a continuación, el artículo 4to. presenta 10 (diez) objetivos estratégicos.
El decreto finaliza con una declaración donde se reafirma el interés estratégico de la República sobre el continente blanco y la voluntad de cumplir con las normas internacionales vigentes en la materia. En algún momento podemos hablar sobre ella y como Ud. bien plantea, dio lugar a su vez a la Hoja de Ruta 2020-2045.
Éste es un documento que orienta el trabajo del Programa Nacional Antártico (PNA) de acuerdo a los lineamientos político-estratégicos establecidos por el Gabinete Interministerial en Asuntos Antárticos (GIMAA), enmarcados dentro de la Política Nacional Antártica de Uruguay en los próximos 25 años.
Establece estos lineamientos para guiar el trabajo de los distintos actores nacionales que conforman el programa, para alcanzar las condiciones en las que Uruguay pretende abordar la apertura de las deliberaciones respecto al articulado del Protocolo al Tratado Antártico sobre la Protección del Medio Ambiente.
Presenta además una serie de etapas para lograr avances sustanciales en diversos aspectos del PNA de forma de consolidar la posición de Uruguay como un actor relevante dentro del Sistema del Tratado Antártico (STA), y alegar apropiadamente a favor de la visión de la República y sus derechos en el continente antártico.
Esta Hoja de Ruta es también el punto de inicio de un proceso de construcción y apropiación de una visión a largo plazo por parte de la sociedad y la agenda política, en relación a nuestro posicionamiento futuro en el Continente Antártico. La implementación de este documento involucra la instrumentación de diversos programas y proyectos institucionales, gubernamentales y no gubernamentales.
¿En qué consisten las etapas que se mencionan en la Hoja de Ruta 2020-2045?
Son tres etapas por las que se ha entendido que el país debería transitar para alcanzar los objetivos establecidos. En líneas generales hablamos en primer lugar una Etapa Básica, supuestamente ya cumplida, que involucraba la Campaña Antártica de Verano 20-21, donde se concretan las condiciones para un relanzamiento de la actividad de Uruguay en la Antártida y del PNA. Todo este asunto de la pandemia, ha enlentecido las actividades de los programas antárticos de todos los países, así que puede haberse dilatado.
Seguidamente, una Etapa Intermedia, hasta el 2035 donde se pretende lograr un posicionamiento reconocido y demostrable de Uruguay en el marco del STA.
Y por último, una Etapa Avanzada, hasta el 2045, donde se logre “acortar la brecha” en los campos de ciencia, tecnología y logística, con los países miembros más desarrollados, y consolidar la posición del país en términos de política exterior.
Sabemos que es importante ser miembro de “un club tan selecto” pero, esto impone mantener una presencia física continua en la Antártida; ¿es una acción sustantiva?
Ud. ha tocado un punto muy interesante. Un supuesto fundamental de la Hoja de Ruta es que estar “Estar” o “Permanecer” en la Antártida no es una condición suficiente para Uruguay en el marco del STA, pero a mi juicio sí es una condición necesaria. Nuestro país debe “Desarrollar”: ciencia, tecnología, innovación e infraestructuras. La defensa de nuestros derechos en el concierto del Tratado Antártico requiere el respaldo de una labor científica relevante, convenientemente publicada y eventualmente patentada. Esta es la base para la construcción del escenario deseado en el que Uruguay espera encontrarse en el año 2045.
Cuando digo que es necesaria incluso considero la expansión de nuestra presencia en algún punto de tierra firme y no solo en el territorio insular, donde se encuentra nutra principal base. Puede ser la Estación Científica Ruperto Elicheribety o puede ser otra, temporal.
¿Concretamente qué es lo que sucede el año 2045?
En ese año no sucede nada ó todo tiene que estar sucediendo. Me explico. En el 2048 Uruguay y todos los países miembros, se enfrentan al proceso de revisión del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, de acuerdo a su artículo 25 que permite abrirse a discusiones.
Patria Grande ya publicó un documento mío sobre “la Antártida como política de Estado” donde yo argumentaba que esta sería una oportunidad para discutir sobre los recursos naturales en tierras y mares del continente, y que esto podrá generar un gran debate .
También afirmaba que parece haberse largado una “carrera por los recursos”, a mi juicio ya se inició por parte de muchos miembros.
Para estar listos para esa oportunidad, nuestro marco legal es muy importante pero la ejecución de las acciones que se demanden, también lo es, me refiero a esos lineamientos político-estratégicos y objetivos operativos que mencioné anteriormente, que guíen nuestros progresos de aquí en más.
La referencia al año 2045 es porque se eligió arbitrariamente una fecha, tres años antes, para estar en condiciones y si algo aún faltaba concretar, tener un “colchón de tiempo” para poder cumplirlo.
Nosotros tenemos que recordar que el Tratado Antártico es una iniciativa global, que durante más de 60 años ha logrado mantener el compromiso de colaboración entre países, movilizar recursos y promover el desarrollo de innovación y tecnología, con el objetivo de sostener las actividades humanas y potenciar el desarrollo científico en algunas de las condiciones climáticas más extremas del planeta. Por tanto, la Antártida no solo es critica en los asuntos del cambio climático por ser un sitio privilegiado para estudiar fenómenos de escala global, sino también para reconstruir el pasado, estudiar sistemas ecológicos no modificados por la actividad humana, y comprender todos los potenciales impactos de los cambios introducidos por estas actividades en el sistema terrestre.
*Nota realizada por el portal Patria Grande
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