El aumento de las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos se ha convertido en el centro de las preocupaciones macrofinancieras mundiales. El rendimiento nominal de los bonos de referencia del Tesoro a 10 años ha aumentado unos 70 puntos básicos desde principios de año. En parte esto se debe a una mejora de las perspectivas económicas de Estados Unidos en un contexto de firme apoyo fiscal y a la aceleración de la recuperación de la crisis de COVID-19, por lo que cabría esperar un aumento. Pero otros factores, como la preocupación de los inversionistas por la situación fiscal y la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y políticas, también pueden influir y ayudar a explicar el rápido aumento de principios de este año. Dado que los bonos de Estados Unidos son la base de la valoración de la renta fija, y afectan a casi todos los valores del mundo, un aumento rápido y persistente de los rendimientos podría provocar una revalorización del riesgo y un endurecimiento más amplio de las condiciones financieras, desencadenando turbulencias en los mercados emergentes y perturbando la recuperación económica en curso.
El reciente aumento del rendimiento a 5 años ha sido impulsado por un fuerte aumento de la tasa de inflación implícita a corto plazo. Esto ha ido de la mano de una subida de los precios de las materias primas, a medida que la recuperación económica mundial ha ido cobrando fuerza, así como de la intención reiterada de la Reserva Federal de mantener una política monetaria acomodaticia para alcanzar sus objetivos de pleno empleo y estabilidad de precios. Además, el fuerte aumento del rendimiento real a largo plazo se debe principalmente al incremento de la prima de riesgo real. Esto apunta a una mayor incertidumbre sobre las perspectivas económicas y fiscales, así como las perspectivas para las compras de activos por parte del banco central, además de factores a largo plazo como la demografía y la productividad. El escenario de base del FMI supone que las condiciones financieras seguirán siendo laxas, aunque las tasas en Estados Unidos aumenten más. Sin embargo, persiste el riesgo de un endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. Dada la naturaleza asíncrona y a múltiples velocidades de la recuperación mundial, los aumentos rápidos y repentinos de las tasas de interés en Estados Unidos podrían provocar importantes efectos de contagio en todo el mundo, endureciendo las condiciones financieras de los mercados emergentes y dificultando su proceso de recuperación.
Tobias Adrian, Rohit Goel, Sheheryar Malik, Fabio Natalucci, en Dialogo a Fondo, blog del FMI
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