Murió a los 94 años José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera 1926, Madrid 2021), poeta, novelista y ensayista, que mantuvo fuertes lazos con Latinoamérica. Su obra literaria mereció importantes distinciones, tales como el Premio Cervantes que le fue otorgado en el año 2012.
El llamado de América
José Manuel Caballero Bonald descendía por parte de madre de una familia de aristócratas franceses afincada en Andalucía desde finales del siglo XIX. Uno de sus ilustres antepasados había sido el Vizconde de Bonald, filósofo tradicionalista francés.
El poeta recibió su formación en Sevilla y Cádiz, ciudades que comparten una historia muy relacionada con América. En la primera se graduó en Filosofía y Letras, y en la segunda estudió náutica y astronomía, disciplinas que sin duda propiciaban su afán de descubrimiento.
Su padre era cubano, lo que también puede haber despertado su temprano interés por conocer el mundo del otro lado del océano, lo que vino a concretar años más tarde, gracias a su vinculación con estudiantes colombianos que le facilitaron contactos para trabajar en Bogotá como profesor universitario.
A los 24 años ya había obtenido el Premio Platero de poesía y publicado su primer poemario: Las adivinaciones y durante su estancia en Bogotá abordó la narrativa escribiendo la novela Dos días de setiembre que ganara el Premio Biblioteca Breve.
En Colombia concilió la enseñanza de literatura española con sus colaboraciones en el suplemento literario del diario “El Tiempo” y con recorridas por la selva, la sabana y el río Magdalena. Se vinculó también estrechamente con la cultura del país y conoció a escritores entre los que tuvo amigos como Gabriel García Márquez.
En el año 1968 viajó a Cuba para compilar una antología de narradores cubanos. El suicidio de Calvert Casey, uno de los escritores que había sido incluido en la antología, víctima de un violento acoso por parte de los revolucionarios debido a su condición de homosexual, fue un elemento más de los muchos que provocaron su decepción de la Revolución Cubana.
Caballero Bonald fue durante toda su vida un gran promotor de la literatura hispanoamericana, manteniendo que “La literatura escrita en lengua española, vengan de donde vengan sus autores, pertenece obviamente a una especie de condominio cultural”.
En el año 2004 recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por el conjunto de su obra, al que siguieron el Premio Nacional de las Letras Españolas y el Premio Nacional de Poesía.
Su obra
La creación literaria de Caballero Bonald fue sostenida y exitosa, más abundante en antologías poéticas y en ensayos que en novelas, entre las que se destaca Ágata ojo de gato, laureada con los premios Barral y el de la Crítica de narrativa castellana.
Fue el único poeta de la generación del 50 que además era excelente novelista.
En 1995 publica Tiempo de guerras perdidas a la que siguió Costumbre de vivir, ambas basadas en sus memorias, las que también son fuente de La noche no tiene paredes (2009) y de un largo poema autobiográfico que tituló Entreguerras, publicado en el 2012, año en el que recibió el Premio Cervantes. Este poema de más de tres mil versos, del que ha dicho Bonald “es un compendio de mi literatura y mi vida”, se reconoce como uno de los grandes hitos de la poesía contemporánea. Con una estructura original e innovadora, que contradice las tendencias de la poesía actual, Entreguerras exalta la dignidad humana como valor guía de nuestra existencia.
Un poeta insumiso y cultor de la alegría
Manual de infractores es el poemario en que más se concentra la invitación de Bonald a la disidencia, a mantener cierto recelo y desconfianza ante las posiciones absolutas, que incluyen hasta sus propios pensamientos. Su espíritu crítico, no carente de ironía, pero sin traspasar la línea del respeto, se manifiesta también en muchas otras de sus obras.
Solía decir que la lírica es “una forma de defensa contra las ofensas de la vida” y en cuanto a la literatura, expresaba: “me interesa como sustitución de la realidad, que pueda crear una nueva realidad; la realidad de la belleza del lenguaje”.
En la Caja de las Letras del Instituto Cervantes se conserva un legado de José Manuel Caballero Bonald que no podrá conocerse hasta el año 2051. Hasta entonces solo está accesible el rico y profundo legado de su obra y su exhortación a defender la alegría, tal como él expresó:
“Yo defiendo la alegría porque me parece que en un mundo tan terrible como el que vivimos, tan lleno de desmanes, la alegría es una contrapartida que hay que defender para seguir viviendo”.
Aspiración a la alegría
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