Se trata de un problema existencial cada vez que vamos a la despensa a comprar alimentos. ¿Por qué algunos huevos tienen cáscara blanca y otros colorada? A lo largo de la historia han circulado varias teorías sobre esta diferencia. Una de ellas sostiene que los huevos blancos son de menor calidad, hipótesis que la ciencia ha logrado descartar. Lo mismo ocurrió con la hipótesis de que podría tratarse de una forma de camuflado para protegerlos de depredadores. Un estudio reciente por investigadores de la Universidad de Long Island logró identificar a la temperatura ambiente como un factor determinante, observando que las aves que habitan en climas más fríos producen huevos de colores más oscuros. Sin embargo, todo criador de gallinas experimentado sabe que el color de la cáscara depende principalmente de la raza del animal. Las gallinas blancas suelen ponen huevos blancos y las coloradas ponen huevos colorados.
Algo similar ocurre con las ideas de algunos connotados referentes históricos de la política nacional. Si uno se los cruza en una escalera, no puede determinar si están subiendo o bajando. Sin embargo, sus conspicuas propuestas inevitablemente dejan en evidencia el pelaje de procedencia. Hace pocas semanas un distinguido economista –de cáscara blanca– propuso un aumento de impuestos como la solución al problema fiscal, al parecer sin tener en cuenta que eso va a contrapelo de lo que recomiendan todos los expertos. Los eventos en las calles de Colombia en estos días muestran las consecuencias de llevar adelante propuestas de este tipo en medio de la pandemia. ¿Queremos realmente jugar con fuego? ¿No observamos lo que ocurre en Chile y Perú, otrora maravillas del dogma neoliberal?
Los de cáscara colorada no se quedaron atrás y hasta llegaron a presentar una propuesta de suba de impuestos al presidente de la República. Esto motivó a otro rabanítico referente que, desde el descanso de la escalera, acudió raudamente a criticar lo que a su entender podía ser interpretado como un intento de desmarcarse del gobierno. Al regresar a su zona de confort en medio de la escalera, comenzó a reflexionar sobre una pregunta existencial: ¿existirán huevos púrpuras? Porque si ello fuera así, la ciudadanía necesitaría un liderazgo que representara al nuevo pelaje.
Juan Rabanelli
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