Alejandro Young, responsable del equipo comercial de Cousa (Compañía Oleaginosa Uruguaya S.A.) se refirió al potencial que tiene el girasol en nuestro país, en el mercado interno como con la exportación. Desde el punto de vista productivo destacó los buenos rendimientos y los avances genéticos que hacen que ya no sea tan fácil para las aves utilizarlo como alimento.
En declaraciones al programa La voz de La Mañana, Young comentó que “en la campaña 2019/2020 se sembraron unas 1.000 hectáreas”, pero al año siguiente “que corresponde la campaña pasada se hicieron entre 6.000 y 7.000 hectáreas”, lo que constituye un aumento de área importante.
“El potencial de crecimiento, sólo de consumo interno, puede ser el doble; y respecto a la exportación de productos procesados como aceite y harina puede ser mucho mayor”, comentó, y aclaró que “es difícil de cuantificar porque son mercados que hay que ir desarrollando y el consumo para exportación puede ser muy superior”.
El aceite se podría comercializar en el Mercosur, “históricamente, hasta el año 2010, Uruguay producía girasol y Cousa lo procesaba, atendiendo el mercado de la zona sur de Brasil. Eso se puede retomar, pero como hay una demanda mundial, también se podría colocar por fuera del bloque”, apuntó.
“Hay otros países como Chile o zonas como Centroamérica” a los que también se puede atender.
Por otra parte mencionó que “salvando las escalas se puede mirar lo que hace Argentina que es un país que exporta aceite a muchos países en el mundo”. Uruguay “puede apuntar a una porción pequeña de esos mercados”.
“El aceite de girasol no deja de ser un commodities y hay que ser eficiente en los procesos para poder competir”, agregó.
El ejemplo de la canola
Consultado sobre la posibilidad de que el sistema de precios que tiene el sector arrocero pudiera aplicarse al girasol, Young dijo no conocer en detalle cómo funciona el arroz, lo que no quiere decir que no sea interesante analizarlo.
Sin embargo comentó sí lo que ocurrió con la canola que era un cultivo que en Uruguay “no existía”, y con varios años de esfuerzos y planes de siembra “el cultivo se desarrolló y hoy hay un mercado interno que lo consume, hay un mercado de exportación que lo exporta como semilla, y eso se desarrolló traccionado por un programa puntual que fue ganando la confianza de los productores y distintos operadores empezaron a participar”. Cuando el productor siembra con un programa se ve obligado a ciertas cosas, entonces “que haya un programa en el mercado es interesante, pero lo ideal es que el productor decida sembrarlo sin que ese programa exista”, y que haya “una comercialización natural con distintas opciones, Cousa sería una, pero podría haber otras”.
La tradición del girasol
Finalmente, Young dijo que “Uruguay tiene una tradición con el girasol y hay productores que lo tienen en su ADN, sobre todo en algunas zonas donde es un cultivo bien conocido” que tuvo “un problema de mercado, el ataque de las aves y un hongo que lo destruía por completo”.
La desaparición del cultivo hizo que también desapareciera el hongo que lo afectaba, y respecto al ataque de las palomas “los desarrolladores de genética de semillas han logrado que los cultivos se comporten de cierta manera que incomoda a las aves y no permite ser comido”.
Por tanto, “de alguna manera se han solucionado los problemas del cultivo” y con su programa “Cousa ha dado liquidez, con lo cual se está dando comienzo al resurgimiento del girasol con resultados económicos para el productor, buenos rendimientos y buenos precios, todo eso está ayudando a que volvamos a este cultivo en los campos uruguayos”.
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