Todos los meses el Vaticano difunde un video en el que el papa Francisco presenta algún tema que la Santa Sede considera de relevancia para la humanidad. El último, publicado en mayo, se centra en el mundo de las finanzas y sus efectos especialmente sobre aquellos que están en los márgenes de la sociedad.
“Los mercados deben estar respaldados por leyes y reglamentos que garanticen su funcionamiento para que garanticen que las finanzas –en lugar de ser meramente especulativas o de financiarse a sí mismas– funcionen para los objetivos sociales tan necesarios en el contexto de la actual emergencia sanitaria mundial”, advierte el sucesor de Pedro.
El Papa hace un llamado concreto a los responsables del mundo financiero a colaborar con los gobiernos, en medio de una crisis económica que ha dejado mucha gente sin trabajo. En efecto, muchos países –como es el caso uruguayo– no han podido asistir más a sus poblaciones por las fuertes limitantes impuestas por la deuda externa y el temor a una caída en las calificaciones que provoque una estampida de acreedores.
La consecuencia de este comportamiento dependiente de las finanzas es que la política queda de hecho subordinada a los vaivenes de un mercado impersonal y sin responsables visibles. Al respecto, Francisco afirma que “es responsabilidad de los gobiernos y sus modelos financieros rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas y que lleven la dignidad humana al centro”.
Resulta evidente que lograr este objetivo es imposible sin la colaboración de organizaciones mundiales como el Banco Mundial y el FMI, a las cuales Francisco envió recientemente una carta que subraya que “es hora de reconocer que los mercados –sobre todo los financieros– no se gobiernan a sí mismos”.
Lina N. Márquez
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