A pesar de la compleja situación que atraviesa el país, todavía está en condiciones de asumir un impulso fiscal que estimule la reactivación económica, de acuerdo con el análisis que el director del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) realizó en conversación con La Mañana. Por otro lado, se refirió a la reforma de la seguridad social y explicó cómo se debería preparar a la fuerza de trabajo para el mundo pospandemia.
Usted trabajó en la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía (MEF). ¿Durante qué época fue? ¿Qué implica ese trabajo? ¿Qué tipo de recomendaciones realiza?
Trabajé en la Asesoría Macroeconómica del MEF como analista técnico por un período corto, entre finales de 2013 y 2014, momento en el que Andrés Masoller era director del área. Luego de un año me surgió una beca para hacer estudios de doctorado, por lo que la experiencia fue corta.
Mi trabajo se remitía principalmente a la realización de análisis y proyecciones macroeconómicas que se utilizan para hacer la programación fiscal. La elaboración del presupuesto público requiere necesariamente de escenarios y proyecciones macroeconómicas, ya que la recaudación del sector público está estrechamente ligada a la evolución de la economía. En síntesis, mi tarea allí era elaborar insumos que se utilizaban para la toma de decisiones fiscales.
Como director del Cinve, ¿podría comentar cuáles son los principales proyectos en los que trabaja el instituto en la actualidad?
Tenemos un área de macroeconomía que viene realizando trabajos académicos y seguimiento de coyuntura desde hace muchos años. Vinculado a esta área estamos desarrollando un laboratorio de análisis fiscal, focalizado en investigación específica sobre institucionalidad fiscal, ingresos y egresos fiscales.
Contamos también con un área laboral y de seguridad social, donde funciona desde 2018 el Observatorio de Seguridad Social, que hoy está muy orientado a la reforma que se viene. Tenemos adicionalmente un área de economía de la salud, que está trabajando hace muchos años.
Por otra parte, hay varios investigadores con una línea de econometría aplicada, donde destacaría principalmente el análisis econométrico de evaluación de impacto de políticas públicas. Esa área resulta relevante en muchos otros casos. A modo de ejemplo, en los últimos años se trabajó en estimación de modelos de formación de precios en mercados de vivienda o predios rurales, modelos de categorización de deudores en mercados de crédito, desempeño educativo, entre otros temas.
Finalmente, también tenemos investigadores con foco en el análisis de comercio exterior y políticas productivas.
¿Cuál es la visión del Cinve respecto a la reforma del sistema de seguridad social? ¿Cuáles serían las principales medidas a implementar? ¿Qué efectos podrá tener si el sistema político no logra ponerse de acuerdo durante la actual administración?
Uruguay está ingresando de lleno en el período de envejecimiento poblacional, caracterizado por el crecimiento de la población en edad de dependencia respecto a la población activa. Esto determina que, a falta de un proceso de ajuste, el gasto de seguridad social adopte una trayectoria creciente que podría derivar en un problema serio de insostenibilidad fiscal para el sector público.
El aumento proyectado del gasto en seguridad social no tendría que ser, a priori, un motivo para justificar la reforma. Todas las sociedades definen diferentes políticas de transferencias de ingresos que evidentemente es necesario financiar.
Sin embargo, resignar para este propósito todo el “espacio fiscal” que pudiera generarse en el futuro es problemático en un país que necesita continuar incrementando el presupuesto en educación, en investigación y desarrollo, en innovación, y que tendrá desafíos en términos de infraestructura, entre otros.
La dinámica prevista del gasto en jubilaciones y pensiones cuestiona fuertemente la justicia distributiva desde una perspectiva intergeneracional en un país donde la pobreza y situaciones de privación de consumo se concentran en la infancia y adolescencia.
En esa línea, ¿qué medidas se requieren?
Atendiendo a que el principal fundamento que justifica la reforma es financiero, es claro que se requiere adoptar medidas no agradables, como incrementar requerimientos en la cantidad de años cotizados, la edad mínima para alcanzar el causal jubilatorio o reducir tasas de reemplazo. Cualquier mecanismo que se proponga, que podrá transformar más o menos la estructura actual de funcionamiento del sistema, deberá contemplar alguna combinación de estos ajustes.
Más allá de estos ajustes paramétricos, el proceso de reforma es un buen momento para atender algunos aspectos mejorables de nuestro sistema actual de seguridad social. Transparentar el esquema de subsidios implícitos existentes en las jubilaciones y mejorar su asignación es una tarea importante a realizar en el camino que se está desarrollando.
¿Considera que existe espacio fiscal para estimular la economía en la coyuntura actual? ¿Hasta dónde podríamos hacerlo sin poner en riesgo la solvencia del país?
Uruguay, al igual que la gran mayoría de los países del mundo, en la actualidad presenta una situación fiscal debilitada. No obstante, todavía cuenta con un margen importante de capacidad de financiamiento en buenas condiciones, lo que permitiría asumir un impulso fiscal que estimule la reactivación económica.
El mayor riesgo para la sostenibilidad fiscal a mediano plazo en Uruguay es la desaceleración del crecimiento económico. Es un error pensar que una vez que pase la pandemia Uruguay retomará rápidamente una senda de crecimiento vigoroso con independencia de las decisiones actuales del gobierno.
El debilitamiento de la demanda interna, sumado a una región que probablemente continúe con problemas por unos años y la existencia de capacidad ociosa en el sistema productivo que quita incentivos a realizar nuevas inversiones, genera que el sector público necesariamente vaya a cumplir un rol importante en la reactivación pospandemia.
¿Qué debería estar haciendo el país en términos educativos para preparar a la fuerza de trabajo para el mundo pospandemia?
Las tendencias tecnológicas en el mercado laboral determinan que el empleo se orientará cada vez más hacia ocupaciones intensivas en tareas cognitivas, especialmente no rutinarias. Esto sin dudas ejerce una presión sobre el sistema educativo, que tiene que proporcionar estas capacidades.
Se requieren medidas para favorecer la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo, pero también transformaciones que mejoren los resultados alcanzados. Hay un capítulo aparte para los procesos de reconversión laboral, de institutos como Inefop, que también están llamados a jugar un rol importante para evitar que los cambios del mercado laboral dejen personas por el camino con grandes problemas de empleabilidad.
No obstante, hay que ser conscientes de que los resultados educativos tienen fuertes inercias, dado que, más allá de lo que el sistema formal pueda aportar, el contexto familiar es un determinante fundamental de los logros educativos de los jóvenes.
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